Enlaces accesibilidad

Reconstruyen la órbita del meteorito Annama, que cayó sobre Rusia hace un año

  • Hasta ahora solo se conocía la órbita de otros 22 meteoritos
  • Se investigan mecanismos físicos que permiten que se desprendan rocas
  • Annama permite conocer los procesos durante la formación del Sistema Solar

Por
La entrada del bólido sobre la península de Kola, en Rusia.
La entrada del bólido sobre la península de Kola, en Rusia.

El pasado 19 de abril de 2014 un bólido que surcó el cielo sobre la península de Kola (Rusia) produjo un meteorito. Ahora, un equipo internacional liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha determinado la órbita de Annama, como se ha llamado a esta roca.

Los científicos destacan la importancia de este hallazgo, ya que hasta el momento solo se conoce la órbita de otros 22 meteoritos, ha informado el CSIC.

La caracterización de Annama indica que se trata de una condrita ordinaria H5, un grupo de meteoritos que posee gran consistencia y que constituye el 31% de las caídas meteoríticas.

Los investigadores han buscado también la existencia de algún asteroide, entre todos los conocidos, del que se hubiese podido desprender el meteorito.

Como señala el trabajo publicado en abierto en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, la evolución orbital de Annama muestra cierta similitud con la de 2014 UR116, un asteroide potencialmente peligroso -es decir, un objeto que puede colisionar con la Tierra- de unos 400 metros de diámetro, descubierto el año pasado.

La reconstrucción de la órbita

Los investigadores del CSIC compararon la órbita de Annama con la evolución de una docena de órbitas de asteroides próximos a la Tierra, reconstruyendo cómo evolucionaron sus órbitas en el Sistema Solar durante los últimos 10.000 años.

Mediante este método, explican, se determina el grado de afinidad orbital y, en los casos más favorables, puede establecerse si ambos objetos tienen un origen común.

Miembros de varios centros de investigación finlandeses y rusos reconstruyeron la trayectoria del bólido y calcularon el lugar de la caída a través de los datos de tres estaciones de la red finlandesa de bólidos y una filmación de una cámara de seguridad desde la península de Kola.

Un mes después, se recuperaron rocas del meteorito en esta península. Por su parte, el investigador del CSIC en el Instituto de Ciencias del Espacio Josep Maria Trigo y su equipo determinaron su órbita y reconstruyeron la evolución orbital de Annama en el Sistema Solar para poder compararla con una docena de asteroides con los que, a priori, mostraba alguna afinidad.

El análisis de la evolución de la órbita del meteorito ha mostrado, según los científicos, que podría ser similar a la de 2014 UR116, que dado su tamaño y su distancia mínima de intersección con la órbita de la Tierra ha sido clasificado como un asteroide potencialmente peligroso. En la actualidad se conocen 1. 573 asteroides de este tipo y se investiga en qué medida pueden suponer un peligro.

Procedencia de los meteoritos

“Si bien es cierto que buena parte de esos peligrosos proyectiles proceden del cinturón principal de asteroides tras ser desviados hacia la Tierra por las denominadas resonancias planetarias, en 2007 propusimos otros mecanismos físicos que permiten que estas rocas se desprendan de asteroides o cometas al sufrir aproximaciones cercanas a nuestro planeta”, señala Trigo.

El investigador añade: “El efecto de marea sobre un asteroide que gira rápidamente bajo el campo gravitatorio de un planeta puede fragmentar estos objetos o desprender grandes rocas de su superficie, que después podrían convertirse en proyectiles tan peligrosos a escala local como el que cayó en Cheliábinsk, Rusia, el 15 de febrero de 2013”.

“Los datos que hemos obtenido arrojan nuevas pistas sobre el origen de las rocas de pocos metros de diámetro que producen caídas de meteoritos. Hasta ahora, solo conocemos las órbitas de otros 22 meteoritos y no siempre con la precisión deseada, ya que son encuentros fortuitos”, explica Manuel Moreno-Ibáñez, investigador del CSIC que ha participado en el estudio.

“Además, Annama es un meteorito fascinante porque permite conocer los procesos que se dieron durante la formación del Sistema Solar y también más detalles del procesado térmico que sufrió el asteroide del que procede”, añade Trigo.