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Holanda entrega a España al condenado a 72 años de prisión por abusos a menores

  • Está condenado por nueve delitos continuados de utilización de menores
  • Se fugó antes de que el juzgado le notificara el auto de prisión

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El pederasta J. G.V.S condenado a 72 años de cárcel por abusos a menores a su llegada a Madrid
El pederasta J. G.V.S condenado a 72 años de cárcel por abusos a menores a su llegada a Madrid.

El pederasta condenado a 72 años por abusos a menores en España arrestado en Amsterdam (Holanda) hace una semana en virtud de una orden detención y entrega, ha llegado este viernes a Madrid para ingresar en prisión provisional, según han informado fuentes jurídicas.

J. G. S., de 47 años y monitor de ciclismo en Valdemoro (Madrid), había sido condenado a esa pena por abusos sexuales a menores y otros delitos y se fugó antes de que el juzgado le notificara el auto de prisión.

Su traslado desde la ciudad holandesa a la capital española se ha llevado a cabo este viernes. A su llegada ha sido conducido al juzgado de guardia de detenidos de Plaza de Castilla, donde se ordenará su ingreso en prisión en virtud de la orden de detención y entrega, si bien el lunes tendrá que comparecer ante la sección V de la Audiencia Provincial, que le notificará la sentencia, aun no firme, y su entrada en prisión provisional.

El pederasta fue arrestado en el aeropuerto de Schipol en Amsterdam, cuando regresaba de un país asiático, y los agentes le intervinieron dos ordenadores portátiles, tres discos duros, un móvil, una cámara fotográfica y dos reproductores de MP3.

Según ha informado la Dirección General de la Policía, estos objetos pueden ser susceptibles de contener material pornográfico infantil, aunque tendrán que ser analizados.

Condena a 72 años de cárcel

Hace un mes, la Audiencia de Madrid puso en busca y captura a J. G.S. tras su condena, que tuvo que emitir el tribunal madrileño en un segundo fallo.

Y lo hizo porque tras el juicio este tribunal le absolvió al considerar que la entrada y registro de su casa, donde se hallaron varias pruebas, no se había realizado conforme a la legalidad vigente.

Sin embargo, la Fiscalía de Madrid recurrió la absolución ante el Tribunal Supremo, que validó la entrada en la vivienda y ordenó a la Audiencia repetir la sentencia.

En el nuevo texto se le condenó a 72 años, pero durante el periodo en el que la Audiencia redactaba este fallo, el condenado huyó del país, por lo que el órgano judicial dictó una orden de busca y captura para su ingreso en prisión.

Dado que esta nueva sentencia está recurrida ante el Supremo, el investigado tendrá que ingresar en prisión con carácter preventivo, al haber eludido la acción de la justicia, y estará en esta situación hasta que alto tribunal dicte un fallo en firme. Si no se hubiera fugado, estaría en libertad hasta que el Supremo viese su recurso.

Nueve delitos de utilización de menores

El monitor de ciclismo está condenado por nueve delitos continuados de utilización de menores de trece años para la elaboración de material pornográfico, dos delitos continuados contra la intimidad, tres delitos continuados de abuso sexual, cuatro delitos de exhibición de material pornográfico y un delito de posesión de material pornográfico.

Los hechos probados señalan que el reo tomaba imágenes de vídeo de adolescentes y niños desnudos, a quienes conducía a que adoptasen posturas eróticas o se masturbaran y estaba en posesión de material pornográfico de menores. Usaba para ello su posición de monitor del club de ciclismo de Valdemoro, que gestionaba.

Fue en 2012, gracias a los canales de colaboración internacional, cuando J.G.S. tras una investigación iniciada al recibir por parte de Interpol y Europol información de que un ciudadano español había adquirido varios DVD con pornografía infantil.

Las pesquisas policiales llevaron hasta este monitor de ciclismo, que aprovechaba su relación de confianza con niños de entre 8 y 15 años para pedirles que realizaran en su presencia actos de índole sexual.

En su domicilio, la Policía intervino en ese momento 11 discos duros, tres teléfonos móviles, dos soportes ópticos, una cámara de vídeo, otra fotográfica y diverso material impreso.

Un análisis exhaustivo de los intervenido permitió identificar a 14 menores de edad víctimas de esos abusos, a la vez que se comprobó que llevaba un registro de los que iba cometiendo.