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De la Capitana a la Mercedes, dos negocios de cazatesoros con patrimonio español

  • El cargamento de la Capitana incluía monedas y un cordón de oro
  • La familia que lo encontró estaba subcontratada por un empresa "cazatesoros"
  • España podría reclamar la titularidad del hallazgo si el buque era estatal

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Una muestra de las monedas de oro encontradas en el pecio de la 'Capitana'
Una muestra de las monedas de oro encontradas en el pecio de la 'Capitana'

En el mes de julio de 1715, once navíos de la Flota Española zarparon desde La Habana con rumbo hacia Cádiz. Sin embargo, los galeones cargados de metales preciosos, madera y tabaco (entre otras riquezas que pretendían llenar las arcas del rey Felipe V), nunca llegaron a su destino. El día 31 de ese mismo mes, la expedición marítima sucumbió ante un huracán frente a las costas de Florida, incluyendo a su buque insignia, la Capitana.

Casi 90 años después, el 5 de octubre de 1804, otro navío español corrió una suerte similar. El buque Nuestra Señora de las Mercedes fue interceptado junto con otras tres embarcaciones por cuatro barcos ingleses frente a las costas del Algarve portugués, que tenían la intención de apresarlos. La escuadra de la Armada española opuso resistencia y los ingleses abrieron fuego, lo que resultó en el hundimiento del Nuestra Señora de las Mercedes y la captura de los barcos restantes.

Los dos pecios, separados por un siglo, han sido hallados sin embargo por dos empresas "cazatesoros" norteamericanas en la última década. En ambos casos, España quiere que sea reconocida su valiosa carga como parte del patrimonio del Estado. Demostrando que era una fragata en una misión oficial se venció a Odyssey en un largo litigio, y ahora un equipo de expertos españoles trabaja para certificar que el caso de la Mercedes y la Capitana son equiparables.

La Capitana, cargada de oro para Felipe V

Los registros del hundimiento de la Capitana hablan de más de mil fallecidos, entre los que se encontró Esteban de Ubilla, su comandante. Otras 1.500 personas lograron salvar sus vidas llegando a nado o agarrados a los restos de los barcos a las costas de Florida. No obstante, gran parte del valioso cargamento ha permanecido oculta, esperando a ser rescatada, en el fondo del mar.

La primera generación de buscadores de tesoros encontró oro, plata, joyas, cañones, anclas y otros artículos durante los años 1950 y 60 en el tramo de la línea de la playa de Sebastian en el Condado de Palm Beach, por lo que fue apodada como la Costa del Tesoro de la Florida.

Ahora, 300 años después de este trágico suceso, la flota hundida vuelve a estar de actualidad. El motivo no es otro sino el hallazgo de parte del tesoro junto a los restos del buque insignia Capitana en las aguas de Fort Pierce, una localidad situada unos 200 kilómetros al norte de Miami. Los responsables del descubrimiento son la familia Schmitt, buceadores y cazadores de tesoros de amplia experiencia. A cinco metros de profundidad, Rick y Eric Schmitt (padre e hijo mayor) encontraron un total de 52 monedas de oro de varios valores (ocho, cuatro y dos escudos) y una cadena de 12 metros hecha del mismo material.

La pieza central del hallazgo es un ejemplar sorprendentemente bien conservado de una extraña moneda de ocho escudos, de la que habría tan solo seis unidades en la actualidad. El llamado "Real del Tricentenario" fue acuñado en México en 1715 para ser entregado al rey Felipe V como regalo. Respecto a la cadena de oro, es una de las conocidas como "cadenas de dinero", que en la época se empleaban como una divisa libre de impuestos.

El 'Real del Tricentenario', pieza central del tesoro valorada en medio millón de dólares

El 'Real del Tricentenario', pieza central del tesoro valorada en medio millón de dólares

Licencia para explorar la "Costa del Tesoro" de Florida

La familia Schmitt no ha actuado sola en esta búsqueda: estaban subcontratados por la empresa "cazatesoros" 1715 Fleet-Queens Jewels LLC, que posee las licencias legales de búsqueda y explotación de la zona tras habérselas comprado en 2010 a los herederos de otro buscador de reliquias. Mel Fisher. El propietario de la compañía, Brent Brisben, ya participó en 1985 en el descubrimiento del galeón Nuestra Señora de Atocha, que en 1622 acabó en el fondo del océano víctima de otro huracán.

Según las estimaciones de Brisben, tan solo el "Real del Tricentenario" valdría 500.000 dólares, y la suma total de lo encontrado en la Capitana podría ascender a un millón de dólares (unos 900.000 euros). En la presentación al público del hallazgo, Brisben también ha apuntado que seis de los once barcos que componían la flota están identificados, y que la carga que transportaban las naves estaría valorada hoy en unos 400 millones de dólares, de los cuales se habrían recuperado ya 175 millones.

Por el momento, el tesoro se encuentra bajo la custodia de un tribunal federal del sur de Florida. Allí, la ley federal y estatal dicta que, cuando concluya el proceso de adquisición a finales de año, el Estado de Florida podrá quedarse con hasta un 20% del tesoro para su exhibición en un museo, ya que fue encontrado dentro de sus aguas territoriales. El resto se dividiría entre los Schmitt y Brisben.

España podría reclamar si el barco pertenece al Estado

Sin embargo, la titularidad del hallazgo no es clara. La Embajada de España en Estados Unidos está recopilando información antes de decidir qué pasos legales o políticos puede dar el Gobierno. Concretamente, la investigación se centra en averiguar quién era el propietario del navío.

Este estudio lo llevan a cabo en colaboración el Museo Naval, el Museo Arqueológico Nacional y el Museo Nacional de Arqueología Subacuática (ARQUA). Según fuentes del Ministerio de Cultura, si se demuestra que los restos de la Capitana son de titularidad estatal, el Gobierno español podría reclamarlos.

Iván Negueruela, director del ARQUA, ya trabaja en el estudio de lo ocurrido con esa flota y en la titularidad del galeón encontrado. "Si el buque fuera de un particular -(como un duque o un conde, por ejemplo)- no hay nada que hacer. Pero si es de titularidad estatal, la legislación es clara". De este modo, una posible reclamación estaría amparada por la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982 y por la Convención de la UNESCO para la Protección del Patrimonio Cultural Submarino de 2001.

Además, Negueruela ha adelantado que "casi todas las posibilidades inciden en que se trate de un buque de Estado". De ser así, el caso podría desarrollarse de manera similar a como ocurrió con el navío Nuestra Señora de las Mercedes, cuyos restos fueron encontrados en mayo de 2007 por la compañía "cazatesoros" Odyssey.

Iván Negueruela durante la inauguración de la exposición de 'Nuestra Señora de las Mercedes' en el ARQUA

Iván Negueruela durante la inauguración de la exposición de 'Nuestra Señora de las Mercedes' en el ARQUA

Tras casi cinco años de litigio a raíz de una demanda interpuesta por el Gobierno español contra Odyssey en Estados Unidos, los tribunales dieron la razón a España y permitieron, el 25 de febrero de 2012, la repatriación del tesoro, que ahora se conserva y se expone en el ARQUA. La correcta identificación del Nuestra Señora de las Mercedes fue clave en el proceso judicial, puesto que a través del estudio y contraste de documentación de la época se averiguó que se trataba de una fragata militar en misión de Estado y, por tanto, perteneciente a España.