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Drones, la amenaza creciente de los aviones de pasajeros

  • Aumentan los incidentes entre artefactos teledirigidos y aeronaves tripuladas
  • Ninguno grave, pero los pilotos advierten del "peligro importante" que suponen
  • Hay una ley que regula el uso de drones, pero no protección en aeropuertos

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En la actualidad, existen registradas en España 2.600 aeronaves no tripuladas
En la actualidad, existen registradas en España 2.600 aeronaves no tripuladas.

A la aviación comercial le ha surgido un nuevo quebradero de cabeza: los drones. El número de incidentes entre estos artefactos y los aviones de pasajeros ha crecido a ritmo vertiginoso en aeropuertos de todo el mundo. Especialmente en Estados Unidos, donde en solo cinco meses se han reportado casi 600 situaciones de riesgo en maniobras de aterrizaje y despegue de aeronaves tripuladas.

También, en menor medida, se han registrado incidentes con drones en Gran Bretaña, Francia, Polonia... Aunque aún no se ha producido ningún accidente de consideración, los pilotos exigen medidas para evitar que ocurra.

"En España, aún no ha habido incidentes graves", explica Agustín Guzmán, jefe adjunto del departamento técnico del Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (Sepla). "Pero la aviación comercial es tan segura precisamente porque intentamos adelantarnos a los problemas. Y ahora hay una tendencia muy clara que indica que los drones van a suponer un peligro importante para la aviación comercial".

Los incidentes con drones se producen en las maniobras de despeque y aterrizaje de los aviones.

Los incidentes con drones se producen en las maniobras de despeque y aterrizaje de los aviones. THINKSTOCK

Ricardo Huercio, portavoz del Colegio Oficial de Pilotos de la Aviación Comercial (Copac), no duda a la hora de afirmar que un dron podría derribar un avión comercial, a pesar de su diferencia de tamaño. "Sí, claro que pueden provocar un accidente fatal, aunque por fortuna aún no se ha producido ninguno. Imaginemos que un dron entra a toda velocidad dentro de un motor. El impacto podría romper los álabes del rotor, que saldrían despedidos y a su vez podrían ocasionar daños catastróficos...".

Una de las demandas repetidas con mayor insistencia entre el colectivo de pilotos es la necesidad de realizar estudios sobre cómo podría afectar a un avión la colisión contra uno de estos dispositivos teledirigidos. En motores, ventanas de la cabina de vuelo, alas, fuselaje... "En otros países ya se ha evaluado de manera virtual el impacto que tendría en el interior de un motor. Y se ha visto que el daño es muy grande. En España, no me consta que se hayan realizado pruebas similares", denuncia Agustín Guzmán.

En un sector como el aeronáutico, donde la seguridad adquiere una dimensión que roza lo sagrado, la proliferación de estos pequeños artefactos dirigidos a distancia ha encendido tantas alarmas como recelos. "Los drones deberían regirse por las mismas leyes que lo hace la aviación comercial. Al sector le falta 'cultura de seguridad', que es un concepto que hay que cultivar mucho y requiere de años", opina Ricardo Huercio.

Normativa sobre el uso civil de drones

Mientras que en Estados Unidos aún no existe una normativa específica, España sí que cuenta desde 2014 con una de carácter temporal sobre el uso civil de drones. La Agencia Estatal de Seguridad Aérea (Aesa) es la encargada de regular la utilización de aeronaves no tripuladas de hasta 150 kilos. Por encima de este peso, la responsabilidad corresponde a la Agencia Europea de Seguridad Aérea (Easa).

Los pilotos creen que uno de los mayores peligros sería el impacto de un dron con el motor de los aviones.

Los pilotos creen que uno de los mayores peligros sería el impacto de un dron con el motor de los aviones. THINKSTOCK

"La ley indica claramente que no se pueden volar drones a una distancia mínima de aeropuertos y aeródromos de ocho kilómetros. Además, que los drones, como aeronaves que son, están sujetos a la legislación aeronáutica general, esto es a la Ley de Navegación Aérea, a la Ley de Seguridad Aérea o al Reglamento de Circulación Aérea. Por tanto, los operadores de drones tienen que cumplir la ley y si no lo hacen serán sancionados con las multas administrativas correspondientes", explican desde Aesa.

En la actualidad, existen en España 2.600 aeronaves no tripuladas registradas y más de 1.200 operadores de drones de menos de 25 kilos cuya principal actividad es la fotografía y las filmaciones aéreas. Para este tipo de aeronaves, las más habituales, la ley exige que el piloto no pierda en ningún momento contacto visual con el artefacto, que éste no se aleje a más de 500 metros de distancia ni sobrepase los 120 metros de altura. También, que se mantenga fuera de espacios aerocontrolados y no sobrevuele zonas habitadas o grandes concentraciones de gente, como manifestaciones, eventos deportivos, fiestas...

Los drones pequeños se están vendiendo como juguetes, aunque potencialmente son muy peligrosos para la aviación comercial.

"A los pilotos de aviones nos inquietan menos los operadores con licencia. Pero sí que nos preocupan especialmente los drones más pequeños, que se utilizan con fines recreativos, cuyo uso está regulado pero no se exige formación. Se están vendiendo como juguetes, aunque potencialmente son muy peligrosos para la aviación comercial", indica Agustín Guzmán. "La normativa de 2014 es mejor que no tener nada, pero el problema es que hay que encontrar la manera de implementarla".

La ley española es clara en este sentido, pero en la práctica no se ha desarrollado aún ningún sistema para evitar un posible uso imprudente o malintencionado de los drones que pueda poner en peligro la seguridad de los aviones comerciales, teniendo en cuenta el número cada vez mayor de artefactos no tripulados y los incidentes que se han producido en otros países.

La Agencia Estatal de Seguridad Aérea no contempla medidas de seguridad adicionales ante la eventual intrusión de drones, algo que critican los pilotos."El peligro es grande y no se han tomado medidas suficientes al respecto", advierte Guzmán. "Nos preocupan mucho los posibles casos de uso deliberado, como ataques terroristas; pero también las imprudencias".

Evitar el uso de los drones con fines terroristas

Para hacer frente a un posible uso terrorista de los drones en cualquier espacio público, el Ministerio del Interior, en colaboración con otros Gobiernos europeos, está trabajando en "explorar soluciones técnicas que permitan la detección, denegación y, llegado el caso, la neutralización" de estos artefactos.

Un águila se dispone a atajar un dron durante un ejercicio de la policía holandesa.

Un águila se dispone a atajar un dron durante un ejercicio de la policía holandesa. EFE

Ejemplos ya hay en todo el mundo. En Estados Unidos se están desarrollando sistemas de blindaje de frecuencias para evitar secuestros y ataques cibernéticos a drones, además de otros para proteger el espacio aéreo de las instalaciones aeroportuarias. La Policía de Tokio utiliza "drones caza-drones", y las fuerzas de seguridad holandesas están adiestrando aves rapaces para abatir en vuelo a dispositivos no deseados.

En este sentido, conviene recordar que desde hace décadas el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas cuenta con un servicio de cetrería destinado a evitar que otras aves supongan un peligro para el despeque y aterrizaje de los aviones. Aunque, como confirman desde Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena), no se ha contemplado la posibilidad de utilizar estas aves de presa contra posibles drones.

Es un claro ejemplo de cómo la tecnología avanza mucho más rápido que la capacidad normativa para adaptarse a ella.

Vacío legal

En un sector tan incipiente como el de los drones, la normativa tanto a nivel nacional como internacional está aún por construir. Y rellenar ese vacío legal se convierte en una necesidad sobre la que ponen especial énfasis los pilotos de aerolíneas comerciales. "Está todo por hacer. Estamos asistiendo al nacimiento de una nueva industria y hay que ubicarla, porque no está ubicada todavía", sostiene Ricardo Huercio. "No hay que tener prisa para implantar la normativa adecuada. Lo más importante es hacerlo bien".

"Como todas las cuestiones de aviación, estamos ante un problema muy complejo, cuya solución no es fácil, aunque hay que trabajar por encontrarla, porque el riesgo está ahí. Es un claro ejemplo de cómo la tecnología avanza mucho más rápido que la capacidad normativa para adaptarse a ella", declara Agustín Guzmán a modo de conclusión.