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El primer ministro tunecino no supera el voto de confianza y se creará un gobierno de unidad nacional

  • Habib Essid no ha recibido el apoyo del Parlamento y abandonará su cargo
  • Se negó a dimitir y se presentó ante el Legislativo por "respeto a la Constitución y la democracia y para dar una buena imagen del país"
  • Ahora el presidente tunecino ordenará crear un gobierno de unidad nacional

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El primer ministro de Tunez destituido, Habib Essid
El primer ministro de Tunez destituido, Habib Essid

La Asamblea de Representantes del Pueblo de Túnez (ARP) no ha renovado este sábado el voto de confianza al primer ministro, Habib Essid, que sólo ha obtenido a su favor 3 votos de los 148 votantes de los que 118 votaron contra y 27 se abstuvieron. Tras esto, Essid pasa a ser considerado un ministro dimisionario de forma oficial y el presidente tunecino, Beyi Caid Essebsi, ordenará a una personalidad crear un gobierno de unidad nacional.

La votación de confianza en el Parlamento de Túnez al primer ministro del país se ha prolongado hasta esta noche debido al gran número de diputados que han pedido intervenir, ha dicho el presidente del legislativo tunecino, Mohamed Naser.

Por su parte, en su intervención en el pleno, Essid ha afirmado que pidió presentarse ante el parlamento por respeto a la Constitución y la democracia y "dar una buena imagen" del país.

Essid reclama haber cumplido con los objetivos

El jefe del Ejecutivo ha recordado las circunstancias por las que fue elegido para el cargo en enero de 2015 en especial "por el miedo a la hegemonía política". Asimismo ha añadido que su gobierno tenía como objetivos luchar contra el terrorismo, el alza de los precios y la instauración de la paz social.

"Todos los objetivos han sido realizados. Además acepté esta misión porque creí que el gobierno debía permanecer porque Túnez necesitaba esa estabilidad", ha señalado.

Essid ha reconocido que la situación económica "es difícil" pero "no insuperable" tras precisar que su gobierno llegó a reducir el alza de los precios de un 5,7% en febrero de 2015 a un 3,9% en la actualidad.

A juicio del jefe del Ejecutivo, la situación "no permite incertidumbres", por lo que ha insistido en la necesidad de "continuidad y estabilidad" para la economía y la imagen exterior del país.

En referencia a la lucha contra la corrupción y el problema del desempleo, principales reivindicaciones de las revueltas sociales de 2011, ha expresado que no pueden solucionarse en el periodo de un año "con un cambio de gobierno".

En esta sesión, 191 diputados, de los cuales 43 no han votado, han debatido sobre la pertinencia de cambiar el Gobierno para dar paso a la creación de otro Ejecutivo de unidad nacional propuesto por el jefe del Estado, Beyi Caid Essebsi, el pasado 2 de junio.

El primer ministro ha preferido someterse al voto de confianza parlamentario antes que presentar su dimisión, a lo que se ha negado hasta en tres ocasiones durante las últimas dos semanas, lo que ha prolongado la crisis institucional.

Essid no ha obtenido el voto favorable de al menos 109 diputados para permanecer en el cargo y desde esta noche es considerado ministro dimisionario de forma oficial.

Se formará un gobierno de unidad nacional

Según la Constitución el presidente del Estado, Beyi Caid Essebsi en los próximos días propondrá a una personalidad que forme un gobierno de unidad nacional que a su vez deberá obtener el voto de confianza de la ARP.

Los principales partidos políticos ya anunciaron en los últimos días su negativa a renovar en el cargo al primer ministro, así como su predisposición a apoyar a un gobierno de unidad nacional cuya hoja de ruta fue pactada y firmada el pasado 13 de julio.

Se trata del movimiento islamista de Al Nahda, el partido de centro derecha "Nida-Tunis", los populistas de Unión Patriótica Libre (UPL) y los socialdemócratas de Afek-Tunis.

La coalición compuesta por una docena de partidos de izquierdas del Frente Popular (FP) han sido los únicos que no apoyan las iniciativas del presidente tunecino por lo que su participación en el futuro gobierno está descartada.

Túnez atraviesa además una crisis económica y social agravada por la caída del sector turístico, principal proveedor de divisas, después de los tres atentados yihadistas del pasado año que causaron unos sesenta muertos, en su mayoría extranjeros.