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Las pensiones podrían perder un 7% de poder adquisitivo entre 2013 y 2022, advierte la autoridad fiscal

  • Vislumbra este escenario si no hay medidas adicionales y el IPC es del 1,8%
  • Cree que el déficit de la Seguridad Social será del 1,7% del PIB este año
  • El desfase seguirá en torno al 1,5% hasta principios de la próxima década
  • Este es el motivo por el que las pensiones subirán el mínimo legal del 0,25%

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El presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), José Luis Escriva
El presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), José Luis Escriva.

El déficit en la Seguridad Social rondará este año el 1,7% del PIB (unos 18.700 millones de euros), tres décimas más que el objetivo oficial y el mismo desvío con el que previsiblemente cerrará 2016. Así lo ha señalado el presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), José Luis Escrivá, en su comparecencia en la Comisión de Seguimiento del Pacto de Toledo en el Congreso, donde ha alertado de que "en ausencia de medidas adicionales" el desfase se mantendrá en torno al 1,5% del PIB (en torno a 15.000 millones de euros anuales) hasta principios de la próxima década.

Según la AIReF, este desequilibrio entre ingresos y gastos supondrá que, con la normativa actual y si no se toman medidas adicionales, las pensiones solo registren una revalorización del 0,25% (el mínimo legal) los próximos años, lo que conllevará una pérdida de poder adquisitivo del 7% entre 2013 y 2022, aunque se mantenga la tasa de sustitución (relación entre pensión media y salario medio). Estas cifras están calculadas, además, en base a que la inflación media sea del 1,8% a partir del año 2018.

"Entre 2013 y 2016 las pensiones no han perdido poder adquisitivo, eso no es discutible. Pero a partir de ahora sí lo van a perder si no se toman medidas", ha insistido Escrivá aludiendo al cambio en la evolución de la inflación, que ha pasado de estar en terreno negativo al positivo en los últimos meses.

Esta situación que solo podría modificarse si se aportara a las arcas de la Seguridad Social -vía Presupuestos, aumento de cotizaciones o reducción del gasto- un 1,5% del PIB cada año. Con esos nuevos ingresos, las pensiones podrían revalorizarse por encima del mínimo legal al estar el sistema en equilibrio (uno de los factores que tiene en cuenta el Índice de Revalorización, aprovado en la última reforma de pensiones).

Las pensiones iniciales de 2030, como las de 2013

Además, el presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal ha afirmado que las reformas del sistema de pensiones aprobadas en 2011 por el PSOE -por la que se retrasó la edad de jubilación- y en 2013 por el PP -que la desvinculó del IPC- evitarán un aumento del gasto de 5 puntos del PIB en el año 2050.

Sin embargo, el efecto de estas reformas también supondrá que las pensiones iniciales de los jubilados se estabilicen, de modo que en 2030 sigan en niveles de 2013, y que el porcentaje de pensión sobre salario sea unos diez puntos inferior al que se calculaba antes de los cambios legislativos.

Pese a ello, los "excesivamente pesimistas" escenarios de población y tasa de ocupación que maneja el Instituto Nacional de Estadística (INE) implicarían un aumento entre 2016 y 2050 de ocho puntos del gasto en pensiones sobre PIB. Tras descontar el efecto de las reformas, este porcentaje pasaría del 11% actual al 14,3%.

No obstante, Escrivá ve poco probable que el país se conforme con perder población y masa laboral año tras año sin hacer nada durante las próximas décadas, y considera más plausible un escenario alternativo en el que la población crezca un 0,5% medio -como ha sucedido durante las últimas cuatro décadas- y la tasa de ocupación llegue al 75% -la que tiene actualmente Alemania-, lo que permitiría mantener el porcentaje estable en el 11%.