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El líder golpista de Burkina Faso se entrega tras negociar con el Gobierno

  • El general Gilbert Diendéré se refugiaba en la embajada de El Vaticano
  • El Gobierno de transición ha garantizado su seguridad
  • Las autoridades siguen deteniendo a los oficiales golpistas huidos

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El general golpista de Burkina Faso, Gilbert Diendéré
Imagen de archivo del general golpista Gilbert Diendéré.

El general Gilbert Diendéré, líder del fallido golpe de Estado que tuvo lugar en Burkina Faso a mediados de septiembre y aliado del expresidente Blaise Compaoré, se ha entregado a las autoridades tras negociar con el Gobierno de transición.

Diendéré se refugiaba en la Embajada del Vaticano después de que el martes los militares atacaran con artillería pesada el cuartel de la guardia presidencial, unidad responsable del golpe militar. El portavoz del ministerio de Defensa, el coronel Boureima Ouedraogo, ha confirmado que el general Diendéré se encuentra "en manos de las autoridades".

Antes el primer ministro Yacouba Isaac Zida había asegurado que el Gobierno de transición daba garantías a la legación vaticana que se respetaría la vida del general golpista si se entregaba.

En los últimos días, el Gobierno de transición ha mantenido intensas negociaciones con los golpistas, que se habían negado a iniciar el desarme pactado para terminar con la crisis en el país. Por el momento se desconocen los detalles de la negociación con Diendéré, que llamó el martes a los militares a entregar las armas y aseguró que se entregaría a las autoridades cuando su seguridad estuviera garantizada.

Detenciones de oficiales golpistas

Las autoridades, mientras tanto, continúan arrestando a los responsables del golpe de Estado: tras la detención el miércoles de seis oficiales golpistas, este jueves se ha entregado el teniente coronel Mamadu Bamba.

El pasado 16 de septiembre, el Consejo de Ministros fue interrumpido por un grupo de militares que, tras llevarse detenidos al presidente y al primer ministro, declararon el fin del Gobierno de transición y nombraron a Diendéré nuevo líder del proceso.

Tras unos días de confusión, el Ejército decidió apoyar al régimen democrático y trasladó todas sus tropas a Uagadugú con el objetivo de desarmar a los golpistas. La presión del Ejército y las intensas negociaciones de países como Senegal y Benin, respaldados por Estados Unidos y Francia, consiguieron que los golpistas renunciaran a su intención de retener el poder hasta las elecciones y accedieran a restaurar el Gobierno civil.