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El telescopio VLT capta a Medusa, una nebulosa rodeada de coloridas nubes de gas

  • Es una nebulosa planetaria que está a 1.500 años luz de la Tierra
  • Tiene filamentos de gas brillante parecidos a serpientes
  • Los átomos de gas de la nebulosa tienen colores característicos

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Imagen de la nebulosa Medusa captada por el telescopio Very Large Telescope de ESO.
Imagen de la nebulosa Medusa captada por el telescopio Very Large Telescope de ESO.

Un equipo de astrónomos ha captado la imagen más detallada jamás tomada de la nebulosa Medusa a través del Very Large Telescope del Observatorio Austral Europeo (ESO).

Las estrellas que se encuentran en el corazón de esta nebulosa iniciaron su transición hacia la jubilación, arrojando sus capas externas al espacio y formando una colorida nube. La imagen augura el destino final del Sol, el cual, finalmente, también se convertirá en un objeto de este tipo.

El nombre de esta nebulosa planetaria proviene de una horrible criatura de la mitología griega: la gorgona Medusa, que tenía serpientes en lugar de cabellos. Sin embargo, también es conocida como Sharpless 2-274 y se encuentra en la constelación de Géminis (los gemelos), según ha informado el ESO en una nota.

La extensión de la Nebulosa Medusa es de, aproximadamente, cuatro años luz, y se encuentra a una distancia de unos 1.500 años luz. A pesar de su tamaño es extremadamente débil y difícil de observar.

Así es la nebulosa Medusa

La nebulosa captada por el VLT muestra filamentos serpentinos de gas brillante. El resplandor rojizo del hidrógeno y la emisión verde, más débil, del oxígeno en forma de gas, se extienden mucho más allá de esta imagen, formando en el cielo una figura en forma de media luna.

La eyección de masa de las estrellas en esta etapa de su evolución suele ser intermitente, lo cual puede dar lugar a estas fascinantes estructuras dentro de las nebulosas planetarias.

Durante decenas de miles de años, los núcleos estelares de las nebulosas planetarias permanecen rodeados por nubes de gas espectacularmente coloridas.

Tras unos pocos miles de años, el gas se dispersa lentamente en su entorno. Esta es la última etapa de la transformación de estrellas como nuestro Sol antes de terminar su vida activa como enanas blancas.

La etapa de nebulosa planetaria en la vida de una estrella es una pequeña fracción de su vida útil total. Comparada con una vida humana, sería un breve instante, equiparable al tiempo que tarda un niño en hacer una burbuja de jabón y verla alejarse a la deriva.

Detección de nebulosas planetarias

La hostil radiación ultravioleta de la estrella muy caliente que se encuentra en el centro de la nebulosa, hace que los átomos del gas que se mueve hacia las zonas exteriores, pierdan sus electrones, dejando tras de sí un gas ionizado.

Los colores característicos de este gas brillante pueden utilizarse para identificar objetos. En particular, la presencia de la luz verde procedente del oxígeno doblemente ionizado se utiliza como herramienta para detectar nebulosas planetarias.

Mediante la aplicación de filtros adecuados, los astrónomos pueden aislar la radiación del gas brillante y hacer que las débiles nebulosas puedan discernirse mejor contra un fondo más oscuro.

La nebulosa también se conoce como Abell 21 (formalmente PN A66 21), ya que fue el astrónomo estadounidense George O. Abell quien descubrió este objeto en 1955.

Durante algún tiempo, los científicos debatieron si la nube podría ser el remanente de una explosión de supernova. En la década de 1970, sin embargo, los investigadores fueron capaces de medir el movimiento y otras propiedades del material de la nube e identificarlo claramente como una nebulosa planetaria.

Esta imagen utiliza datos del instrumento FORS (FOcal Reducer and low dispersion Spectrograph), instalado en el VLT, que fueron tomados como parte del programa Joyas Cósmicas de ESO.