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Alvarno vuelve a llevarse el premio a la mejor colección de MBFWM

  • Álvaro Castejón y Arnaud Maillard lanzan una ambiciosa propuesta
  • Gran aplauso para María Escoté y Maya Hansen
  • Ailanto presenta una trabajada colección inspirada en la Bauhaus
  • Blog de moda: Entrevista con Alvarno

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Quinta jornada de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid

Es la segunda vez que pisan la pasarela madrileña y como ocurrió en la primera se han llevado el premio a la mejor colección. "Sentimos incredulidad, no lo esperábamos", cuentan pie de pasarla en la primera entrevista que conceden, la que hacen con La Vida al Bies.

"El desfile de Alvarno ha durado ocho minutos. Nada más. En este breve, pero intenso y hermoso, espacio de tiempo nuestros ojos se han puesto las botas disfrutando de un espectáculo inusual, que se desmarca del resto de desfiles para hacernos soñar, para hacernos viajar lejos de aquí.

“Queríamos hacer un desfile provocador. Después del anterior, que era muy femenino y elegante, hemos querido hacerlo más cañero y trasmitir mucha más energía´.“Bueno, la que nos queda tras París”, dice Arnaud Maillard haciendo referencia a que en la capital francesa han presentado la colección de alta costura de la casa Azzaro de la que son directores creativos.

Si Azzaro es alta costura, Alvarno es alta moda. Juegan en otra liga, y cualquier día harán las maletas y se irán a la 080 Barcelona. O a París.

Esta es su segunda colección tras su llegada a MBFWM en septiembre de 2014. Aquella vez se llevaron el gran premio y ahora vuelven con todas sus armas cargadas. “Hemos trabajado el doble y hemos hecho una colección de looks complejos”, cuenta Álvaro Castejón.

A su pasarela, inspirada en la fotografía de Rinko Kawauchi, han salido hasta 27 modelos con superposiciones de hasta siete prendas, peinadas y maquilladas como apaches. Son sus guerreras. Y con ellas pretenden conquistar el mundo.

La valentía de los setenta y la revolución tecnológica son sus armas pero también el buen gusto y la osadía. Vemos vestidos en terciopelo devoré, aplicaciones de tartán con animal print, un Jacquard tecnológico que parece neopreno.

Colaboraciones con amigos

Se nota un gusto un tanto barroco del que están muy orgullosos. Hacen suspirar los vestidos con encaje y cientos de perlas bordadas y los realizados en muselina de seda con aplicaciones de cristal. “Todo hecho a mano”, señala Castejón.

La silueta es amplia arriba y estrecha abajo. Las sudaderas, las chaquetas y los abrigos-cazadora se llevan con leggings o botas larguísimas, “que son casi una segunda piel”, dice Maillard.

EL calzado, sublime, es de Espinela y las joyas, usadas como complemento o aplicadas a la prendas, las firma Anton Heunis. Los guantes con flecos XXL y las estolas son de Santiago del Palacio y es que “todo es made in Spain”, añaden orgullosos.

Entrar en el backstage y pasar un rato con Aitor e Iñaki Muñoz, Ailanto, es una delicia. Su carácter, amable y tranquilo, es un oasis en el frenesí de la pasarela.

Su moda, también. Para esta colección se han inspirado en el movimiento de la Bauhaus, pero deteniéndose en el trabajo de dos mujeres importantes: Gunta Stöltz y Anni Albers, que revolucionó el textil con sus tapices y alfombras tridimesionales.

Pensando en el mercado exterior

María Escoté tiene la cabeza en el mercado extranjero. Dice que mantiene una cordial relación con las estilistas de estrellas como Rita Ora, Katie Perry o Miley Cyrus, "la misma que con las estilistas de aquí", y que solo le falta dar el salto. Otro. El anterior, el lanzamiento de la línea infantil, le está dando muchas alegrías. "Muchas mamás me han conocido y llevan mi ropa a través de la ropa que han comprado a su niños".

Su colección no es nada infantil, aunque lo parezca. Se inspira en las chicas influyentes, en las it-gilrs que se visten cada día de una tendencia y, de paso, crean tendencia. Vemos prendas que llevan pelo natural y pelo artificial, tejido de tul y piel de conejo, vinilo y seda.

Escoté mezcla aires del boho pastel kauai con el grunge y códigos de los sesenta con los guiños a David Bowie. No faltan los estampados pelopony, las rayas horizontales y la chaqueta biker, muy atractiva en plata y con estrellas.

Con estrellas también ha hecho a mano un vestido en napa de colores para el que ha empleado más de una semana de trabajo. Destacan las medias con chorretones de lúrex y la 'bisuta' de estilo espacial, muy Courrèges.

Y noticia para sus fans. Esta misma noche la diseñadora pone a la venta online una parte de la colección. "Antes tenía problemas de exclusividad con algunos lugares de Asia pero ahora ya puedo hacerlo".

La biker arrasa

Maya Hansen ha estrenado chupa. La diseñadora, recientemente premiada en el Salón de la Lencería de París, ha presenado Padded, una colección motera, potente, con prendas irresistibles para una mujer muy actual, más práctica.

Sus modelos han quemado gasolina sobre la pasarela, con variaciones de la biker jacket y otros diseños que llevan volumen en los hombros gracias a los acolchados de espuma.

Todas las prendas se hacen en polipiel, viscosa y neopreno, y se tiñen de rosa, azul metalizado, negro, rojo, oro y plata. Destacan piezas nuevas, como las sudaderas que contrastan con los sinuosos vestidos de silueta lápiz.

Talento y veteranía

Ágatha Ruiz de la Prada, la veterana de la esta pasarela, ha hecho una colección de costura, más que nunca. Destacan los detalles de los ojales, los forros... Los vestidos de terciopelo se hacen en una sola pieza de tejido y los bolsillos se esconden con maestría.

Nada de revisiones ni reinterpretaciones, con esta colección de referencias tan dispares como David Bowie y Annie Hall pretente mirar al futuro y vestir a una mujer, las 24 horas del día, con comodidad y mucho humor.

Las bellas artes de Ailanto

Ailanto, en su honor, propone estampados muy trabajados, realizados primero a mano con la técnica del collage y trasladados a la tela. “Algunos vestidos llevan hasta 20 estampados, la mitad geométricos y la otra mitad de estilo orgánico”.

Son obras de arte para vestir, ventanas a un mundo de gran belleza y plasticidad en las que emplean de tres a cuatro semanas de esfuerzo. “No los patentamos”, dicen, “los firmamos”. Las modelos salían a la pasarela de tres en tres, llevando variaciones del mismo tejido, volumen o estampado.

Destaca el tejido de flecos que se lleva en un chaleco, en un abrigo o en un vestido. Lo vemos en negro y en nude, “lo han teñido especialmente para nosotros”, confiesan. Es mate, sencillo, y contrasta con las prendas que llevan lúrex.

Hay un dos piezas de camisa y falda en organza cargada con lúrex que se llevan con abrigo en tartán bicolor que resume muy bien esta propuesta de una feminidad tranquila y bella.

Oliva nos dice adiós

Juanjo Oliva se despide. Pero no del todo. Su desfile se desdobla en dos actos. Uno, protagonizado por Elogy; otro, por el propio Oliva. El suyo Oliva se tiñe enteramente de blancos.

Es elegante, chic y lleva prendas de costura de una feminidad desbordante, como las camisas de seda con encaje francés. La silueta es limpia, bien definida, y rota a veces con asimetrías y el movimiento inesperado de los volantes.

Es una colección diurna, vinculada al amanecer, al momento de comenzar el día como un folio en blanco que poco a poco se va llenando de historias. Historias de ciudad que se van uniendo hasta dar forma, y color, a la otra colección.

Para la firma que tantas alegrías le está dando ha ideado una propuesta inspirada en los alegres setenta, en la estética disco y la sensualidad de firmas como Halston. En esa pista de baile suenan éxitos como otras temporadas: un print de camuflaje- pero con flores-, pantalones cargo, parkas, monos, estampados salvajes…

La idea de Oliva es llevar su moda a Nueva York. En septiembre de 2015 quiere que sus vestidos, esos que tanto gustan a las celebrities, invadan las pistas de los clubs de moda de Manhattan. Y quién sabe, lo mismo suenan los éxitos del Studio 54. ¡Sería genial!

La precisión del corte

Devota&Lomba se eleva para ver la ciudad desde arriba y el escenario que se encuentra lo traslada a la colección. Por eso vemos motivos geométricos – cuadrados/cuadrículas- que recuerdan a los edificios y las manzanas.

Todas las prendas van cortadas y cosidas con precisión, y aunque presumen de estilo arquitectónico dejan escapar detalles de coquetería femenina, como las pecheras, baberos y adornos curvilíneos.

Y esa metrópolis urbana y fría marcada por la gama de grises la humaniza con golpes de verde, “que son los jardines”, añade Lomba, otro de los veteranos, junto a Verino, en la pasarela de Madrid.

Los complementos, todos realizados en España, se reviste de lujo con pieles de potro. Quizá el punto más invernal de una colección que se permite tontear con distintas estaciones. Y es que todo está cambiando, incluso el tiempo”.

Nada es lo que parece

Los espejos que Ana Locking coloca junto a la pasarela dan una imagen distorsionada de la realidad. Su moda también. Muchas de sus prendas sueñan con ser otra cosa y varios de sus tejidos adoptan otra personalidad.

“Es un reflejo de lo que vemos cada día en televisión y especialmente en redes sociales. Hay gente que se inventa una vida o que se esconde tras una identidad falsa”. Así vemos una falda que quiere ser unos leggins o un vestido que parece una superposición de vestido y camiseta.

Y esa doble vida la enlaza con la doble moral. Locking se inspira en Belle de Jour, la burguesía decadente y esa mujer refinada de día y casquivana de noche. Y lo plasma en prendas recatadas, sin escotes, de sensualidad contenida pero con un ramalazo macarra.

El hombre bebe de la elegancia de los sesenta, de los galanes del cine y de las tribus urbanas como los mods, que no salían a la calle hasta que lograban un outfit perfecto. Destacan, por su extravagancia, las versiones de la parka M-501. Como la de pelo de cabra, falso por supuesto.