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Exposición en el Museo Metropolitan de Nueva York

Jacqueline de Ribes, la última reina de París

  • 'El arte del estilo' repasa la vida y el vestuario de este icono de moda
  • Se exponen hasta 400 prendas, complementos y joyas personales
  • Fue musa de grandes diseñadores y llegó a montar su propio atelier

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El MET expone el armario de Jacqueline de Ribes.
El MET expone el armario de Jacqueline de Ribes.

¡Ya era hora!, ¡por fin se hace justicia! Son muchas las voces que se alzan para alegrarse por el homenaje que el Museo Metropolitan de Nueva York hace a Jacqueline de Ribes, un icono de moda y la musa de modistos como Yves Saint Laurent, Emilio Pucci y Valentino.

Hasta 400 prendas, joyas y complementos salen del vestidor -perfectamente ordenado gracias a su mayordomo Dominique- que tiene en su piso de París con la intención de conquistar al público que podrá ver todas las piezas hasta el 21 de febrero.

Se trata de alguien especial, una mujer fascinante que enamoró a los modistos más importantes. Yves Saint Laurent la llamaba 'unicornio' y Valentino dijo de ella que era 'La última reina de París'.

Musa de Valentino, Saint Laurent y Pucci

El MET expone el vestidor de Jacquiline de Ribes, un icono de moda

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Destacan los vestidos de alta costura de Madame Grès, Balmain, Emanuel Ungaro, Giorgio Armani, Gaultier, Galliano y, por supuesto, Yves Saint Laurent y Valentino. Algunos datan de 1959, y todos sirven para trazar el retrato de esta gran dama de la moda.

Aunque sería injusto quedarnos ahí porque Jacqueline de Ribes traspasó fronteras y tuvo un éxito destacado en como productora de televisión, empresaria teatral, interiorista, y además cultivó su filantropía, especialmente colaborando de forma estrecha Unicef.

La mujer más elegante

Dicen la historia que nació en día en el que Francia celebraba el 140 aniversario de la toma de la Bastilla. Su tío, el conde Étienne de Beaumont, la llevó siendo una cría al taller de Christian Dior y ella siempre ha contado que en ese momento se enamoró de la moda.

Pero tuvo otro amor. Jacqueline con 19 años se casó con el vizconde, Éduouard de Ribes, el hombre que ha estado a su lado toda la vida. Una vida de película, saltando de París a Nueva York y de Nueva York a Ibiza.

Su físico, marcado por un cuerpo perfecto para lucir los vestidos de alta costura y una nariz con mucha personalidad, ha sido una de sus potentes armas. Y siempre estuvo en las listas de las mujeres más elegantes, de las mejor vestidas, de las más influyentes…

La Nefertiti francesa

Cuenta que en su primer viaje a Nueva York conoció a Diana Vreeland, la popular editora de Harper’s Bazaar, y que fue ella la que le puso en contacto con el fotógrado Richard Avedon.

Fue él quien le hizo el famoso retrato que forma parte de la exposición. Una imagen en la que aparece inmortalizada como la nueva Nefertiti. Pero Jacqueline de Ribes quiso más.

No tardó en tener su hueco en la socialité neoyorquina y fue uno de los cisnes de Truman Capote, junto a Marella Agnelli y Gloria Vanderbilt. En 1955 conoció al diseñador Oleg Cassini, el diseñador favorito de Jackie Kennedy, y este le pidió que trabajaran juntos. "Harías vestidos para mí", le dijo. Ahí nació su pasión por el diseño.

Regresó a París y montó un estudio en su casa para el que contrató a un joven diseñador italiano para hiciera los bocetos. Pero tres años después el chico volvió a Roma para montar su propia casa de costura. Era Valentino.

Una vida muy intensa

En la década de los sesenta se dejó atrapar por el espíritu hipppy de Ibiza y en los 70 tonteo con la televisión, rodando una serie en Francia. En los años 80, y ayudadada por Yves Saint Laurent, montó su propia empresa de moda que estuvo en funcionamiento hasta mediados de los 90.

En 1999 Jean-Paul Gaultier le dedicó su colección de alta costura, 'Divine Jacqueline' y en 2010 fue condecorada con la Legión de Honor por el presidente Nicolas Sarkozy por sus labores humanitarias y su contribución a la cultura francesa.

Vivió la moda haciendo bocetos, diseñando, desfilando, escribiendo en Marie Claire y, sobre todo, amándola, vistiéndola y guardándola. Ahora expone los vestidos de su vida para que todo el que quiera pueda sentir algo parecido a lo que ella sintió y siente junto a ellos.

Han sido muchas las propuestas que ha recibido para que escriba su biografía pero ella siempre se ha negado. "La gente no creerá todo lo que he vivido".