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'Bajo el sol', las edades del amor y el odio en la antigua Yugoslavia

  • El cineasta croata Dalibor Matanic filma un alegato antinacionalista
  • Obtuvo el premio del jurado de la sección Una cierta mirada en Cannes 2015
  • "En todo el mundo se ha puesto de moda odiar", dice el director

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Tihana Lazovic en 'Bajo el sol'.
Tihana Lazovic en 'Bajo el sol'.

Dice Dalibor Matanic (Zagreb, 1975) que su abuela es la persona más cariñosa que ha conocido. Esa fuente de amor le dijo un día: Hagas lo que hagas, nunca acabes con una chica serbia. “Me pregunté: ¿cómo puede una persona tan llena de amor estar al mismo tiempo obsesionada con naciones, odio y conflictos”, explica Matanic sobre el origen de Bajo el sol, la película con la que obtuvo el Premio Especial del jurado en el Festival de Cannes 2015.

Bajo el sol está formado por tres historias de amor entre dos jóvenes: una mujer serbia y un hombre croata. La primera, ambientada en 1991, es la irrespirable atmósfera prebélica la que separa a los amantes; en la segunda, en 2001, son las taras que brotan del conflicto; y la tercera, en 2011, los ecos que resuenan en la primera generación que no combatió. La misma pareja de actores, Tihana Lazovic y Goran Markovic, dan vida a los seis personajes.

Matanic vivió el conflicto en la poco agredida Zagreb, a salvo del horror de Krajina o Eslavonia, pero no es necesario conocer la enrevesada historia del conflicto para apreciar Bajo el sol. “Solo una vez mencionamos Croacia y Serbia. A esa escala de crueldad, los seres humanos son seres humanos”, dice el cineasta sobre la universalidad de la historia.

Matanic no responde al prejuicio según el cual los balcánicos son fervientes nacionalistas. "Es gracioso, porque antes de hacer la película a nadie le entraba en la cabeza que en Croacia pudiéramos hacer una película de amor, especialmente entre serbios y croatas”, explica. La película, sin embargo, fue bien recibida en su país. “Los extremistas me acusaron de hacer una película nostálgica sobre la antigua Yugoslavia, pero no es nada de eso: solo busco la esperanza de que está región no se vuelva a destruir. Estamos en una encrucijada humana muy sencilla: O miramos al odio, o miramos al amor. Y en este momento está afectando a todo Europa”.

Cuando presentó la película en Cannes 2015, declaró que los tiempos estaban mejorando. Hoy lamenta tener que cambiar radicalmente el discurso. “En el mundo, en 2017, se están construyendo muros, hablando de naciones, religiones. Es una manera segura de acabar en otro conflicto. En este momento, tanto en Croacia como en Serbia hay partidos de derechas gobernando y ambos están influenciados por los extremistas. Es difícil sosegar esas tensiones. Y Trump, Putin y Angela Merkel ya están diciendo que volverá a haber un conflicto en los Balcanes”.

Bajo el sol está ambientada entre la costa dálmata y las montañas, zona todavía de población étnicamente mixta. La naturaleza y el verano representa el paraíso perdido de los amantes que Matanic, espera, sea recuperable.

"Normalmente esperas que las nuevas generaciones mejoren a sus padres, que aprendan del pasado. Pero no. En Croacia hay jóvenes que han nacido en 1995 o 1996, tras la guerra, y son nacionalistas extremistas. En el mundo se ha puesto de moda odiar".

Bajo el sol pretende romper con la visión circular de la historia, según la cual todo se repite. "Ojalá una cuarta parte fuera muy aburrida, sosegada, que nadie odie, romántica y bonita, pero no somos tan ingenuos".