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Premios Princesa de Asturias de los Deportes 2015

El premio Princesa de Asturias consagra la trayectoria de los hermanos Gasol

  • Pau está considerado el mejor baloncestista español de la historia
  • Marc, en el quinteto ideal del año, es objeto de deseo de media NBA
  • Juntos han participado en las grandes gestas de la selección

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Los hermanos Gasol vuelven a llevar el baloncesto a lo más alto

En los albores de este siglo XXI hubiera sido casi una utopía imaginar que un jugador español pudiera codearse con las estrellas de la NBA. Pero desde 2001 un apellido irrumpió con fuerza en la liga de baloncesto más importante del mundo: Gasol.

Hoy en día no son uno sino dos los Gasol que cautivan al mundo baloncestístico. El mayor, Pau, lo ha ganado prácticamente todo a nivel colectivo y, cuando afronta la recta final de su carrera, es considerado sin discusión el mejor jugador español de todos los tiempos y uno de los más importantes de Europa.

El menor, Marc, es en la actualidad el mejor pívot de la NBA -que es lo mismo que decir del mundo entero- y a sus 30 años aspira a sumar al menos un anillo a su completísimo currículum individual.

Ahora, el Premio Príncesa de Asturias de los deportes 2015, compartido por ambos hermanos, reconoce una trayectoria ejemplar, que se puede resumir en el salto inicial del último All-Star Game de la NBA, protagonizado por ambos jugadores, por primera vez titulares en el Partido de las Estrellas.

Una imagen que ya forma parte de la iconografía de las grandes gestas del deporte español.

La vida de los dos hermanos está llena de paralelismos y de diferencias. Ambos han vestido las camisetas de algunos equipos -FC Barcelona, Memphis Grizzlies- aunque hasta ahora solo han compartido vestuario con la selección española, que han liderado a su etapa más brillante.

Pero mientras Pau se acostumbró casi desde niño a estar bajo los focos y asumió con naturalidad su rol de estrella, a Marc le minusvaloraron por creer que era poco menos que ‘el hermano de’.

Pau: rompiendo moldes

A Pau Gasol (Barcelona, 1980) no le asustan los retos. Aunque no ha sido el primer español en jugar en la NBA –el honor recae en el fallecido Fernando Martín, que militó en Portland Trail Blazers en la temporada 1986/1987- sí ha sido el primero en alcanzar logros inimaginables en este deporte para un jugador nacional.

Tras apenas un par de temporadas en el primer equipo del Barça, se declaró elegible en el draft del año 2001, donde sorprendentemente fue seleccionado en el número 3 por Atlanta Hawks, el puesto más alto hasta aquel momento para un jugador no formado en Estados Unidos.

Los Hawks lo enviaron la misma noche de la elección a Memphis Grizzlies en una decisión de la que los directivos de Atlanta aún deben estar arrepintiéndose. No les hizo falta mucho tiempo para darse cuenta de lo equivocado del traspaso: en su primera temporada, Pau fue nombrado novato del año gracias a sus 17,6 puntos y 8,9 rebotes por partido.

Pero, lo más importante, el jugador español se convirtió en el líder de un equipo hasta entonces acostumbrado a perder y al que llevó a disputar los playoffs durante tres temporadas consecutivas.

Llegan los grandes éxitos colectivos

Sin embargo, estaba claro que en Memphis había tocado techo y ansiaba más. Además de los éxitos individuales -en 2006 disputó el All-Star Game, algo a lo que hasta entonces un español no soñaba ni aspirar-, Pau Gasol deseaba ganar los títulos a nivel colectivo que en ese momento ya estaba cosechando con la selección española, a la que lideró en el Mundial de Japón, del que fue MVP.

La hazaña del combinado español, que entonces dirigía 'Pepu' Hernández, fue reconocida con el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes ese mismo año.

La gran oportunidad para Pau llegó el 1 de febrero de 2008, cuando se hizo oficial su traspaso a Los Angeles Lakers de Kobe Bryant.

Otra puerta derribada: un español iba a vestir la misma camiseta que mitos como 'Magic' Johnson, George Mikan, Jerry West o Kareem Abdul-Jabbar. Lejos de achicarse ante la responsabilidad, pronto se vio que el pívot de Sant Boi estaba a la altura de los más grandes. En su primera temporada disputó la final de la NBA, que perdieron ante los Boston Celtics.

Pero un año después, Pau Gasol por fin se pudo enfundar el ansiado anillo después de imponerse en la final a Orlando Magic con una soberbia actuación del español. Y en la 2009/2010, un segundo título de la NBA, tomándose la venganza contra los Celtics de Boston, a los que ganaron en una emocionante serie.

Fueron los años dorados de Pau Gasol, en los que también logró con la selección española dos platas olímpicas (2008 y 2012) y dos campeonatos de Europa (2009 y 2011).

Caída y renacimiento

Pese a ello, Pau no ha estado libre de críticas, a menudo exageradas e injustificadas, que el jugador ha encajado con deportividad y con confianza plena en su capacidad. Así sucedió el pasado verano, cuando a una desastrosa temporada de los Lakers, en la que ni siquiera lograron clasificarse para playoffs, se unió la eliminación de la selección en cuartos del Mundial de España, una derrota que abrió un cisma dentro del combinado español que se cerró con la salida del técnico, Juan Antonio Orenga.

Cuando muchos apuntaban que el pívot español podía estar poco menos que acabado, su actuación esta pasada temporada ha convencido a propios y extraños de que, con sus 34 años, Pau Gasol sigue siendo uno de los mejores. Tras abandonar los Lakers fichó por Chicago Bulls donde, además de ser titular indiscutible, ha promediado 18,5 puntos y 11,8 rebotes por noche, esta última cifra, la más alta de su trayectoria.

Fue elegido, tras tres años de ausencia, para jugar el All Star-Game -el quinto de su carrera- y por primera vez fue titular. Y si no se hubiera lesionado en las semifinales de la Conferencia Este contra Cleveland Cavaliers, es posible que hubiera estado ante la oportunidad de disputar un nuevo anillo.

Hoy son pocos los que piensan que Pau esté acabado pero está claro que el español enfila ya los últimos años de su carrera. Sin embargo, aún le falta un título por conquistar, el oro olímpico. Si la selección alcanza la clasificación para los Juegos de Río 2016 está claro que Pau estará allí y luchará para colgarse una medalla que ha acariciado sin éxito en dos ocasiones. Sería el broche de oro para un jugador destinado a figurar en la historia del baloncesto mundial.

Marc, el hombre de moda

Marc Gasol (Barcelona, 1985) es el hombre de moda en la NBA. Su jugoso contrato de cuatro años con los Memphis Grizzlies expira este verano y hay varias franquicias dispuestas a ofrecerle sumas millonarias para tenerle en sus filas. Razones no les faltan: Marc es el mejor en su puesto y así se lo han reconocido incluyéndole en el mejor quinteto de la temporada, un logro que ni siquiera su hermano ha podido alcanzar en sus 14 temporadas en la élite.

Al pequeño de los Gasol nadie le ha regalado nada. Al contrario: ha sabido librarse de la sombra de su hermano a base de esfuerzo y trabajo. Siendo apenas un niño, con 16 años, cruzó el Atlántico con el resto de su familia para acompañar a Pau en la aventura americana.

En Memphis jugó a baloncesto en el instituto, en el Lausanne High School, donde pronto se convirtió en una estrella a pesar sus problemas de sobrepeso. Y en 2003, con la mayoría de edad recién estrenada, tomó una decisión arriesgada: regresar a España para disputar la Liga ACB.

Fueron los años más duros, cuando calentaba banquillo de forma constante en el FC Barcelona. Quizá el punto de inflexión de su carrera se produjo en el verano de 2006, cuando 'Pepu' Hernández le eligió como sustituto de Fran Vázquez para disputar con la selección española el Mundial de Japón. Muchos criticaron al técnico, asegurando que de este modo rendía pleitesía a la estrella del equipo.

Pero pronto se vio que el pequeño de los hermanos era un jugador de élite. Su prueba de fuego llegó en la final contra Grecia, en la que tuvo que suplir la ausencia del lesionado Pau. Marc se doctoró aquel día ante el mundo entero y se colgó una medalla de oro que supuso el inicio de la edad dorada del baloncesto español.

Juntos, Pau y Marc, junto a los Navarro, Calderón, Garbajosa, Felipe Reyes o Carlos Jiménez, han convertido a España en la segunda potencia baloncestística mundial, solo por detrás de Estados Unidos.

Viaje de ida y vuelta a EE.UU.

Inconformista, dejó el Barça y fichó por el Girona, donde se convirtió en el MVP de la Liga ACB la temporada 2006/2007. Los Lakers se fijaron en él y lo seleccionaron en el draft, aunque precisamente en el traspaso de Pau canjearon sus derechos con Memphis y terminó vistiendo la camiseta de los Grizzlies, hasta ahora su único equipo en la NBA.

De nuevo, el pequeño de los Gasol volvió a cruzar el Atlántico y, una vez más, su carrera comenzaba desde cero. Llegaba a unos Grizzlies a los que la marcha de su hermano había dejado huérfanos. Pero pronto se vio que el pívot era un pilar sólido sobre el que construir un equipo. Fue titular en los 82 partidos de su primera temporada, una tónica en las siete campañas que acumula ya en la liga, en las que promedia 14,1 puntos y 7,9 rebotes.

Además, Memphis Grizzlies volvieron a disputar playoffs, clasificándose de forma ininterrumpida durante las últimas cinco campañas e incluso estuvieron a punto de jugar la Final de la NBA pero los San Antonio Spurs les apearon de su sueño en 2013.

No está claro si Marc seguirá liderando a los 'osos' de la capital de Tennessee. Los cantos de sirena no paran de sonar para un jugador que cuenta con el máximo respeto de la profesión y que necesita traducir en títulos colectivos su espléndida madurez.

De momento, nadie duda que todo lo logrado hasta ahora es fruto de su esfuerzo y que el peso del apellido es una losa que hace tiempo que Marc Gasol supo quitarse de encima.