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Decenas de heridos tras arrollar una furgoneta policial a unos manifestantes en Filipinas

  • Protestaban en la embajada de EE.UU. por la presencia militar estadounidense
  • Las autoridades creen que el conductor fue presa del pánico
  • La Policía cargó contra unos 700 manifestantes en Manila

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Un coche policial arremete contra decenas de manifestantes ante la embajada de EE.UU. en Filipinas

Unas 80 personas, entre manifestantes y policías,  han resultado heridas este miércoles durante una protesta de indígenas del sur de Filipinas frente a la embajada de EE.UU.  en Manila por la presencia militar estadounidense en el país, han informado medios locales.

Las fuerzas de orden desplegadas alrededor de la legación diplomática cargaron contra unos 700 manifestantes que pedían el fin de la presencia de las tropas de EE.UU. y expresaban su apoyo a la política exterior del presidente filipino, Rodrigo Duterte, apunta el diario Inquirer.

La Policía alega que los manifestantes no tenían los permisos requeridos para celebrar la protesta y que decidieron lanzar gases lacrimógenos al ver que un grupo atacaba un vehículo policial.

Uno de los momentos más dramáticos fue cuando el conductor de un furgón policial arrolló a varios manifestantes tras recorrer unos diez metros marcha atrás y hacia adelante en repetidas ocasiones.

La mortífera campaña antidroga de Duterte aleja a EE.UU.

El subdirector de operaciones de la Policía de Metro Manila, Marcelino Pedroso, ha intentado excusar al conductor al indicar que posiblemente se debió al pánico.

Al menos 29 personas fueron arrestadas por los oficiales, según los convocantes de la manifestación.

Las relaciones bilaterales entre Filipinas y EE.UU. se han deteriorado desde la investidura de Duterte en junio pasado, cuando inició una violenta campaña contra la droga que ha causado cerca de 3.700 muertos y que ha sido muy criticada por Washington, entre otros.

EE.UU. y Filipinas, aliados históricos, compartían hasta ahora una misma estrategia frente a Pekín en el conflicto territorial del mar de China Meridional, por lo que Washington ha apoyado a Manila en la modernización y entrenamiento de sus Fuerzas Armadas.

Entre las últimas ocurrencias de Duterte, quien a sus 71 años no se muerde la lengua, ha denunciado una conspiración para deponerlo con la participación de la CIA estadounidense. El mandatario filipino también mandó al "infierno" al presidente de EEUU, Barack Obama, a quien previamente llamó "hijo de puta".