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'Björk', inmersión sonora para contar una vida

  • El MoMA recorre 22 años de carrera solista de la cantante Björk
  • La exposición podrá visitarse entre el 8 de marzo y el 7 de junio
  • Reúne la obra de la artista entre Debut (1993) y Black Lake (2015)

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El Museo MOMA de Nueva York dedica una retrospectiva a Bjork

“No sé exactamente qué clase de público será el del MoMA, sinceramente. Imagino la típica persona no especialmente interesada en la música, que va de excursión un domingo al MoMA con la familia y de repente descubre sonidos. Entonces piensa: “¡Oh!, ¡Esto me encanta, las ondas sonoras atraviesan mi cuerpo y es estupendo! ¡Voy a escuchar más música!”.

Así adelanta la artista Björk (Reikiavik, Islandia 1965) desde su perfil de Facebook lo que el visitante podrá encontrar en la exposición Björk. La muestra, organizada por el MoMA neoyorkino entre los días 8 de marzo y 7 de junio, ofrece un recorrido por más de 22 años de intensa e innovadora carrera musical de la cantante.

Björk, la exposición, será una experiencia con tantas facetas como la poliédrica islandesa: Intrumentos musicales, una representación escénica, una inmersión sonora, incluso la guía estará orientada al uso de los sonidos. Esto para el oído. Para la vista, el relato expositivo Björk incluirá fotografías, audiovisual y mutlimedia.

Black Lake

Cronológicamente, el itinerario arranca con Debut (1993), primer álbum en solitario de la artista. Estarán presentes sus ocho títulos discográficos como solista, entre ellos Biophilia (2011), así como las múltiples colaboraciones con directores, fotógrafos, diseñadores, artistas y creadores experimentales con los que la compositora ha ido dando a luz un universo propio y solo clasificable bajo una palabra, la misma que da nombre a la exposición: Björk.

El culmen será el último trabajo de la autora, desarrollado en colaboración con el MoMA, en el que supera definitivamente los límites epidérmicos de la experiencia sonora, sumergiendo al destinatario (el término oyente se queda corto) en imagen y música.

Esta pieza estrella se anuncia con el nombre de Black Lake y es un trabajo también contenido en el nuevo álbum de Björk, Vulnicultura, e incluido especialmente para la exposición. Se trata de un videoclip experimental rodado por el joven cineasta Andrew Thomas Huang el pasado verano en una cueva volcánica de Islandia, un recóndito lugar que se convierte en su mejor camuflaje.

Sonido, forma, y tocar al público

"Ella misma compuso, cantó y arregló Black Lake para el MoMA (...) La filmamos en una cueva, cantando, haciendo playback, con su vestido de cobre... Se recrea un efecto sonoro de una cueva, no solo el efecto físico", ha explicado en la presentación el comisario de la muestra, Klaus Biesenbach, director del MoMA PS1, sobre el vídeo, que se expone en una sala del museo que emula una gruta volcánica.

Biesenbach describe la particular naturaleza de la obra de la cantante, que trata a su público más allá de la formal puesta en escena musical: "Definitivamente original y cumplida como autora y solista en su trabajo, Björk está abierta de un modo admirable a la colaboración y la interpretación de su obra, extendiéndola incluso hacia la educación y la participación de su audiencia. Ha trabajado con fotógrafos, directores audiovisuales, diseñadores, arquitectos, artesanos e inventores para visualizar y expresar su música y su mensaje".

La cantante islandesa inició su andadura de vocalista profesional precisamente con el trabajo Björk, publicado con solo once años de edad. Posteriormente alcanzó la fama en 1986 con la formación de rock alternativo The Sugarcubes, convertido en grupo de culto.