Enlaces accesibilidad

Desvelan uno de los secretos mejor guardados del animal más resistente de la naturaleza

  • Se trata del tardígrado, también conocido como oso de agua
  • Científicos han hallado la proteína que le permite sobrevivir a entornos extremos
  • Conocer sus armas puede ayudar en la lucha contra enfermedades humanas

Por
El tardígrado u oso de agua, entre otras cosas, es capaz de sobrevivir en el espacio o estar 10 años sin obtener agua.
El tardígrado u oso de agua, entre otras cosas, es capaz de sobrevivir en el espacio o estar 10 años sin obtener agua.

Un grupo de expertos ha secuenciado el genoma de los osos de agua o tardígrados (Ramazzottius variornatus), y ha identificado una proteína única que les hace tolerantes a condiciones extremas, según un estudio divulgado en Nature. La investigación ha detectado un gen en el tardígrado, considerada la especie más resistente del planeta, cuya proteína confiere resistencia frente a los daños en el ADN.

Esa pequeña especie acuática invertebrada es conocida por su enorme resiliencia y por su capacidad para afrontar con éxito temperaturas extremas. Además, puede pasar hasta una década sin agua, al reemplazar ese elemento por un azúcar llamado trehalosa. Según los hallazgos del estudio, esas proteínas únicas identificadas en los tardígrados son relevantes a la hora de ayudar a las células a tolerar los daños en el ADN.

Conocer sus armas de supervivencia puede resultar muy útil en la investigación biomédica para diseñar estrategias que eviten enfermedades humanas o ayuden a frenar sus estragos. Por eso, los científicos están muy interesados en descifrar el genoma de las distintas especies de estos animales.

El estudio señala que los osos de agua son capaces de sobrevivir en condiciones medioambientales extremas, incluidas el vacío del espacio o en presiones muy altas, si bien no se conoce exactamente cómo lo logran. Precisamente, esa habilidad ha llevado a los expertos a investigar sus genomas.

Genes procedentes de otras especies

El primer genoma secuenciado de los tardígrados revela que durante su evolución adquirieron una cantidad significativa de genes procedentes de otras especies, mediante la llamada transferencia horizontal de genes. No obstante, el origen de la tolerancia de esa especie ante entornos extremos ha sido siempre un misterio.

El experto de la Universidad de Tokio Takekazu Kunieda y un grupo de colegas presentaron en este estudio un genoma de alta calidad de la especie de tardígrado. Durante sus experimentos, no hallaron ninguna evidencia de que se hubiera realizado una amplia transferencia horizontal de genes en esa especie aunque sí encontraron que, comparado con moscas y lombrices, había en ella un incremento de los genes responsables de la tolerancia a los entornos azarosos.

Los científicos identificaron en ese gen una proteína, que creen que es única de los tardígrados, que se adhiere al ADN y puede ayudar a proteger las células humanas cultivadas frente a la radiación de rayos X. El nuevo hallazgo hace pensar a los científicos que esas proteínas exclusivas de los tardígrados son un escudo para las células contra las alteraciones de su material genético. Algunas de esas agresiones son las causantes del cáncer.

Tras haber llevado a cabo una minuciosa comparación entre los genes del tardígrado y los de otras especies, los autores constataron que probablemente el gen que codifica esa proteína protectora es único.

Animales casi indestructibles

Los tardígrados son animales de medio milímetro de longitud, con el cuerpo segmentado, que viven en la capa de agua que cubre musgos, líquenes o helechos, aunque también pueden habitar mares y ríos. Son muy conocidos por sobrevivir en ambientes extremadamente estresantes. Pueden soportar temperaturas que matarían a cualquiera, cercanas al cero absoluto y hasta los 150 ºC; aguantan presiones 6.000 veces superiores a la atmosférica y son capaces de estar 10 años sin recibir agua, aunque no se sabe exactamente cómo hacen todo esto.

Incluso han demostrado que no tienen problemas para seguir con su vida normal en el vacío espacial. En 2007, Europa y Rusia enviaron al espacio una sonda con un grupo de tardígrados como pasajeros. Los increíbles bichos no solo no se murieron, sino que mantuvieron intacta su capacidad reproductiva.