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BP anticipa un año "duro para la industria", no obstante el mercado se equilibrará de forma gradual

  • La demanda de petróleo continuará creciendo a largo plazo, un 1,4% hasta 2035
  • El crecimiento de las emisiones de CO2 se reducirá a la mitad en ese periodo

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Plataforma petrolífera de BP en el Mar del Norte
Plataforma petrolífera de BP en el Mar del Norte.

El consejero delegado de la petrolera BP, Bob Dudley, ha anticipado que 2016 será un año "duro para la industria", aunque ha manifestado su confianza en que el mercado se equilibrará de forma gradual y la demanda continuará creciendo a largo plazo.

"Nuestra industria continúa centrada en la persistente debilidad del mercado del petróleo", ha dicho el consejero delegado, para quien "el proceso de ajuste va a ser doloroso y las compañías energéticas deberán adaptarse para capear la tormenta".

Al presentar en Londres el informe Energy Outlook, que desarrolla las perspectivas estratégicas de la compañía para los próximos veinte años, Dudley ha pronosticado un incremento de la demanda global de un 1,4% anual hasta 2035.

Para entonces, los combustibles fósiles supondrán cerca del 80% de las fuentes energéticas del planeta -en la actualidad representan el 86%-, a pesar de que anticipa un crecimiento del 285% en energías renovables.

La compañía británica prevé además una continua expansión de la producción de petróleo de esquisto, que aumentará un 9% en dos décadas y alcanzará unos 8 millones de barriles diarios para 2035, el doble del volumen actual.

Dudley ha explicado que el mercado, que ha visto cómo los precios del petróleo se desplomaban más de un 70% en año y medio debido al exceso de oferta, muestra a pesar de todo "claros signos de que se está ajustando y recuperará el equilibrio de manera gradual". En 2015, la caída del crudo y del gas hizo que BP registrara sus peores resultados en las últimas dos décadas, con unas pérdidas atribuidas de cerca de 6.000 millones de euros.

La OPEP aumentará su producción en 7 millones de barriles diarios

La negativa de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y de sus principales competidores a rebajar su producción, a pesar de que el nivel de oferta sobrepasa al de la demanda, ha desplomado el crudo hasta los 30 dólares el barril. En su análisis, BP trabaja con un escenario en el que la OPEP aumentará su bombeo en unos 7 millones de barriles diarios de cara a 2035, hasta los 44 millones de barriles diarios.

Aunque Spencer Dale, economista jefe de BP, ha anticipado que en los próximos años "ocurrirá algo que volverá a hacer repuntar los precios" hasta cerca de los 100 dólares el barril, si bien ha admitido que no es previsible que se mantengan en esa cota durante mucho tiempo.

A nivel global, la producción de combustibles fósiles líquidos crecerá en unos 19 millones de barriles diarios en los próximos 20 años, principalmente debido al crecimiento en las extracciones de petróleo no convencional en Estados Unidos y otras fuentes, como los pozos en aguas profundas de Brasil y las arenas bituminosas canadienses.

En su análisis, Dale ha señalado que el buen funcionamiento de la industria en el futuro dependerá del equilibrio entre el crecimiento de la demanda global y el incremento de la eficiencia energética. "Mientras la economía mundial se expanda, será necesaria más energía para soportar esa actividad", ha dicho el economista, para quien el mayor avance provendrá de las economías emergentes asiáticas y africanas. "Al mismo tiempo, cada vez se requiere menos energía para llevar a cabo la misma actividad, en particular gracias a los esfuerzos por incrementar la eficiencia energética tras la Cumbre de París", ha añadido.

La petrolera anticipa que el crecimiento de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) se reducirá a la mitad en las próximas dos décadas y será del 0,9% anual, en lugar del 2,1% que se ha registrado desde 1995.

Además, BP avanza que el carbón continuará perdiendo preeminencia como fuente energética y supondrá menos del 25% de los recursos en 2035, cuando habrá sido sobrepasado por el gas como segundo combustible fósil más utilizado.