Enlaces accesibilidad

Terrorismo en Túnez, atacar el turismo para acabar con la transición

  • Un atentado suicida contra la guardia presidencial en la capital tunecina deja 13 muertos
  • Tras atacar a la industria turística, el terrorismo se vuelve hacia los cuerpos de seguridad
  • Bouchamaui, del Cuarteto de Dialogo: "Túnez no está acostumbrado a este terrorismo"

Por
Un agente de policía vigila en la playa donde fueron asesinados turistas el pasado mes de junio, cerca del hotel Marhaba de Susa, Túnez
Un agente de policía vigila en la playa donde fueron asesinados turistas el pasado mes de junio, cerca del hotel Marhaba de Susa, Túnez

"Los terroristas no quieren que la transición política de Túnez Quieren castigar nuestro modelo de sociedad, nuestra democracia, que es la más joven de la región y del mundo. Estos atentados han afectado gravemente a la economía del país, afirma a RTVE.es la ministra de Turismo tunecina Selma Elloumi.

Túnez es el único país que ha logrado culminar con éxito una transición democrática tras las primaveras árabes, pero una oleada de ataques yihadistas golpea la estabilidad de su recién estrenada democracia.

Una bomba detonada este martes en un autobús dejó en la capital tunecina un saldo de 13 muertos, entre ellos 12 miembros de la guardia presidencial, y 16 heridos.

Un atentado en Túnez deja al menos doce muertos y el presidente declara el estado de emergencia.

"No son musulmanes. Son gente sin corazón que nos ataca, que no quiere la libertad y la democracia, igual que pasó hace una semana en París", ha explicado a Efe Fatuma al Hadadi, una mujer de unos treinta años que junto a varias personas más inició una protesta silenciosa con velas en el centro de la plaza. "No representan a los musulmanes, son una vergüenza para nuestra religión y nuestro país. Que nadie piense que los tunecinos somos así, por favor", suplicaba.

Este ataque es el tercero que sufre Túnez en 2015 tras los perpetrados el 18 de marzo y el 26 de junio en el museo del Bardo, con 22 muertos, y en la playa de un hotel de la ciudad costera de Susa, con 38 víctimas mortales. "Inmediatamente después de los atentados en Susa, el turismo se ha desplomado", explica Elloumi. "Desde Europa llegan un 50% menos de turistas y han cerrado 70 hoteles", añade. Las enormes salas del museo del El Bardo, el más importante de la capital, se han vaciado desde que comenzó la crisis.

Si el turismo de Túnez está bien, Túnez estará bien

"El Turismo en Túnez es crucial para su progreso económico, social y político, y para su futuro. El presidente de Túnez dijo: ‘Si el turismo de Túnez está bien, Túnez estará bien’", afirma el secretario general de la Organización Mundial del Turismo, Taleb Rifai, en una entrevista a RTVE.es.

Para Rifai, "el turismo es la mejor forma de crear trabajo, y es esencial en el desarrollo del progreso y de la estabilidad de Túnez". Y añade: "No habrá gestión política si no se da trabajo a la gente, y esta industria crea puestos de trabajo que nadie puede eliminar porque están vinculados al país y a los lugares".

"El turismo es esencial en el desarrollo del progreso y de la estabilidad de Túnez"

El gobierno tunecino ha decretado el estado de emergencia por un mes. Fue precisamente tras el ataque en Susa cuando el Gobierno lo impuso por primera vez, y lo mantuvo en vigor durante dos meses y medio.

El ataque de este martes se centra en los cuerpos de Seguridad, que en el último mes y medio han incrementado su combate contra las fuerzas yihadistas locales, que comienzan a ganar terreno en el sur del país. En los últimos 45 días, el Ministerio de Interior ha informado del desmantelamiento de al menos una decena de presuntas células yihadistas y del arresto de más de medio centenar de sospechosos en todo el país.

El yihadismo, amenaza la transición política en Túnez

La ayuda de Occidente

En junio, la Unión Europea autorizó una ayuda de 23 millones de euros para implementar un plan de seguridad integral. "Lo primero será consolidar la seguridad en aeropuertos y fronteras", ha asegurado la ministra tunecina de turismo, Selma Elloumi.

Tras reunirse con el presidente Beji Caid Essebsi en noviembre, el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry anunció que su país añadirá un préstamo de 500 millones de dólares a los 700 millones que ya ha entregado al país desde 2011.

La capital estaba en estado de máxima alerta desde hace una semana, antes de los atentados del 13 de noviembre en París, reivindicados por el grupo terrorista Estado Islámico (EI).

El mismo día de los atentados en Francia, un grupo de yihadistas tunecinos afines al EI decapitaron a un pastor de 16 años en las montañas limítrofes con Argelia y entregaron la cabeza a su compañero de 14 años con la orden de que la llevara a la familia de la víctima como aviso a los que colaboran con la guardia nacional.

Esa zona es, desde 2011, bastión de grupos yihadistas locales y centro de reclutamiento y entrenamiento para radicales procedentes de todos los puntos del Sahel, que desde allí se suman a la yihad en Libia y Siria. También es refugio para los que regresan de luchar en Oriente Medio, una de las mayores preocupaciones del Gobierno ya que Túnez es el primer país del mundo en envío de voluntarios a las filas del EI en Siria e Irak.

El nuevo ataque se produce también en un momento de debilidad política, debido a las amenazas de muerte de los yihadistas contra líderes del partido en el Gobierno y la división del mismo a causa de la presunta pretensión del hijo del presidente, Bejo Caid Essebsi, de suceder a su padre.

Construir la paz

"Túnez no está acostumbrado a este terrorismo", afirma a RTVE.es Ouied Bouchamaoui, la presidenta de la patronal tunecina (UTICA), uno de los cuatro miembros del Cuarteto de Diálogo tunecino. El grupo ha sido galardonado con el Nobel de la Paz 2015 por su labor mediadora en la transición.

"Los tunecinos están espantados, después la oleada de asesinatos políticos y los asesinatos de soldados en 2013, esto es un shock terrible. Los efectos sobre la economía son muy negativos porque los inversores y los turistas buscan la estabilidad y la seguridad. Ahora hay un trabajo enorme por hacer para restablecer estas condiciones", añade.

"En Túnez no tenemos esa tradición de lo que se llama islamismo radical, violento, brutal, en absoluto. Nuestro Islam es un Islam más bien moderado, que opta por la paz, por la no violencia y la tolerancia, ese es nuestro Islam", nos asevera Mohamed Fahdel Mafoudh presidente de los abogados de Túnez, otro de los miembros del Cuarteto premiado con el Nobel.

El nuevo ataque se produce también en un momento de debilidad política

La industria turística emplea en Túnez cerca de un 5% de la población y representa casi un 7% de su producto interior bruto. Este año, debido a los atentados, perderá más de 500 millones de dólares y dos millones de noches de hotel.

Para Taleb Rifai, "el turismo hoy es un fenómeno global con dos cosas simultáneas. En primer lugar, une a las personas de un modo muy eficaz en que ninguna otra industria puede lograr, haciendo que se apoyen unos en otros. Y mientras se produce esto, se generan ingresos, se crea trabajo, se erradica la pobreza, se genera comercio. Es una potente herramienta de desarrollo económico y social, pero también es un poderoso instrumento para construir la paz".