Enlaces accesibilidad
Crisis de los refugiados

Los líderes de la Unión Europea alcanzan una postura común sobre la devolución de refugiados a Turquía

  • El acuerdo, del que no se conocen detalles, se negociará este viernes con Turquía
  • Los Veintiocho han intentado asegurar que la propuesta sea acorde a la legalidad
  • Al comenzar las devoluciones, por cada sirio deportado, uno será acogido en la UE

Por
Las tiendas de campaña llenan el campo de refugiados de Idomeni en la frontera entre Grecia y Macedonia
Las tiendas de campaña llenan el campo de refugiados de Idomeni en la frontera entre Grecia y Macedonia

Los líderes de la Unión Europea han cerrado a última hora de este jueves una posición común acerca del acuerdo que negociarán este viernes con Turquía. A pesar de que todavía no se conocen los detalles del posible pacto, la canciller alemana Angela Merkel ha explicado al término del Consejo Europeo que se han consensuado los "principales elementos" para la devolución a territorio turco de los inmigrantes irregulares que lleguen a Grecia.

Este viernes a primera hora el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, y el primer ministro holandés, Mark Rutte, que ocupa la Presidencia semestral del Consejo de la UE, se reunirán con el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu para intentar llegar a una declaración definitiva.

Merkel ha señalado que los Veintiocho han trabajado sobre las bases de la propuesta de Turquía del pasado 7 de marzo, aunque ha precisado que las devoluciones deberán hacerse de forma que se cumpla la normativa internacional y comunitaria. "Hemos insistido en que debe haber evaluaciones individuales de cada persona que llegue a las islas griegas", ha recalcado.

Además de estudiar por separado cada demanda de asilo, los líderes también quieren reforzar el papel de ACNUR en el proceso. El objetivo es asegurar la legalidad del acuerdo, que ha planteado dificultades jurídicas y ha suscitado numerosas muestras de rechazo, desde organizaciones que trabajan con los refugiados hasta la propia ONU, que ha advertido sobre la ilegalidad de las deportaciones masivas.

LaUE insiste en que ayudará a poner fin al negocio de las mafias y a disuadir a las personas de jugarse al vida en el mar Egeo. Además, aquellas que entren de forma ilegal, según el acuerdo, serán puestas al final de la lista para ser acogidas.

La canciller alemana, Angela Merkel, charla con el primer ministro danés, Lars Lokke Rasmussen (izquierda), y con el primer ministro holandés, Mark Rutte (derecha)

La canciller alemana, Angela Merkel, charla con el primer ministro danés, Lars Lokke Rasmussen (izquierda), y con el primer ministro holandés, Mark Rutte (derecha), antes del inicio de la cumbre sobre los refugiados. EFE

Por cada sirio deportado, uno será acogido en la UE

Aunque todavía no se ha fijado la fecha en que comenzarán las devoluciones, Merkel ha indicado que sería "relativamente rápido". Además, "pocos días después", comenzaría funcionar el mecanismo conocido como uno por uno: la acogida por la vía legal de un sirio en la UE por cada uno deportado.

La canciller ha detallado que, aunque este mecanismo de reasentamiento será voluntario, para el que se puede llegar a 72.000 personas, "todos los países se han mostrado dispuestos a participar". Eso sí, ha recordado que al menos Hungría -y también Eslovaquia- han pedido examinar esta cuestión ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

A pesar de todo, tanto Merkel como Rutte han incidido en que la negociación con Turquía será difícil. A cambio de aceptar el retorno de los refugiados, Ankara pide 3.000 millones de euros adicionales, adelantar a junio la liberalización de visados -algo a lo que algunos países como Francia muestran reticencias- y acelerar el proceso de adhesión a la UE, exigencia que rechaza Chipre por la ocupación de la parte norte de la isla por parte de ese país.

El acuerdo también plantea serias dudas porque no está claro que Turquía pueda considerarse un "país tercero seguro", puesto que no cumple plenamente la Convención de Ginebra sobre asilo. Por ello, los líderes comunitarios también pretenden que Ankara asuma cambios jurídicos para la protección de refugiados e introduzca estándares internacionales en su legislación interna.

Por su parte, el presidente francés, François Hollande, ha señalado al salir de la reunión que incluso aunque se llegue a un acuerdo con Turquía, el problema migratorio no estará resuelto hasta que se llegue a una solución en Siria.

El presidente de Gobierno español, Mariano Rajoy, ha considerado al término del encuentro que se han dado avances "capitales", entre ellos ha destacado el de tratar de forma individualizada las solicitudes de asilo. También ha recordado que él ha defendido la posición consensuada este miércoles por el Parlamento y que ha insistido en que cualquier decisión debe ser conforme a la legalidad internacional.

Grecia reclama de nuevo ayuda

Los líderes, en cualquier caso, necesitan alcanzar algún tipo de compromiso que alivie la situación, especialmente en Grecia, cuyo primer ministro, Alexis Tsipras, ha vuelto a reclamar ayuda para atender a los miles de refugiados que han quedado bloqueados en su país tras el cierre de fronteras en la denominada ruta balcánica.

En principio, la coordinación de toda esta operación de devoluciones corresponderá a Grecia bajo el paraguas de la Oficina Europea de Apoyo al Asilo (EASO, en inglés), ha detallado Merkel, aunque los Estados miembro deberán aportar ayuda para afrontar los retos logísticos del mecanismo y medios financieros para crear centros de recepción para los refugiados que ya se encuentran en las islas.

Los miles de inmigrantes atrapados en Idomeni aguardan con esperanza los resultados de la cumbre europea

Desde que comenzó el año, más de 143.000 personas han llegado a Grecia desde Turquía, una cifra que supera el millón desde enero de 2015, la mayoría procedentes de Siria, Irak y Afganistán. El cierre de la ruta balcánica ha bloqueado a muchos de ellos en Grecia, como ocurre en el campamento de Idomeni, junto a la frontera de Macedonia, donde entre 10.000 y 15.000 personas esperan a que se abra la frontera.