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La economía japonesa se contrajo un 0,4% entre abril y junio por la caída de consumo y exportaciones

  • Se trata de la primera caída del PIB desde el tercer trimestre de 2014
  • El gasto de los hogares cayó un 0,8% respecto al primer trimestre
  • Las ventas japonesas en el exterior se desplomaron un 4,4% intertrimestral

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Anuncio de rebajas en el escaparate de una joyería en Tokio
Anuncio de rebajas en el escaparate de una joyería en Tokio.

La economía de Japón se contrajo un 0,4% entre abril y junio respecto al trimestre anterior, debido al retroceso del consumo interno y el desplome de las exportaciones. Según los datos publicados este lunes por el Gobierno nipón, el producto interior bruto del país se redujo un 1,6% si se compara con el que había un año antes (en el primer trimestre, crecía un 4,5% interanual).

Éste es el primer retroceso de la actividad en Japón desde el tercer trimestre de 2014.

Entre abril y junio pasados, el consumo de los hogares -que supone casi el 60% del PIB japonés- disminuyó un 0,8% respecto al primer trimestre del año.

A su vez, las exportaciones registraron una fuerte caída intertrimestral del 4,4%, afectadas por la ralentización económica de China, el principal socio comercial de Japón, y su impacto en el resto de países asiáticos.

En este sentido, la "poco previsible aceleración de la economía de China" durante los próximos meses supone "un factor de riesgo" para el PIB nipón, según ha señalado el economista Kenji Tanaka, del Banco nipón de Desarrollo, en declaraciones a la agencia local Kyodo.

Por su parte, la inversión empresarial, una de las piezas que el actual Gobierno del primer ministro Shinzo Abe se ha propuesto reactivar para estimular la recuperación, retrocedió un 0,1% en comparación al tramo previo.

La inversión pública, fortalecida por el programa de reforma económica del Ejecutivo (bautizado como Abenomics), se mantuvo en buen nivel y mostró un crecimiento intertrimestral del 2,6%.

El dilema de las autoridades japonesas: inflación o consumo

Este descenso en la actividad económica es el primer bache de Japón desde la recesión técnica que vivió el país entre abril y septiembre de 2014, derivada principalmente de la fuerte contracción del consumo provocada por la subida del IVA.

Para muchos inversores, estos datos alimentan la esperanza de que el Banco de Japón decida potenciar su actual programa de estímulo con medidas adicionales para fortalecer la marcha de la economía.

Sin embargo, el ministro de Economía japonés, Akira Amari, ha admitido que la caída del consumo registrada en el segundo trimestre puede deberse a la subida de los precios de la alimentación, causada porque esa política expansiva del banco central ha debilitado el yen y, por tanto, encarecido las importaciones.

Por eso, las autoridades económicas japonesas se encuentran ante un dilema, ya que ampliar esos estímulos monetarios podría dañar aún más el consumo privado.

El regulador nipón activó en abril de 2013 un programa masivo de compra de activos, cuyo objetivo es ampliar la base monetaria en circulación y dejar atrás casi dos décadas de deflación.

Tokio presiona a las empresas para que suban salarios

Ante esta situación, el Gobierno de Abe "no planea por ahora tomar medidas complementarias" de estímulo, aunque sí continuará presionando a las grandes corporaciones para que sus ganancias sirvan para elevar los salarios de los empleados, ha asegurado este lunes el ministro de Economía nipón.

Pese a que muchas de las grandes empresas japonesas registraron beneficios récord en 2014, "todavía no han aplicado suficientes subidas salariales ni realizado fuertes inversiones de capital", ha señalado Amari, quien ha insistido en la necesidad de "revertir esta dinámica".

En cualquier caso, la eficacia de la política económica del primer ministro vuelve a estar en duda, en un momento delicado para el Gobierno conservador, después de que su popularidad se haya resentido por la reforma militar y por la reactivación del primer reactor en Japón tras dos años de apagón nuclear.