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Draghi asegura que el BCE no ha discutido ni la retirada ni la ampliación del programa de deuda

  • Señala que la reunión de diciembre marcará la política monetaria del BCE
  • Ve "poco probable" un final abrupto del actual programa de compra de deuda
  • Subraya la resistencia de la economía de la zona euro a la "inestabilidad política"
  • El BCE mantiene los tipos de interés en el mínimo histórico del 0%

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El presidente del BCE, Mario Draghi
El presidente del BCE, Mario Draghi.

El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, ha asegurado que el organismo no ha tratado en su reunión de este jueves la disminución gradual de las medidas extraordinarias de política monetaria. "No hemos discutido el tapering", ha dicho el banquero italiano, quien ha subrayado que tampoco han debatido una amplación del programa de compra de deuda. En cualquier caso, Draghi ha señalado la reunión de diciembre como fundamental ya que decidirá la política monetaria del BCE "para los próximos meses". Eso sí, el presidente del organismo ve "poco probable" que haya un final abrupto de los estímulos monetarios.

"A veces también es importante decir lo que no debatimos. Y no debatimos ni la retirada gradual (del programa de expansión cuantitativa) ni el horizonte previsto para nuestro programa de compra de activos", ha afirmado Draghi a preguntas de la prensa. En los últimos días habían surgido rumores en los mercados que señalaban que el BCE podría reducir el volumen de compra de activos, pero aumentar la duración del programa más allá de marzo de 2017.

De esta forma, el Consejo de Gobierno será el que evalúe el programa en diciembre. "Estamos esperando a ese mes porque queremos ver todos los datos para decidir (sobre el mismo)", ha subrayado el presidente del BCE, que ha dicho que para entonces tendrá las nuevas proyecciones macroeconómicas "que se extenderán hasta 2019". El banquero italiano, no obstante, ha querido subrayar que las medidas extraordinarias "no estarán en marcha para siempre".

Lo que sí ha discutido este jueves el organismo es la escasez de algunos bonos de algunos países -el BCE debe adquirir títulos de los países de forma proporcional, pero no puede comprar, por ejemplo, deuda cuya rentabilidad sea inferior al -0,4%, su tasa de interés de depósito-, algo que de momento no es un problema, pero que podría dificultar la aplicación del programa. De momento, el presidente del BCE ha hecho hincapié en que éste se desarrolla bien y que no aumenta la desigualdad en la población.

Los bajos tipos de interés funcionan

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, Mario Draghi ha señalado también que "la economía de la zona euro ha mostrado resistencia ante la incertidumbre política y económica global", algo que ha achacado precisamente a las políticas del BCE. "Los bajos tipos de interés funcionan", ha defendido el presidente del organismo.

El banquero italiano ha advertido de que se espera que "expansión económica de la zona euro se ralentice por la menor demanda exterior", entre otros motivos. Por eso ha vuelto a insistir en que tanto los gobiernos como las instituciones europeas deben hacer más reformas, para aprovechar todos los beneficios derivados de la actual política monetaria.

Preguntado por la posibilidad de que una agencia de medición de riesgos (en concreto, DBRS) baje la calificación de Portugal a bono basura, Draghi ha señalado que en ese caso sus bonos dejarán de ser aptos para las compras del BCE porque la entidad exige que, al menos, una de las cuatro agencias otorgue una nota de grado de inversión. Y las otras tres (S&P, Moody's y Fitch) ya la califican como inversión especulativa.

Los tipos siguen en mínimos históricos

En su reunión de este jueves, el BCE ha decidido mantener los tipos de interés en el mínimo histórico del 0% y ha señalado, como lleva haciendo varios meses, que seguirá con las compras de activos por valor de 80.000 millones de euros mensuales "hasta marzo de 2017, o más allá si fuera necesario". En cualquier caso, señala el BCE, las medidas no convencionales seguirán hasta que se observe un ajuste de la inflación compatible con su objetivo, que cercana pero inferior al 2%.

Además, la entidad monetaria europea ha decidido también que su tasa de interés de depósito, por la que remunera el dinero a los bancos, siga siendo negativa (-0,40%) y que la facilidad marginal de crédito, por la que presta dinero a los bancos durante un día, se mantenga en el 0,25%. En este sentido prevé que sus tipos de interés rectores "se mantengan en los niveles actuales o en niveles inferiores, durante un período prolongado que superará con creces el horizonte de las compras netas de activos".