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El juez envía a la cárcel al preso que violó e intentó matar a una mujer durante un permiso

  • Condenado a 26 años de prisión, era el tercer permiso del que disfrutaba
  • Se lo denegaron 13 veces, pero la Audiencia de Barcelona lo permitió en febrero
  • El violador fue encarcelado por un suceso muy parecido cometido en 2002

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Prisión para el violador reincidente por violar e intentar matar a una mujer durante un permiso

Un juez de Rubí (Barcelona) ha acordado este miércoles enviar a la cárcel al violador Tomás Pardo, acusado de agredir sexualmente a una mujer e intentar matarla el pasado sábado, cuando disfrutaba de un permiso penitenciario de tres días, el tercero de este tipo desde que en febrero se lo autorizó la Audiencia de Barcelona. Precisamente, hoy se ha sabido que el juez de vigilancia penitenciaria denegó en 13 ocasiones los permisos a este preso, pese a que el Departamento de Justicia los recomendaba desde 2013 y le permitió 18 salidas puntuales que no requerían autorización judicial.

Según han informado fuentes judiciales, el titular del juzgado de instrucción número 6 de Rubí, ante quien el acusado se ha negado a declarar, ha acordado su ingreso en prisión provisional por los delitos de detención ilegal, robo con violencia, agresión sexual, asesinato en grado de tentativa y estafa.

El juez, que también atribuye al violador reincidente un delito de lesiones, ha ordenado su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza.

Pardo fue detenido por los Mossos d'Esquadra el pasado domingo en Igualada (Barcelona), después que el día anterior supuestamente abordó a una mujer en esta localidad y se la llevó hacia una zona boscosa de Castellbisbal (Barcelona) -situada a unos 45 kilómetros-, donde la violó y la intentó matar a navajazos.

Su sobrino intentó usar una tarjeta robada a la víctima

La policía catalana se puso tras la pista de Pardo, que cumple una condena de 26 años de cárcel que le impusieron en 2005 por otra violación e intento de homicidio casi idéntico ocurrido en 2002-, gracias a que su sobrino intentó sacar dinero de un cajero automático con la tarjeta de crédito que le había sustraído a la víctima.

El sobrino, menor de edad, no pudo sacar dinero, ya que el cajero se quedó la tarjeta, si bien esta actuación fue clave para que los Mossos d'Esquadra pudieran centrar sus sospechas sobre Pardo, que antes de ser detenido intentó huir campo a través, según han informado fuentes cercanas al caso.

Cuando los equipos de emergencia acudieron a la zona boscosa a rescatar a la mujer, que había podido avisar por teléfono pese a quedar malherida, ésta les aseguró que el violador le confesó que la tenía que matar porque tenía antecedentes por hechos parecidos, según las fuentes.

Le denegaron 13 veces el permiso, hasta febrero

El violador reincidente disfrutaba de un permiso de tres días -el tercero de estas características que le concedían desde febrero-, que la justicia había avalado tras recibir informes favorables sobre su evolución por parte de instituciones penitenciarias. La decisión no se ejecutó hasta el mes de julio, una vez se informó a la víctima de su primera violación de que saldría de prisión, tal y como establece la ley.

Sin embargo, anteriormente el juez de vigilancia penitenciaria había denegado hasta 13 veces la concesión de este tipo de permiso. Finalmente, en febrero, de la Audiencia de Barcelona le permitió salir atendiendo a los informes de la Junta de Tratamiento que informaban favorablemente a su salida por riesgo bajo.

Según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, la sección 21 de la Audiencia de Barcelona estimó en febrero el recurso del preso y revocó las anteriores decisiones del juez de vigilancia porque el recluso había "avanzado mucho con una actitud empática hacia las víctimas y corrigiendo su impulsividad", y su conducta se adaptaba a la normativa.

Superó un programa de tratamiento dentro de prisión

Asimismo, la Junta de Tratamiento de la cárcel de Ponent (Lleida) propuso la concesión del permiso de tres días dado que ya había cumplido la mitad de la condena, y había iniciado contactos con el exterior de manera progresiva, ya que Tomás Pardo ha tenido 18 permisos de menos de 48 horas -que solo dependen de autorización administrativa- sin que hubiera ningún incidente.

Además, informaban de que había superado con éxito el programa de tratamiento de delincuentes sexuales, que había cambiado de conducta y que incluso trabajaba como voluntario en la Cruz Roja clasificando ropa para personas necesitadas.

En su auto, la Audiencia consideraba "adecuado" que el recluso comenzara sus permisos de tres días, al entender que tenía "la capacidad de identificar y detectar los factores de riesgo y evitarlos", que llevaba 11 años sin consumir drogas y que tenía una "motivación muy fuerte" por su hija de ocho años