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La Iglesia Católica beatifica a monseñor Romero 35 años después de su asesinato

  • Se espera que más de 300.000 fieles asistan al acto en San Salvador
  • Romero fue asesinado en 1980 por un comando de ultraderecha

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Celebraciones en el Salvador para la beatificación de Monseñor Romero

La Iglesia Católica beatifica este sábado en un acto multitudinario al arzobispo salvadoreño Óscar Arnulfo Romero, que fue asesinado el 24 de marzo de 1980 por un comando de ultraderecha mientras oficiaba misa en un hospital de San Salvador.

Un fuerte dispositivo policial se encargará de la seguridad del acto, que tendrá lugar en la plaza Salvador del Mundo de la capital salvadoreña, a la que acudirán unos 300.000 fieles y delegaciones de distintos países de América y Europa.

La beatificación de monseñor Romero es la culminación a un largo proceso que arrancó en 1990, diez años después del crimen, y que tuvo su espaldarazo definitivo el pasado mes de febrero, cuando el papa Francisco estableció que el arzobispo de San Salvador fue asesinado "por odio a la fe", por lo que no es necesario para el proceso reconocer un milagro.

Óscar Arnulfo Romero nació en la localidad salvadoreña de Ciudad Barrios el 15 de agosto de 1917, en el seno de una familia humilde. Su vida se caracterizó por su defensa de los pobres y por su denuncia de los abusos de los Derechos Humanos en los años previos a la guerra civil en El Salvador (1980-1982).

Fue ordenado sacerdote en 1942 tras completar su formación teológica en la Universidad Gregoriana de Roma. Tras estar destinado en diversas parroquias, en 1968 fue elegido secretario de la Conferencia Episcopal salvadoreña, cargo que también ocupó a nivel continental.

En 1970 Pablo VI le nombró obispo auxiliar de San Salvador, paso previo a su consagración como obispo de la diócesis de Santiago de María en 1974.

Nominado al Nobel de la Paz

El punto de inflexión en la vida de Romero fue el asesinato en marzo de 1977 de su amigo Rutilio Grande, un sacerdote promotor de comunidades cristianas de base. A partir del crimen, el religioso -que acababa de ser elegido presidente de la Conferencia Episcopal de El Salvador- se convirtió en un ferviente defensor de los Derechos Humanos, tanto que en 1979 fue nominado al Premio Nobel de la Paz, galardón que finalmente no le fue concedido.

El lunes 24 de marzo de 1980 Romero se encontraba oficiando una misa en la capilla del hospital de cáncer Divina Providencia de la capital salvadoreña cuando una bala le perforó el pecho.

El asesinato de Monseñor Romero

Ricardo Urioste, que en la fecha del crimen era vicario general de la Iglesia salvadoreña, cuenta a EFE 35 años después que las amenazas contra Romero se iniciaron "un año antes" y que "duraron bastante tiempo; eran amenazas por teléfono, escritas, amenazas de todo género".

La Comisión de la Verdad de Naciones Unidas que investigó los crímenes ocurridos durante la guerra civil dictaminó en 1993 que Romero fue asesinado por orden de Roberto d'Aubuisson, fundador del partido derechista Alianza Republicana Nacionalista.

En 2004, un tribunal de Estados Unidos declaró al capitán Álvaro Saravia responsable del crimen y en 2010 se supo que Marino Samayoa Acosta, subsargento de la extinta Guardia Nacional y miembro del equipo de seguridad del presidente, había sido el autor de los disparos que realizó por orden de d'Aubuisson.

Doctor 'honoris causa' por varias universidades, se celebra desde 2010 y cada 24 marzo el Día Nacional de Monseñor Oscar Arnulfo Romero, declarado por el Parlamento de El Salvador, y el Día Internacional para el Derecho a la Verdad en relación con las Violaciones Graves de los Derechos Humanos y para la Dignidad de las Víctimas, declarado por la ONU.

En posesión de numerosos premios, le fue concedida en 2010, a título póstumo, la orden del 'Parlamento Centroamericano, Francisco Morazán, en grado de Gran Cruz'.

Canciones, monumentos, una película, recuerdan al religioso salvadoreño, así como la Fundación Monseñor Romero que, desde 1999, se encarga de preservar y difundir su figura.