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El FMI anuncia que no participará en el tercer rescate de Grecia sin un alivio de la deuda de ese país

  • Decidirá sobre su participación tras la primera revisión del rescate, en octubre
  • El Fondo reitera su estrecho compromiso de asesoría con Atenas y sus socios
  • Berlín cree que la inclusión del organismo es "decisiva", pero rechaza una quita

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Una pancarta colocada delante del Parlamento en Atenas durante una manifestación contra el tercer rescate
Una pancarta colocada delante del Parlamento en Atenas durante una manifestación contra el tercer rescate.

Casi al mismo tiempo que se aprobaba este viernes el tercer rescate en el Parlamento griego, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha anunciado que no decidirá su participación en el tercer rescate griego hasta que se acuerde una fórmula que permita aliviar la deuda del país heleno y Atenas haya cumplido las condiciones exigidas para acceder al nuevo programa de asistencia.

Así lo ha declarado la jefa de la misión del FMI en Atenas, Delia Velculescu, en un escueto comunicado emitido al término de la visita de sus técnicos a Grecia, donde se subraya que el FMI seguirá comprometido estrechamente con el Gobierno de Grecia y sus socios europeos para brindarles asistencia en el proceso.

No obstante, la representante del FMI ha advertido que la institución "analizará tomar parte en la provisión de ayuda financiera adicional" cuando las autoridades griegas hayan adoptado los pasos del programa y se haya decidido el alivio de la deuda.

En este sentido, la jefa de la misión del Fondo en Grecia ha apuntado que esta circunstancia podría producirse después de la primera evaluación del nuevo rescate del país, prevista para el próximo octubre.

"Deseamos trabajar con las autoridades para desarrollar su programa en mayor detalle y para que los socios europeos de Grecia tomen decisiones sobre un alivio de la deuda de Grecia que permita que sea sostenible", ha concluido Velculescu.

En un informe del organismo internacional difundido poco antes del referéndum convocado en Grecia el pasado 5 de julio, el FMI advertía que el país mediterráneo necesitaría una quita del 30% para hacer sostenible la deuda y permitir su salida de la crisis.

Berlín insiste en que no es posible una quita de la deuda

Tras conocer las condiciones marcadas por el FMI, el Gobierno alemán ha reiterado que la participación del Fondo en el tercer rescate griego es "decisiva", pero ha advertido que una quita de la deuda helena, como exige este organismo para sumarse al programa, no es posible en la eurozona.

"La participación del FMI es para el Gobierno alemán decisiva", ha repetido hasta en tres ocasiones la viceportavoz del Ejecutivo en Berlín, Christiane Wirtz, al ser interrogada insistentemente al respecto por los periodistas en un encuentro rutinario con medios de comunicación.

No obstante, Berlín insiste en defender que, dentro de la Unión Monetaria Europea, no es posible llevar a cabo una quita.

Así lo ha reiterado este viernes el portavoz del Ministerio de Finanzas alemán. "En la Unión Europea no es posible una quita en sentido clásico. Eso no puede ser", ha afirmado Jürg Weißgerber en rueda de prensa.

Sí es posible, ha agregado Weißgerber, una "nueva reestructuración de la deuda" griega, lo que podría incluir una prolongación de los plazos de devolución o renegociar a la baja los intereses.

La posición del FMI es la más firme de las tres instituciones acreedoras que negocian con Atenas, pero todas ellas coinciden en dudar de la sostenibilidad de la deuda griega.

La deuda griega superará el 200% del PIB el año que viene

Según se ha filtrado en los últimos días, la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Mecanismo Europeo de Estabilidad han actualizado su análisis de esa sostenibilidad de cara a la concesión de un tercer rescate financiero a Grecia. Ese informe concluye que la deuda pública griega superará el 200% del PIB del país el año que viene, aunque consideran que puede evitarse una quita si se aprueban otras medidas de alivio.

"La alta deuda respecto al PIB y las necesidades financieras brutas que resultan de este análisis llevan a importantes dudas sobre la sostenibilidad de la deuda pública de Grecia", afirman las instituciones europeas, que subrayan el "significativo deterioro" de la situación económica y financiera del país.

En los tres escenarios que manejan, la deuda griega estará "sustancialmente por encima" de los objetivos marcados anteriormente para 2020, un 124% del producto interior bruto (PIB), y para 2022, un 110%.

En concreto, en el escenario base, que supone que Atenas aplicará el programa de rescate y sus condiciones asociadas, la deuda helena llegará al 200,9% en 2016, para reducirse al 198,6% en 2017; al 190,7% en 2018, al 182,3% en 2019, al 174,5% en 2020 y al 159,7% en 2022.

Sin embargo, si sólo se aplica de manera parcial el programa y Atenas solo obtiene 3.700 millones de euros con las privatizaciones hasta 2022, la deuda aumentaría al 206,8% en 2016 antes de bajar al 185,9% en 2020 y al 173,7% en 2022.

En el escenario más optimista, en el que Grecia crece más de lo esperado y obtiene unos ingresos de 24.600 millones de euros de las privatizaciones hasta 2022, la deuda se situaría en el 198,9% en 2016, el 166,1% en 2020 y el 148,2% en 2022.

El alivio de deuda a cambio de nuevas condiciones

Las instituciones sostienen que es necesario responder a estas "preocupaciones" con la puesta en marcha de un programa de reformas "creíble y de amplio alcance, con una fuerte autoría de las autoridades griegas", pero también con medidas que alivien el peso de la deuda, aunque no necesariamente una quita.

"Una combinación apropiada de extensión de vencimientos y períodos de gracia de los principales e intereses permitiría llevar la deuda griega a niveles sostenibles en términos de necesidades financieras brutas sin la necesidad de una quita nominal", concluyen.

En concreto, contemplan "después de una restauración completa de los acuerdos de créditos, medidas de mitigación de la deuda que serían concedidas sobre la base de una condicionalidad apropiada".

Es decir, las instituciones europeas consideran realizar un alivio de la deuda helena -lo que no tiene por qué implicar una quita- a cambio de nuevas condiciones para Atenas, "incluidos compromisos probados sobre reformas por parte de las autoridades griegas".

También sugieren que se desembolse a Grecia los beneficios de las operaciones realizadas con deuda helena en manos del Banco Central Europeo y los bancos centrales de otros países del euro.