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Tres de cada cuatro horas de trabajo no remunerado las hacen mujeres, según la ONU

  • Además, destaca que cobran un 24% menos de media que los hombres
  • Sólo ocupan un quinto de los puestos de liderazgo en empresas y gobiernos
  • En todo el mundo, 204 millones de personas no tienen trabajo en 2015
  • Más de 1.500 millones de personas tienen "un empleo vulnerable"

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Dos mujeres trabajando en una fábrica de ladrillos de India
Dos mujeres trabajando en una fábrica de ladrillos de India.

Las mujeres realizan la mayor parte del trabajo no remunerado en el mundo, según el Informe sobre Desarrollo Humano 2015 publicado por la ONU (ver documento en pdf), donde se asegura que ellas hacen tres de cada cuatro horas de ese trabajo sin pagar. Además, añade el estudio, cuando se les paga, las mujeres perciben menos que los hombres por igual trabajo: cobran un 24% menos de media que sus colegas masculinos.

Así, el estudio especifica que el 59% del trabajo es remunerado -que se realiza en su mayor parte fuera del hogar- y en él, "la proporción de hombres es casi el doble que la de mujeres (el 38% frente al 21%)". Sin embargo, esa situación se invierte en el caso del trabajo no remunerado, "que en su mayor parte se realiza dentro del hogar y abarca una gran variedad de labores de cuidado": por el 41% del trabajo global no se remunera y ahí "las mujeres representan el triple que los hombres (el 31% frente al 10%)".

Desventajas laborales de las mujeres

El informe presentado este lunes en la capital de Etiopía, Adis Abeba, también destaca que las mujeres ocupan sólo una quinta parte de las posiciones de liderazgo en empresas y gobiernos, y que un tercio de las compañías del mundo no tienen a ninguna mujer en puestos de gestión y responsabilidad.

Así, este análisis "sostiene con firmeza que las mujeres se encuentran en situación de desventaja en el mundo laboral, tanto en el trabajo remunerado como en el no remunerado. En el ámbito del trabajo remunerado, participan menos que los hombres en la fuerza de trabajo, ganan menos, su trabajo suele ser más vulnerable, y están insuficientemente representadas en los cargos directivos superiores y los cargos decisorios. Por lo que se refiere al trabajo no remunerado, soportan una carga desproporcionada de los quehaceres domésticos y el trabajo de cuidados".

Para poner fin a esa situación, Naciones Unidas insta a todos los gobiernos a asegurar "igual sueldo para igual trabajo entre mujeres y hombres, un pago adecuado durante las bajas de maternidad y paternidad para mujeres y hombres, y la lucha contra el acoso y las normas sociales que excluyen a muchas mujeres del trabajo remunerado", ha explicado la responsable de Programa de la ONU para Desarrollo Humano (PNUD), Helen Clark.

Más de 1.500 millones de personas tienen un trabajo "vulnerable"

Respecto al panorama general del mercado laboral mundial, el informe advierte que en 2015, 204 millones de personas no tenían trabajo, entre ellas, 74 millones de jóvenes, y que unos 830 millones de personas en el mundo son trabajadores pobres, es decir, que pese a tener un empleo sólo diponen de menos de 2 dólares al día para vivir.

"Por otra parte, más de 1.500 millones tienen un empleo vulnerable y, por lo general, carecen de condiciones de trabajo dignas, así como de una representación y una seguridad social adecuadas", añade el documento.

La ONU también subraya la creciente desigualdad, reflejada en un dato: cerca del 80% de la población del planeta posee solo el 6% de la riqueza global.

"Es probable que en 2016 la participación del 1% más rico de la población en la riqueza mundial supere el 50%. En el mundo del trabajo, los salarios son inferiores a la productividad, y la participación de los trabajadores en el ingreso nacional ha ido disminuyendo", avisa el informe.

Como solución, el documento insta a una acción a nivel nacional y global para garantizar los derechos de los trabajadores y promover el trabajo sostenible. Para ello, propone establecer "un nuevo contrato social entre Estado, sociedad y sector privado para mejorar la protección social", profundizar la cooperación entre trabajadores, empresas y gobiernos para asegurar los derechos, promover ingresos justos y seguridad en el puesto de trabajo.

Envejecimiento acelerado

Además, la ONU alerta de la aceleración en el envejecimiento de la población mundial, que llevará a que, en 2050, "por primera vez en la historia, el número de personas mayores de 60 años igualará al de menores de 15 años".

Por esta razón, indica el informe, países de todo el mundo están replanteándose el papel de la gente mayor en el mundo laboral y deberían potenciar el nicho de trabajo que presenta la atención y cuidado de ancianos y dependientes.

"Las estimaciones recientes indican que hay un déficit mundial de 13,6 millones de trabajadores dedicados al cuidado de otras personas, lo que da lugar a graves deficiencias en los servicios de atención prolongada para las personas mayores de 65 años", recoge el estudio.

El trabajo, "mucho más que una transacción económica"

Asimismo, el organismo internacional recuerda que el trabajo es "mucho más que una transacción económica: es la base de la riqueza de las naciones, pero también de la riqueza de los seres humanos". "El trabajo ayuda a la gente a escapar de la pobreza, puede ayudar a construir comunidades, desarrollar capacidades y dar a las personas un sentido de vida", explica el informe.

Sin embargo, continúa, "el vínculo entre el trabajo y el desarrollo humano no es automático. Depende de la calidad del trabajo, de las condiciones en que se realiza y de su valor social, entre otros factores".

"En la calidad del trabajo también se incluye si un empleo aporta dignidad y un sentimiento de orgullo y si facilita la participación y la interacción. Para fortalecer el vínculo con el desarrollo humano, el trabajo también debe mejorar la sostenibilidad ambiental", subraya.

También concluye que "el trabajo refuerza su vínculo con el desarrollo humano cuando va más allá de los beneficios individuales y contribuye al logro de objetivos sociales comunes, como la reducción de la pobreza y de la desigualdad, la cohesión social, la cultura y la civilización".

Discriminación y violencia laboral dimisnuyen el valor del trabajo

Por otro lado, alerta de que ese valor del trabajo disminuye y su relación con el desarrollo humano se debilita "cuando hay discriminación y violencia en el trabajo".

Así, la ONU destaca como "más perceptible" la discriminación por género, aunque también se observa por motivo de raza, origen étnico, discapacidad y orientación sexual. Como ejemplo, señala que en América Latina se estima que "la diferencia salarial entre los grupos étnicos indígenas y el resto de la población es del 38%".

Como resumen, el informe advierte de que "algunos tipos de trabajo llevados a cabo en determinadas condiciones perjudican el desarrollo humano".

"Muchas personas realizan trabajos que limitan sus opciones de vida. Millones de personas trabajan en condiciones abusivas y de explotación que violan sus derechos humanos fundamentales y destruyen su dignidad, como la mano de obra infantil, los trabajadores forzosos y los trabajadores víctimas de la trata", resume.

En ese apartado, las cifras aportadas por Naciones Unidas son escalofriantes, como la que destaca que hay 168 millones de niños y niñas trabajadores, lo que representa el 11% de la población infantil -de ellos, 100 millones son niños y 68 millones, niñas-, y la mitad de ellos realizan trabajos peligrosos.

Sobre el trabajo forzoso- que se estima genera unos beneficios ilegales de 150.000 millones de dólares al año-, había en 2012 cerca de 21 millones de personas en todo el mundo en esa situación, por ser víctimas de la trata con fines de explotación laboral y sexual o bien por encontrarse "en condiciones análogas a la esclavitud". Dentro de esa cifra, 14 millones eran víctimas de explotación laboral y 4,5 millones, de explotación sexual. "Las mujeres y las niñas representaban una mayor proporción que los hombres y los niños", avisa.

Ventajas y desventajas de la revolución digital

Por último, el Informe sobre Desarrollo Humano de este año reitera que "el contexto del trabajo está sufriendo cambios que afectan al desarrollo humano" debido a la globalización y las revoluciones tecnológicas, en particular, la digital.

Así, ambos factores están transformando el trabajo, "trayendo mayor flexibilidad de los trabajadores y pautas de trabajo en red, pero también un aumento de la inseguridad y la vulnerabilidad" laboral.

"La globalización ha favorecido la interdependencia mundial y ha tenido importantes repercusiones en los patrones de comercio, la inversión, el crecimiento y la creación y destrucción de empleo, así como en las redes de trabajo creativo y voluntariado", enumera el documento, que recuerda que ahora mismo hay tantas suscripciones a teléfonos móviles como personas en el mundo.

Sin embargo, el informe recuerda que ese recurso a las nuevas tecnologías "reduce la demanda de trabajadores menos cualificados al tiempo que aumenta la demanda de trabajadores altamente cualificados. Por definición, este cambio favorece a las personas con mayor capital humano, lo que polariza las oportunidades de trabajo".

"En el escalón superior se situarán los empleos de calidad dirigidos a trabajadores con un alto nivel de educación y cualificación. Por ejemplo, en el sector automovilístico se beneficiarán los ingenieros que diseñan y someten a ensayo los nuevos vehículos. En el escalón inferior seguirá habiendo empleos de baja cualificación, de baja productividad y mal remunerados, como las tareas de limpieza de oficinas. Sin embargo, en los niveles intermedios irán desapareciendo paulatinamente muchos empleos en cubículos de oficina y naves industriales. Así pues, los grandes perdedores serán los trabajadores menos especializados y con capacidad para realizar trabajos rutinarios", explica la ONU.

El informe incluye la clasificación de los países por su grado de desarrollo humano, una lista encabezada por Noruega y cerrada por Níger. Detrás del país europeo líder figuran Australia, Suiza, Dinamarca, Países Bajos, Alemania, Irlanda, EE.UU., Canadá y Nueva Zelanda. España aparece en el puesto 26.

En el extremo opuesto predominan los países africanos: en la cola del ránking, junto a Níger, están República Centroafricana, Eritrea, Chad, Burundi, Burkina Faso, Guinea, Sierra Leona, Mozambique y Malí.