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José de Ribera, el dibujante empedernido

  • El Prado cataloga por primera vez los dibujos de El Españoleto y los presenta en exposición
  • Ribera, maestro del dibujo muestra más de 50 de sus 160 dibujos conocidos
  • La muestra está comisariada por Gabriele Finaldi, actual director de la National Gallery

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El José de Ribera dibujante, en el Museo del Prado

Roma, 1606. Un joven español de 16 años nacido en Xátiva (Valencia), José de Ribera (1561-1652), llega a la ciudad eterna con el deseo de aprender a pintar. Allí, El Españoleto, no solo aprenderá a pintar, sino que se convertirá en un "auténtico maestro del dibujo", una faceta en que el Museo del Prado ha investigado exhaustivamente en los últimos años de la mano de Gabriele Finaldi, director adjunto de Conservación e Investigación del Prado desde 2002 hasta 2015 y actual director de la National Gallery de Londres. El fruto de ese trabajo es el primer catálogo razonado de la obra de la producción de dibujos del artista valenciano y la exquisIta exposición Ribera, maestro del dibujo, que abre ahora sus puertas.

Desde este martes 22 de noviembre hasta el 19 de febrero de 2017, la sala C del Edificio de los Jerónimos del museo madrileño muestra medio centenar de los alrededor de 160 dibujos conocidos de Ribera, gran parte de ellos propiedad del Prado y otros préstamos de instituciones y museos de todo el mundo, algunos nunca vistos en España. Completan la exposición, organizada junto al Meadows Museum de Dallas -donde podrá verse en marzo de 2017-, hasta alcanzar las 71 piezas, diez pinturas, ocho estampas y una pequeña escultura de un alma del infierno realizada por el suegro de El Españoleto, Giovan Bernardino Azzolino.

'Ribera, maestro del dibujo' en el Prado

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  • 'Ribera, maestro del dibujo' en el Prado

    La Crucifixión de San Pedro (Mediados 1620). José de Ribera.

  • 'Cabeza de guerrero' (primera mitad 1610) José de Ribera.

Dibujante a contracorriente

"Ribera es un artista muy dedicado al estudio, que no para de trabajar a lo largo de toda su vida, tanto en su faceta de pintor como en la de dibujante, faceta en la que va desarrollando unas habilidades técnicas realmente extraordinarias. La exposición hace un viaje desde los primeros momentos del Ribera dibujante hasta el final, cuando ya es un hombre al que la mano le trema un poquito, y a través de los distintos temas que trató, desde las mitologías a las escenas de género de la calle, porque era un pintor urbano al que le encantaban las escenas de calle, y también la temática del castigo y de las escenas de ejecución, que son una parte bastante interesante de su obra", explica Finaldi sobre la obra en este campo del artista afincado en Nápoles desde 1616 al servicio de los virreyes españoles hasta su muerte en 1652.

Estos 160 dibujos atribuidos hasta el momento al de Xátiva representan "seguramente una pequeña fracción" de la producción que realizó, porque se trataba de un "dibujante empedernido", cuenta a RTVE.es el comisario, que confía en que la publicación del catálogo razonado -el primero que el Museo del Prado dedica a la producción completa de los dibujos de un artista- y esta exposición sirvan para que afloren más dibujos.

De hecho, no era habitual que los pintores caravaggistas practicasen el dibujo, como sí hacía Ribera, para el que esta faceta es una práctica autónoma pues solo una pequeña parte de sus dibujos son preparatorios para pinturas, de los que pueden verse también algunos en la muestra. Así, El Españoleto va en este campo más allá, convirtiéndose prácticamente en un "reportero" que plasma en sus dibujos las escenas que ve en las calles de Nápoles, mostrando especial atención por la violencia, e incluso las fantasías e invenciones que salen de su propia cabeza, convirtiéndose en un precursor de Francisco de Goya (1746-1828).

El artista sádico y fantástico

Esa afición de Ribera por retratar escenas de martirio, torturas, ahorcamientos o decapitaciones llevó a que durante los siglos XVIII y XIX fuese "estigmatizado con la imagen de artista cruel y sádico".

"Esto obedece, por una parte a un interés profesional, porque le tocaba representar martirios [gran parte de su obra pictórica se ocupa de santos mártires] y, siendo un artista que quiere llegar al último extremo, busca la forma más dramática de representar estos temas", justifica Finaldi, que recuerda que además en la época que le tocó vivir a José de Ribera, los tribunales de la Inquisición y los ajusticiamientos en las plazas estaban a la orden del día en Nápoles. "La violencia es escenificada en las calles y plazas y Ribera actúa a veces como un reportero, que está haciendo reportage visual, y lo que ve, al mismo tiempo, da lugar a fantasías en su cabeza e inventa cosas a veces que son bastante chocantes", dice el director de la National Gallery, uno de los máximos expertos mundiales en El Españoleto.

Ejemplos de ello son dibujos como Escena de tortura con un hombre levantando un hacha (finales 1630), del Teylers Museum de Haarlem o Escena de la Inquisición (finales 1630), del Museum of Art de Rhode Island School of Design.

Respecto a esos paralelismo entre Ribera y Goya, Finaldi señala que a ambos les une el hecho de que "el ámbito gráfico les permite llevar su imaginación y fantasía a unos extremos que no les permite la actividad pública", aunque el aragonés pudo ir un poco más allá porque vivía ya en otros tiempos. "Para Ribera el dibujo no es solo un campo de ejercitación artística, sino de especulación e imaginación en el que puede empujar los límites y hacer cosas que en el ámbito público no puede hacer", añade el comisario.

Un magnífico ejemplo de estos 'caprichos' que oscilan entre lo humorístico y lo satírico, lo caricaturesco y lo ridículo y lo tétrico y lo inquietante es Escena fantástica: caballero con hombrecillos subiendo por su cuerpo (finales de 1620), del Museo Nacional del Prado.

Una exposición para saldar deudas

La excelsa selección de dibujos incluidos en Ribera, maestro del dibujo permite también al espectador del Prado contemplar obras maestras como el Sansón y Dalila (mediados de 1620) del Museo de Córdoba, que el de Xátiva utilizaría como carta de presentación para la Corte madrileña, y obras inéditas en España como el Hércules descansando (finales de 1620) de Malta y la Adoración de los pastores (h. 1650) del Metropolitan de Nueva York, el dibujo más tardío de Ribera que se conserva -también puede verse el más antiguo, la Cabeza de guerrero a sanguina fechada en la primera mitad de 1610.

En la presentación el pasado septiembre de las exposiciones de la temporada en el Museo del Prado, Miguel Zugaza, hablaba de que esta exposición de El Españoleto servía para que Finaldi "saldase una deuda", no con el museo, sino con "su maestro de cabecera, José de Ribera", extremo que ahora confirma el actual director de la National Gallery de Londres: "Creo que sí he saldado esa deuda porque he dedicado muchos años a trabajar sobre este pintor y en particular sobre sus dibujos y que por fin podamos ver este trabajo y que salga en forma catálogo y de exposición, da mucha satisfacción; y al mismo tiempo uno es consciente de que esto representa un momento en la historia del conocimiento", concluye Finaldi, que promete seguir dedicándose al estudio de este gran maestro del dibujo.