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La violencia toma la Mostra de la mano de Marco Bellocchio y Emin Alper

  • El director italiano presenta Sangue del mio sangue, una historia de una monja
  • La turca Abluka mezcla realidad y sueño y difumina las fronteras espaciales

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FESTIVAL DE CINE DE VENECIA
El director de cine italiano Marco Bellocchio (c) posa junto a sus hijos, los actores Pier Giorgio Bellocchio (d) y Elena Bellocchio (i), durante la presentación de su película 'Sangue del mio sangue' en la 72 edición del Festival de Cine de Venecia.

La violencia en dos estilos muy diferentes, la provocada por la locura y la desesperación, y la de la religiosidad mal entendida, han marcado este martes la jornada de competición de la Mostra de Venecia con Sangue del mio sangue, del italiano Marco Bellocchio, y Abluka, del turco Emín Alper. Ambas propuestas han sido aplaudidas en Venecia aunque no levantaron pasiones.

Por un lado, la particular visión de Bellocchio de una historia real, la de la "monja de Monza", una religiosa que vivió en el siglo XVII y que fue emparedada en las paredes de un convento en Bobbio acusada de brujería.

Una película que salta del pasado al presente y que incluye alusiones "a un vampirismo ambiental, como metáfora de la actualidad", ha afirmado Bellocchio en rueda de prensa.

"Me gusta romper los esquemas e ir por mi camino, pase lo que pase. En el filme no hay el rigor americano en el que todo debe corresponder. Quiero hacer lo que me apetece hacer y además he llegado a una edad en la que o te vuelves senil o buscas siempre divertirte".

Locura fraternal

Por su parte, Alper retrata en Abluka (Locura),  la vida de dos hermanos en las afueras de Estambul, con un estilo árido, oscuro y lento, el mismo en el que se mueve la vida de Kadir, que sale de prisión tras 18 años y antes de terminar de cumplir la pena a cambio de buscar en secreto restos de fabricación de bombas en los vertederos.

Junto a el, su hermano menor Ahmed, que siente su vida invadida por la llegada de un hermano al que apenas conoce.

Una película que mezcla realidad y sueño y difumina deliberadamente las fronteras espaciales, como ha explicado su director en rueda de prensa.

"No determino con precisión el tiempo en el cual Abluka se desarrolla. Podría tratarse del presente, del pasado o del futuro. Saco la inspiración de las historias de violencia en el mundo moderno", ha explicado Alper, que compite en Venecia con su segundo largometraje tras Tepenin Ardi, una ópera prima premiada en la Berlinale.