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El jazz de 'Django' Reinhardt y su reflexión sobre el genocidio gitano abre la Berlinale

  • La cinta del debutante Etienne Comar inaugura el Festival de Berlín
  • La protagonizan Reda Kateb, Cécile de France y Beate Palya

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El elenco de 'Django', en la presentación en Berlín.
El elenco de 'Django', en la presentación en Berlín.

La Berlinale ha abierto este jueves el desfile de los aspirantes al Oso al son del swing de Django Reinhardt, con la película Django, y centrado en el genocidio gitano durante el nazismo, a modo de reflexión sobre el destino de otros nómadas o refugiados del mundo presente.

Dirigida por el debutante Etienne Comar y alrededor del genial guitarrista de jazz, fue la arriesgada apuesta para el arranque de un festival etiquetado de político, que en su 67ª edición renunció a colocar grandes nombres sobre su alfombra roja inaugural.

"Reinhardt representa la vitalidad contagiosa del jazz y la capacidad de abstraerse del músico", explicó Comar sobre un personaje que trata de evadirse de la monstruosidad y acaba componiendo un Réquiem al genocidio olvidado de los gitanos.

Reinhardt -Reda Kateb- es ese músico genial que toca en el París ocupado, ante oficiales nazis que pierden la rigidez a ritmo de jazz, mientras en los bosques de las Ardenas otros gitanos mueren a balazos o son deportados a campos de concentración. Bebedor, mujeriego, caprichoso y también algo cobarde, ignora los rumores de la persecución contra los suyos y hasta parece dispuesto a doblegarse a la censura nazi sobre la "música de negros y monos" para actuar ante Josef Goebbels o incluso Adolf Hitler.

Una alianza entre su rubia amante y su esposa gitana -Cécile de France y Beate Palya- le convencerá de que los noticieros manipulados de Hitler dejaron de tener gracia y de que llegó el momento de huir.

En la frontera con Suiza convivirá con gitanos nómadas, a orillas de un lago que semeja el Mediterráneo de hoy, ya que puede ser la puerta al exilio o el cementerio del fugitivo que no tenga el dinero suficiente para asegurarse una travesía segura.

"Hay muchas correspondencias entre el destino de los acosados por el nazismo y el de los refugiados de hoy", admitió el realizador, a la pregunta de qué supone estrenar un filme que habla de la Alemania nazi, desde la capital de un país que desde 2015 se ha convertido en lugar de acogida de más un millón de refugiados.

Hay mucha reflexión también sobre un genocidio casi olvidado -el del medio millón de gitanos muertos por los nazis- y alrededor de una etnia aún acosada en el llamado mundo civilizado actual.

Cine que aporte

Django abrió la ronda de los 18 aspirantes al Oso, entre los cuales decidirá el jurado presidido por el cineasta holandés Paul Verhoeven y con el actor mexicano Diego Luna entre sus miembros. "No venimos a dar mensajes, sino a atender a los mensajes que el cine nos aporte a nosotros", apuntó Luna en su presentación con el resto del jurado.

En sentido parecido se pronunció el holandés Verhoeven, quien afirmó que no acude al festival sujeto a "juicios políticos", sino en busca de calidad fílmica entre una selección de cintas en la que aspira a encontrar cine "valiente" y "abierto a la controversia".

Les acompañan en el jurado la actriz alemana Julia Jentsch y su colega estadounidense Maggie Gyllenhaal, así como el artista islandés Olafur Eliasson, el aclamado director chino Wang Quan'an y la productora tunecina Dora Bouchoucha Fourati.