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'Dheepan': el tigre tamil refugiado en la jungla de asfalto

  • La película de Jacques Audiard, Palma de Oro en Cannes 2015, inaugura la Seminci
  • Su desconocido actor abandonó la guerrilla en Sri Lanka para vivir como sin papeles en Francia
  • José Corbacho y Juan Cruz giran a la comedia con Incidencias, participada por TVE

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Jesuthasan Antonythasan, protagonista de 'Dheepan', en Valladolid
Jesuthasan Antonythasan, protagonista de 'Dheepan', en Valladolid

El drama de un refugiado de guerra en Europa y una alocada comedia coral en un tren de alta velocidad han inaugurado la 60 edición de la Seminci, el festival de cine de Valladolid. Dos cintas antitéticas que abren ocho días centrados en el cine de autor y cuya ceremonia de inauguración, en el Teatro Calderón, podrá verse a partir de las 21.00 h. por La 2 y RTVE.es.

“¿Dónde está Sri Lanka?” Jesuthasan Antonythasan ha contestado esa pregunta cientos de veces desde que abandonó la guerrilla tamil y huyó de su país para refugiarse en Francia. Hasta el año pasado era escritor y trabajaba en un restaurante. Pero el anuncio de un casting para la nueva película del cineasta francés Jacques Audiard cuadró su destino: Dheepan era el guion de un exguerrillero que emigra a Francia con un pasaporte falso para trabajar de portero en un peligroso suburbio de París.

Lo demás es conocido: campanazo en Cannes con la Palma de Oro y el conflicto de Sri Lanka, al menos cinematográficamente, situado en el mapa. Jesuthasan Antonythasan, 47 años, lleva meses viajando de festival en festival y atiende a RTVE.es en Valladolid.

“Siempre que he viajado a un país las embajadas hacen investigaciones. Por mi color parece que soy un criminal y tengo una bomba. Por eso quería pedir la nacionalidad francesa desde hace años”. Jamás se la han otorgado porque no han considerado que tuviera un trabajo serio, afirma.

El único lugar del mundo al que Antonythasan no puede viajar es Sri Lanka. A los 14 años formó parte de los Tigres de Liberación de Eelam Tamil, la guerrilla que sostenía el estado paralelo que la etnia tamil tenía en el norte de la isla en continua guerra con el gobierno central. “Todos los soldados llevamos un collar con veneno para tomarlo. Si nos cogían, había que suicidarse”, recuerda.

Su vida comparte mucho de su personaje en Dheepan: el abandono de la violencia, la añoranza de la patria, la incomprensión del primer mundo, la invisibilidad del inmigrante. Audiard (Un profeta, De óxido y hueso) construye además una bomba de relojería: bajo el esforzado portero que sobrevive entre narcotraficantes y bandas, se agazapa el tigre dormido curtido en mil batallas. Tintes de thriller se combinan con un halo poético que entusiasmó a los hermanos Coen, presidentes del jurado en Cannes.

“La guerra en Sri Lanka abarca tres décadas, han muerto familias y comunidades enteras, pero nadie sabe qué está pasando porque en nuestro país no hay petróleo”, lamenta sobre el conflicto que finalizó en 2009. “Pero los gobiernos sí lo saben: EE.UU., Francia y Alemania han vendido muchas armas”.

Como su personaje, Antonythasan sueña con las palmeras, elefantes y el mar de su país. Y no duda al señalar la experiencia más dura de su vida en Francia: “Tengo 47 años y nunca he votado. Me interesa mucho la política, es mi derecho, pero nunca he podido”.

Corbacho y Cruz viajan en la comedia

José Corbacho y Juan Cruz abandonan su zona de confort, es decir, el costumbrismo amable de Tapas y Pelotas, y se lanzan a la comedia desenfrenada en Incidencias, primera película española de la sección oficial de la Seminci. TVE participa en una producción que se estrenará el 1 de enero de 2016.

“Siempre hemos estado en un tono más comedido y nos apetecía apretar más a los personajes y los situaciones”, explica Corbacho. Incidencias es una comedia coral con un tren de alta velocidad como escenario y Lola Dueñas, Carlos Areces, Ernesto Alterio, Toni Acosta, Nuria Gago, Rubén Ochandiano, Aida Folch, Roberto Álamo y Miki Esparbé como pasajeros

Un tren de alta velocidad que viaja de Barcelona a Madrid durante la Nochevieja se para sin motivo alguno. Sus pasajeros empiezan a desconfiar y a sacar lo peor de cada uno. De paso, se tratan de soslayo la corrupción política, la desconfianza hacia los inmigrantes o la rivalidad Cataluña-Madrid.

“Cuando gente pierden los papeles hay varios caminos y uno te lleva a la comedia. Queríamos reírnos de nosotros y de este país”, dice Corbacho. “Nos apetecía mucho el fresco, como Berlanga y Azcona, salvando las distancias”, añade Cruz.