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El presidente de Turquía admite posibles "fallos" tras al atentado en Ankara y abre una investigación

  • Recep Tayyip Erdogan ha valorado públicamente el atentado por primera vez
  • "Este ataque terrorista tiene sus orígenes en Siria", ha señalado
  • Decenas de miles de personas han vuelto a manifestarse por la paz en todo el país

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Erdogan denuncia que el atentado suicida de Ankara "tiene sus orígenes en Siria"

El presidente de Turquía ha ordenado una investigación especial para evaluar posibles deficiencias en la actuación del Estado en relación con el doble atentado suicida perpetrado el pasado sábado en Ankara, la capital del país, en el que murieron al menos 97 personas y que ha puesto en cuestión la eficacia del Gobierno turco.

A dos semanas de las elecciones legislativas anticipadas, Erdogan ha admitido posibles "fallos" del Ejecutivo. "Para aportar una perspectiva diferente [...], he ordenado una investigación sobre este ataque al Consejo de Inspección del Estado", ha anunciado durante una conferencia de prensa conjunta con su homologo finlandés, Sauli Niinisto, en la que ha sido su primera valoración pública del atentado.

Este ataque terrorista tiene sus orígenes en Siria

Erdogan también se ha referido a la autoría del atentado: "Por las informaciones recibidas, este ataque terrorista tiene sus orígenes en Siria", ha indicado. Este lunes, el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, ya había apuntado al grupo terrorista Estado Islámico como principal sospechosos del ataque.

Muchos ciudadanos turcos estaban pendientes de esa comparecencia de Erdogan, que ha esperado al tercer día de luto oficial para referirse al ataque. Mientras, decenas de miles de personas volvían este martes a manifestarse por la paz en todo el país, que se ha sumido en una jornada de huelgas, marchas y la suspensión de clases en colegios y universidades.

En Turquía, tercera y última jornada de luto por el atentado del sábado. A la espera de los resultados de las investigaciones, muchos están pendientes de conocer la primera valoración del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.

Los mismos organizadores de la manifestación que fue el objetivo del atentado terrorista han convocado este paro de dos días iniciado el lunes. Durante el martes, numerosos funcionarios públicos han dejado de trabajar, los estudiantes universitarios han boicoteado las clases y la gente se ha reunido para protestar contra el ataque.

Otras acciones de protesta han tenido lugar incluso en sectores de la población que no se adherían al paro laboral. "Mi sindicato no ha convocado huelga, por lo que no puedo hacerla, así que he ido al trabajo. Pero he explicado a mis alumnos que no vamos a dar clase, y nos hemos quedado en silencio", ha indicado a Efe una profesora de un colegio público.

La participación más alta en la huelga ha sido hasta ahora la de un sindicato del sector de transporte que perdió 14 miembros en el atentado.

El Gobierno cuestionado

El lunes, más de 20.000 personas se congregaron en la plaza Basmane de la ciudad de Esmirna, en el oeste del país, y gritaron consignas que responsabilizaban del ataque al Gobierno y al presidente del país, Recep Tayyip Erdogan, que tiene previsto comparecer este martes públicamente.

En Estambul, la policía ha obstaculizado el acceso a los barcos de transporte público para impedir a algunos grupos acudir a una marcha de protesta convocada por los sindicatos y la oficina del gobernador de la ciudad ha anunciado que no se permitirán esas acciones por razones de seguridad.

"Uno no quiere decir nada tras tal masacre, pero la participación en la huelga y las protestas está siendo mucho más alta de lo esperado", dijo a Efe este martes Mehmet Soganci, presidente del Colegio de Ingenieros y Arquitectos, una de las entidades organizadoras de la marcha pacífica del pasado día 10.

"Cada funeral se convierte en una gran protesta. Pero si recuerdo que se perdieron más de cien vidas, siento como si todo esto careciera de sentido", ha comentado.

Elecciones anticipadas y refugiados

El atentado golpea al país a dos semanas de celebrar unas elecciones anticipadas. Ankara gestiona el impacto social del terrorismo y afronta los comicios en un clima de tensión atizado por la inestabilidad de una frontera con territorios candentes como Siria e Irak cuyas guerras han dejado 2.5 millones de refugiados en el país, convirtiendo a Turquía, junto con Líbano, en uno de los dos mayores receptores de desplazados.

Un panorama agudizado por la ruptura en julio del alto el fuego con el PKK acordado en 2013. Con motivo de las protestas por el atentado, la organización de militantes kurdos ha anunciado un cese de hostilidades hasta la celebración de las elecciones.