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La especialización de España en bienes con poca tecnología lastra su competitividad, según el CES

  • Por eso necesita importar los de mayor contenido tecnológico, según el CES
  • Muchas importaciones se utilizan para fabricar sus propias exportaciones

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Cadena de producción de automóviles en la localidad valenciana de Almussafes

La mayor parte de las manufacturas que importa España tienen un contenido tecnológico medio y alto, lo que demuestra "las carencias de la economía española en la producción de bienes de alto contenido tecnológico, que deben ser suplidas mediante importaciones", así como la especialización del país en una producción de valor tecnológico medio y bajo. Además, de las cuatro grandes economías del euro, España es la que más importaciones destina a producir bienes que luego exporta. Todo esto se convierte en un lastre para lograr una competitividad continuada y sostenible.

Éstas son las principales conclusiones del último informe publicado por el Consejo Económico y Social (CES) y dedicado a a analizar la estructura de las importaciones españolas y su efecto en la competitividad.

El presidente de la Comisión de Economía y Fiscalidad del CES, Juan Pujol, ha indicado este jueves en una rueda de prensa que dos tercios de las importaciones españolas son bienes necesarios para la producción y, por ello, ha defendido que hay que mejorar la competitividad para que las empresas "no sólo sean capaces de poder vender componentes en China, sino que también los puedan hacer en España", con lo que se crearía mano de obra y empleo.

En este sentido, ha puesto como ejemplo a la industria del automóvil, que cada vez que comienza la fabricación de un nuevo modelo de coche se ve obligada a importar una gran cantidad de maquinaria extranjera.

Mayores esfuerzos en I+D+i y educación

Para paliar esas carencias, el estudio recomienda aumentar el esfuerzo en políticas industriales, I+D+i y educación, "fomentando en mayor medida la producción de bienes de alto nivel tecnológico y, dentro de la estructura productiva tradicional de bienes de contenido tecnológico medio y bajo, impulsando la producción de bienes en segmentos de calidad superiores y diferenciados".

"De esta forma -añade el informe del CES-, además de contribuir a aumentar la cuota de exportación de la economía española, permitiría reducir su dependencia importadora, especialmente de bienes de equipo e intermedios, y avanzar en las cadenas de producción globales hacia niveles de mayor valor añadido".

El informe del Consejo señala que, desde el inicio de la crisis, la economía española ha frenado su pérdida de competitividad externa porque sus precios y costes se han reducido más que los de otros países.

Sin embargo, advierte de que para continuar mejorando ese indicador "debe apoyarse en otros factores, más allá del precio, que permitan asegurarla y reforzarla a medio y largo plazo". Y ahí, insta a apostar por la innovación, el desarrollo tecnológico y la inversión en el capital humano.

"El desarrollo tecnológico y la inversión en I+D+i deben estar presentes entre las prioridades del sector público y de las empresas", aconseja el CES, que también pide "favorecer la coordinación público-privada, buscando fórmulas para una mayor cooperación entre las empresas y las universidades y los centros de investigación, y articular mecanismos que favorezcan la transferencia y difusión de conocimientos y tecnología desde el ámbito científico al mundo empresarial".

En cuanto al capital humano, insta a "mejorar el sistema educativo y su relación con el sistema productivo, con el objetivo de

que la mejora en la calidad de la educación y la formación permita responder adecuadamente a las necesidades de formación y cualificación profesional de los trabajadores y de las empresas".

La industria, el sector que necesita más importaciones

Según advierte el análisis, para consolidar su recuperación económica, España debe afrontar dos retos: que importa proporcionalmente más que Alemania, Francia e Italia, y que necesita un mayor contenido importador para producir sus exportaciones.

La industria es el sector español que necesita más importaciones para completar su producción, algo que también sucede, aunque en menor proporción, en esos tres países europeos. Esto se explica, según el estudio, porque la industria española "está más sesgada hacia ramas de actividad con mayor dependencia de inputs importados".

En esas actividades existe "mayor dependencia energética, sobre todo de hidrocarburos, o de materias primas de la industria española", "mayor dependencia de las importaciones de bienes de contenido tecnológico alto y medio alto", y también "mayor propensión importadora" por "una alta presencia de filiales de empresas extranjeras", como sucede en el sector del automóvil.

Así, la dependencia energética "constituye un elevado factor de riesgo para el saldo comercial español" y compromete la competitividad del conjunto de la economía, alerta el CES, que insiste en que las medidas de eficiencia energética deben ser una prioridad.

El estudio también constata la tendencia creciente a importar servicios a empresas, un campo que se ha colocado en primer lugar de las importaciones de servicios, adelantando a la más habituales en turismo y viajes. Esto se relaciona, "en gran medida", con la deslocalización de parte de la producción española en actividades como la asesoría, los estudios de mercado, la publicidad o la selección de personal.