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Canadá aprueba una ley antiterrorista que extiende el poder de sus servicios de inteligencia

  • La norma permite que las autoridades realicen un amplio control en internet
  • El proyecto ha sido impulsado tras los ataques yihadistas del pasado otoño
  • La oposición denuncia que utiliza el miedo para erosionar derechos y libertades

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La Cámara baja de Canadá ha aprobado este miércoles una ley que extiende significativamente el poder de sus servicios de inteligencia con el objetivo de luchar contra el terrorismo y que, entre otras cosas, permitirá a las autoridades realizar un amplio control de las actividades en internet.

Después de los ataques islamistas que sufrió el país el pasado otoño, la Cámara de Ottawa ha decidido dar luz verde a esta medida a pesar de la amplia oposición que ha mostrado parte de la sociedad civil, que teme que bajo el amparo de la nueva ley sea posible supervisar de forma sistemática el uso de internet. Además, el texto habilita a los servicios de inteligencia para operar más allá de sus fronteras.

La tramitación parlamentaria de la llamada Ley C-51, que ha logrado el apoyo de 183 diputados y 96 votos en contra, se produce un día después de que la Asamblea Nacional francesa aprobase la polémica ley de espionaje antiterrorista.

La norma ha sido impulsada por el Partido Conservador y el primer ministro, Stephen Harper, miembro y líder de este partido. Todavía debe pasar por el Senado antes de entrar en vigor, pero dado que los conservadores también tienen mayoría en esta cámara, se prevé que la ley será definitivamente aprobada.

Según la oposición, la ley daña derechos y libertades

El Nuevo Partido Democrático, principal partido de la oposición, ha denunciado que "miles de canadienses" han salido a las calles para mostrar su rechazo al proyecto de ley, ya que, argumentan, utiliza el miedo para "erosionar" libertades y derechos. Asimismo, han calificado la norma como "nefasta" y han considerado que el Servicio Canadiense de Inteligencia y Seguridad tendrá "excesivos" poderes sin ningún tipo de control paralelo.

El Gobierno, por su parte, ha justificado esta ampliación de poderes por los dos ataques sucedidos a finales de 2014 en Ottawa y Montreal y en los que perdieron la vida dos militares canadienses. Según el ministro de Seguridad Pública, Steven Blaney, el texto es necesario para asegurarse de que se podrán tomar medidas contra el yihadismo, una amenaza internacional.

La ley refuerza la capacidad de las autoridades para evitar que posibles terroristas viajen a zonas de conflicto con intenciones de combatir. De este modo, por ejemplo, podrán bloquear la compra de los billetes de avión. También permite que los servicios de inteligencia vigilen las actividades de los que considere "sospechosos" de terrorismo en internet o recoge la posibilidad de realizar escuchas telefónicas, ha informado AFP.

200.000 canadienses ya han firmado una petición en la que piden que se retire la ley, donde argumentan que esta reforma va a transformar los servicios de inteligencia en una "policía secreta". Añaden, además, que viola la Constitución y que podría dar lugar a una "vigilancia masiva".

Intelectuales, como la escritora Margaret Atwood, líderes indígenas y grupos ecologistas también se han opuesto a la aprobación de la ley por entender que será utilizada para vigilar y restringir grupos opuestos a políticas económicas y sociales del Gobierno del primer ministro, Stephen Harper.