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Miguel Delibes de Castro: "Los últimos presidentes de Gobierno se han despegado mucho del medio ambiente"

  • El biólogo opina sobre el compromiso ecológico y el calentamiento global
  • Echa de menos la protección de la naturaleza en los programas electorales
  • "Con las prácticas actuales, el Acuerdo de París no se cumpliría", asegura

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El biólogo Miguel Delibes de Castro.
El biólogo Miguel Delibes de Castro.

Miguel Delibes de Castro ha heredado de su padre, el gran novelista castellano, tres cosas que saltan a la vista por encima de las demás: el nombre, un gran parecido físico y el amor por la naturaleza. Precisamente fue este último aspecto el que le empujó a convertirse en biólogo, profesión que lleva ejerciendo desde hace más de 40 años. En este tiempo, ha centrado buena parte de su trabajo en el que para muchos es el mayor tesoro natural de España: el Parque Nacional de Doñana, donde durante ocho años fue el director de la Estación Biológica. Fue allí donde conoció de cerca a su inquilino más ilustre y al mismo tiempo frágil: el lince ibérico, del que está considerado como la máxima autoridad mundial.

Preocupado por la conservación del medio ambiente casi hasta la obsesión, Miguel Delibes de Castro apela al sentido común y a la solidaridad como la única receta posible para evitar que el ser humano destruya todo cuanto tiene a su alrededor.

El hombre es la especie animal con mayor influencia en una naturaleza que ha trastocado a la medida de sus necesidades, pero de la que no puede dejar de formar parte. Por eso el científico vallisoletano cree que la responsabilidad que tiene con el medio ambiente es muy grande. Y pone como ejemplo El Principito de Saint-Exupéry, y las palabras del zorro: "Eres responsable para siempre de lo que has domesticado".

PREGUNTA: Ayer mismo le han concedido a la ONU el Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional

RESPUESTA: Ahora mismo, tal y como estamos, no se va a cumplir. Por el momento, los acuerdos son voluntarios, no obligatorios. Así que la esperanza es que se vayan incrementando las cuotas de reducción y que podamos acercarnos al horizonte contemplado de no subir más de dos grados centígrados la temperatura. Yo creo que vamos cambiando hacia la solución más o menos rápido, y por eso quiero ser optimista. Pero con las prácticas actuales, no se cumpliría.

P: ¿Es el mayor desafío al que se enfrenta la humanidad?

R: Probablemente es la cara más visible de un desafío más general que es el cambio global, y del que el calentamiento es una de las facetas. El calentamiento está teniendo ya consecuencias económicas muy grandes y repercute mucho en todos nosotros. Consecuencias también en salud, en desastres naturales… Pero todo eso está relacionado con otros factores como son los cambios de uso del suelo, la pérdida de bosques, la pérdida de especies… Por lo cual yo creo que el desafío es el conjunto.

Si no ponemos un límite al consumo, el sistema Tierra estallará, porque no puede crecer sin límite.

P: ¿Conduce la industrialización y el consumismo inevitablemente hacia la destrucción de la naturaleza? ¿Hay alternativa?

R: Creo que hay un límite al consumo, porque el sistema Tierra es un sistema finito que no puede crecer indefinidamente. Entonces, si entendemos por crecimiento exclusivamente el desarrollo industrial o el crecimiento económico, vamos a acabar chocando. Hay que entender por desarrollo vivir mejor, incluso aunque tengamos menos, o debamos prescindir de cosas que ahora nos pueden parecer indispensables. Si no, insisto, el sistema estallará, porque no puede crecer sin límite.

P: En este proceso, ¿Qué papel cree que desempeña la tecnología? ¿Va a resolver todos nuestros problemas?

R: Esa es la esperanza de los optimistas. La tecnología nos ayuda, evidentemente, pero por sí sola no resuelve los problemas, y en algunos casos incluso los agrava. Un buen ejemplo es la gasolina de los coches. Hemos limpiado la gasolina de contaminantes, pero tenemos muchos más coches de los que había antes, por lo que se sigue contaminando lo mismo o más. Probablemente, va a retrasar el momento de alcanzar esos límites, pero no va a impedir que se llegue a ellos.

El Acuerdo de París es una llamada a los empresarios para invertir en tecnologías diferentes.

Ahora también es una buena oportunidad. El Acuerdo de París es una llamada a los empresarios para invertir en tecnologías diferentes, que alejen esos límites. Yo creo que es una toma de postura muy clara. Quizá la parte más útil a corto plazo de este acuerdo internacional sea el mensaje que traslada de que esto va en serio, lo que ayuda a que desaparezcan los escépticos.

Hay más conciencia de que es un problema real. Los escépticos casi desaparecen. Ese es un mensaje importante. La sociedad admite que es un problema. Y el otro mensaje importante es que dicen: por aquí podéis tener una vía de negocio, invertid en un mundo más limpio, más solidario. Y yo creo que estos mensajes van a tener efecto antes de que los tengan las limitaciones voluntarias de los países de emisiones de gases de efecto invernadero.

P: A tres días para las elecciones generales… ¿Qué le pediría al próximo presidente del Gobierno, sea este del color político que sea? ¿Hace falta un mayor compromiso con la protección de la naturaleza?

R: Sinceramente, creo que los presidentes de Gobierno en España en los últimos años, o al menos desde la crisis, se han despegado mucho del medio ambiente y han transmitido incluso, aunque no lo hayan querido, un mensaje de despreocupación. Se ha transmitido a la sociedad española el mensaje de que el medio ambiente no es importante.

La protección del medio ambiente es un tema que no aparece en las campañas electorales.

Por ejemplo, es un tema que no aparece en las campañas electorales, y esto creo que es negativo no solo para España como país, sino también como miembro de la Unión Europea, que sí que se toma más en serio estos problemas.

P: La autodestrucción de la especie humana. ¿Es un tópico alarmista o una posibilidad muy real?

R: Yo lo que creo que hay que tomarse en serio es la destrucción, por lo menos en un plazo razonable, del sistema de vida que tenemos hoy. Y esto es mejor que cambiemos el sistema controlando el cambio, que no esperar a que cambie solo. Y algunas de las cosas que ya están ocurriendo, como migraciones masivas, incluso guerras, tiene que ver con factores como el clima o el agotamiento de las pesquerías.