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Isabel Muñoz, testigo del mundo

  • La fotografía es una pasión que forma parte de mi vida", dice la Premio Nacional de Fotografía 2016
  • En enero volverá a coger sus cámaras tras el accidente que le dañó la columna el pasado octubre en Tailandia

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Isabel Muñoz, en Ciudad de México (29/11/2014).
Isabel Muñoz, en Ciudad de México (29/11/2014).

"Fíjate bien en los ojos" me dice Isabel Muñoz. Los ojos -asegura- "no mienten nunca". El 17 de noviembre los suyos expresaban alegría. Por la mañana el médico le dijo que podría volver a coger sus cámaras a partir de enero. Minutos después, cuando iba camino de su estudio, una llamada le anunció que le acababan de conceder el Premio Nacional de Fotografía.

"Yo no me lo esperaba. Estaba pasando una época regular y cuando me lo notificaron me emocioné. Piensas en muchas cosas, pensé en mis dos hijos, en toda la gente que te ha ayudado para llegar, en tantísima otra gente que es buenísima y a la que también le llegará". Es lo primero que nos cuenta esta fotografa que nació en Barcelona y que ya ha cumplido 65 años. Se mueve con una ilusión -que imagino- se parece mucho a la de sus inicios.

En 1979 se matriculó en la escuela Photocentro de Madrid. Ahí comenzó su carrera profesional, aunque sus primeros recuerdos con una cámara en la mano le hacen retroceder a Barcelona, cuando tenía 13 años.

"Era otra época, no había tantos parques, teníamos el Tibidabo y para nosotros ir al zoo era ... ver a Copito de Nieve". Y es que ese gorila albino tuvo la suerte de ser uno de los primeros modelos para las fotografías de Isabel Muñoz. Desde que era niña, asegura, le gusta observar y así lleva toda su vida, observando al ser humano través de su cámara.

Una fotógrafa comprometida

Isabel Muñoz lleva años recorriendo el mundo. Ha estado en Etiopía con las tribus del Valle del río Omo, en las cárceles de El Salvador con las maras; ha buscado el cuerpo humano en el ballet cubano y se ha perdido en las calles de México para encontrar nuevos rostros. Su oficio consiste en captar instantes de la vida. Le interesa "lo desconocido para hacerlo conocido". Sus trabajos están llenos de belleza porque dice que a través de ella se pueden contar muchas cosas y añade "Estamos compuestos de una parte maravillosa y de una parte muy oscura. Pero en cualquier circunstancia, esa parte bella existe".

Y no podría hacer su trabajo sin ser curiosa. Insiste en que le gusta compartir sus trabajos y pensar que lo que hace, sirve para algo. Porque detrás de la belleza de sus fotografías hay una mujer comprometida con el mundo que la rodea. El jurado del Premio Nacional de Fotografía 2016 ha destacado su 'compromiso social'. Ahora tiene varios proyectos encima de las mesas de su estudio.

Estamos compuestos de una parte maravillosa y de una parte muy oscura. Pero en cualquier circunstancia, esa parte bella existe.

"Lo que haces tienes que darlo a conocer, tienes que denunciar pero sobre todo lo que para mi es importante es mostrar una realidad para que el otro se haga todas esas preguntas que tu te haces. .. y luego para dar voz a tantas personas que no la tienen."

Le interesan los derechos del universo y sueña con volver al Congo para denunciar con sus imágenes el maltrato a las mujeres; además quiere seguir fotografiando primates. Entre sus preocupaciones tambien se encuentran el daño que el plástico está haciendo a los océanos, la libertad de las personas para elegir con quien compartir su vida o estudiar el cuerpo en estados de amor y éxtasis.

Precisamente estaba trabajando en ese proyecto, en Tailandia, cuando tuvo un accidente. Fue el pasado 7 de octubre. Corría detrás de una procesión y se cayó. Volver a España lo describe como una odisea. Los médicos le dijeron que quizá tendría que quedarse en una silla de rueda, pero Isabel Muñoz ya se ha podido despertar de esa pesadilla. El 17 de noviembre le confirmaron que el 12 de enero le dan el alta.

"No puedo vivir sin soñar y aunque no puedo hacer fotos he estado preparando todas aquellas series que quiero retomar o quiero reiniciar cuando el 12 de enero pueda volver a coger esas cámaras y viajar."

Su siguiente viaje, lo dice muy convencida, será a México. Allí retomará su pasión y podrá seguir siendo testigo de la vida de muchas personas y compartiendola con los demás.