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Liberada una mujer rumana a la que su pareja obligó a prostituirse durante ocho años

  • El presunto proxeneta, que ha sido detenido, vivía a costa de la víctima
  • La mujer denunció por temor a las amenazas a la hija de ambos, de tres años
  • Contra la trata: línea telefónica 900 10 50 90 y el correo trata@policia.es

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Arresto del presunto proxeneta en Girona
Arresto del presunto proxeneta en Girona

Un hombre de nacionalidad rumana ha sido detenido por obligar a su mujer a prostituirse durante ocho años en distintos clubes de alterne de Ibiza y el Alto Ampurdán (Girona). El acusado engañó a la víctima, también rumana, haciéndole creer que estaba enamorado de ella, y la trajo a España, donde comenzó la explotación, informa la Policía Nacional en un comunicado.

El detenido, que no realizaba ninguna actividad laboral, vivía exclusivamente de la explotación sexual de la víctima, habiéndole sido intervenidos en el operativo policial una cuenta con más de 20.000 euros en efectivo y un vehículo de alta gama.

Para obligar a la víctima a mantenerse en el ejercicio de la prostitución, no dudaba en amenazarla y golpearla, amenazas que, después del nacimiento de la hija de ambos, recaían también sobre la menor. Cuando la situación resultó insostenible, y a pesar del terror le infundía el arrestado, decidió ponerse en contacto con la Policía.

Temor por su hija

La investigación comenzó el pasado día 26, cuando se recibió una llamada en las dependencias de la Brigada de Extranjería de Eivissa en la que una mujer se mostraba absolutamente aterrorizada y decía estar siendo retenida contra su voluntad y obligada a ejercer la prostitución por su pareja en una población próxima a Figueras, manifestando auténtico terror por lo que pudiera pasarle tanto a ella como a su hija de tres años.

Inmediatamente se organizó un dispositivo tendente a la localización de la denunciante y de su hija en la zona señalada mientras los agentes trataban de hablar con ella a través del número desde el que había realizado la llamada, no siendo posible la comunicación.

Al día siguiente los agentes pudieron contactar con ella quien, entre susurros, manifestó que iba a escapar de su pareja con su hija y que volvería a llamar cuando estuvieran a salvo, cortando inmediatamente la comunicación sin aportar dato alguno sobre su paradero.

Las investigaciones que realizaron paralelamente los agentes apuntaban a un hombre que fue finalmente detenido en una localidad de la provincia de Girona, procediendo al inmediato rescate de la mujer y de su hija. Tras denunciar los hechos, ambas ingresaron en una casa de acogida donde se les proporcionó alojamiento así como la ayuda técnica y psicológica que requirieron.

La mujer posteriormente explicó que había contactado con la Policía de Ibiza porque tenía los teléfonos de los agentes especializados que la entrevistaron durante una inspección realizada en uno de los clubes de la isla en los que ella ejerció la prostitución. En dicha entrevista, los policías le habían informado de todos los recursos que tenía a su disposición, pero aterrorizada por lo que pudiera ocurrirle a ella y especialmente a su hija, no se había decidido pedir ayuda hasta ahora.

Captada por el método del 'Lover Boy'

En su declaración la mujer explicó cómo conoció al detenido en Rumanía en el año 2008. Éste era un cliente habitual de la tienda en la que ella trabajaba como dependienta y a partir de ese momento se inició una relación sentimental entre ellos. Unos meses después,  la convenció para viajar a España en busca de una vida mejor para ambos.

Tras llegar a nuestro país, en el que él aseguraba que ambos encontrarían un empleo, se establecieron en Figueras donde rápidamente los ahorros que traían se acabaron y, al no encontrar trabajo, su pareja la convenció para que ejerciera la prostitución en un club de alterne, prometiéndole que iba a ser una situación excepcional y temporal, lo que ella aceptó por amor.

Pasado algún tiempo, supo que su pareja ya había tenido a otra chica en esa situación y en el mismo club, por lo que manifestó su deseo de dejar de ejercer la prostitucióncomenzando entonces las amenazas y las agresiones, por lo que la víctima se mantuvo en el ejercicio por miedo.

La situación continuó durante varios años en los que el proxeneta no realizó ningún tipo de actividad laboral, limitándose a vivir de la explotación de su pareja a la que obligó a trabajar en diferentes prostíbulos de la comarca del Alto Ampurdán y de Ibiza, en condiciones de verdadera esclavitud y recurriendo para ello tanto a las amenazas como a las agresiones, habiendo localizado la Policía a varios testigos de las palizas que recibió la víctima.

Durante el operativo, los agentes comprobaron que el detenido tenía una cuenta bancaria a su nombre con más de 20.000 euros y recientemente había adquirido un vehículo de alta gama.

Volvió a Rumanía para dar a luz

En el año 2013, la víctima se quedó embarazada de su explotador, cesando su actividad temporalmente y viajando a Rumanía durante el período de gestación. Pero cuando dio a luz, regresó a España y comenzó de nuevo su explotación en distintos clubes, reanudándose de nuevo las presiones y agresiones y recayendo en este caso las amenazas no sólo sobre su persona, sino también sobre su hija, lo que hizo que la situación se volviera insostenible. Ante el miedo a que dichas amenazas se cumplieran, decidió ponerse en contacto con la Policía.

La operación ha sido llevada a cabo por la Brigada Central contra la Trata de Seres Humanos de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras, la UCRIF de Barcelona y la Brigada de Extranjería de Eivissa, con la colaboración de la Comisaría Local de Figueras y la Unidad de Extranjería de La Junquera y se ha saldado con la detención del proxeneta y la liberación de la víctima y su hija de tres años de edad.

Esta operación se enmarca dentro del Plan de la Policía Nacional contra la Trata de Seres Humanos con Fines de Explotación Sexual, en funcionamiento desde 2013 y que motivó la activación de la línea telefónica 900 10 50 90 y el correo trata@policia.es para facilitar la colaboración ciudadana y la denuncia, anónima y confidencial, de este tipo de delitos.

Sólo en lo que va de año, se han recibido más de 1.800 comunicaciones a través de estos medios, de las cuales 400 han generado algún tipo de intervención por parte de la Policía.