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Un cómic nos cuenta que 'Nosotros llegamos primero' a la Luna

  • Furillo dibuja una disparatada misión espacial española en los 60
  • Un cómic sobre la España "del landismo, el destape y el bigotillo'

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Fragmento de la portada de 'Nosotros llegamos primero'
Fragmento de la portada de 'Nosotros llegamos primero'

Nosotros llegamos primero (Autsaider Cómics) es un tebeo sorprendente y francamente divertido que recupera el mejor cómic underground de los 70, en una disparatada historia en la Franco tiene un sueño (en 1961): llegar a la luna antes que los americanos y los rusos. Y la maquinaria espacial española se pone en marcha para conseguirlo. Un "alunizante" cóctel de Philip K. Dick, Robert Crumb y José Frade, mezclado por el zaragozano Furillo (Ignacio Murillo) (Donde hay pelo hay alegría), habitual del TMEO y El Jueves.

"Es una historia de aventuras que se desarrolla en el tardofranquismo y narra los avatares del grupo humano que constituye la Agencia Española de Astronáutica para conseguir el sueño del Caudillo de "poner la rojigualda en la Luna". Estas desventuras incluyen tramas de espionaje, golferío, relaciones extramatrimoniales, escenas clasificadas "S" y alguna que otra situación paranormal".

Un cómic disparatadamente irresistible que surgió de una imágen: "Un día imaginé una escena épica y evocadora, una especie de final cinematográfico de puta madre. Luego me dediqué a construir la rocambolesca historia que podría llegar a coronarse con aquel final. Así que podríamos decir que la historia comenzó en la última viñeta. Por otro lado una historia que contara lo que cuenta esta tenía que ser disparatada por cojones".

"La España del brandy y el bigotillo"

Aunque lo que predomina es la comedia, Furillo describe esta historia como "Una mezcla total de géneros. De los géneros que a mí me chanan. La ciencia-ficción, las películas de espionaje, el landismo, el destape, el neorrealismo, las españoladas en general y toda esa mandanga. Realmente no es una parodia de géneros. Es una mezcla con un gran componente de comedia, pero es que yo creo que si se diese el caso real que se cuenta en este tebeo aquello tendría que haber dado mucha risa".

Pero lo mejor es el retrato de la sociedad de la época: "Es la España del "milagro económico" -asegura Furillo-, la de Fraga al frente del Ministerio de Información y Turismo, la del "600". Una España que empezaba a despegar un poco económicamente. La de los tablaos y las suecas. La del brandy y el bigotillo. En definitiva, la del germen de todas las ranciedades que nos han alimentado en los últimos cincuenta años. En el fondo estamos muy conectados con ella porque no deja de ser el estiércol en el que hunde sus raíces la sociedad en la que vivimos".

Un cómic que también bebe del cine de los 60 y de películas como El astronauta de Tony Leblanc: "Hombre, pues sí, sí como referencia visual, como referente cinematográfico, pero tanto que ver con ella como con el resto de películas en que haya empapado la hogaza de esta aventura como pueden ser El Verdugo, Los últimos de Filipinas, El turismo es un gran invento, I mostri, El hombre de la pistola de oro, 2001, una odisea espacial, El planeta de los simios o Los Bingueros, por decir algunas".

Los protagonistas

Y si la historai es disparatada, los protagonistas están a la altura: "El comandante Buitrago -asegura Furillo-, es un as de la aviación y líder de la misión, paradigma del galán español de la época, que bien podría haber interpretado Alberto Closas, por ejemplo, en una posible adaptación cinematográfica de la época. Los capitanes Ordóñez y Bienvenida, sus compañeros en el cohete, una especie de Sanchopanzas que flanquean al Quijotesco protagonista".

"El doctor Menguélez -continúa el dibujante- es el oscuro médico de la misión, antiguo Divisionario que cambió su apellido para homenajear al siniestro doctor Menguélez tras servir a sus órdenes en las SS. Fiestero, vago e inepto, auténtico contrapunto de Buitrago. El profesor Niemeyer, cerebro de la misión, astrofísico nazi un poco averiado de la azotea. Rogelio Membrado "Cipotoff", antiguo camarada de la división azul de Menguélez que le acompaña en sus salidas nocturnas con un tormentoso pasado. Y unas cuantas chavalas macizas que entran y salen de la historia conduciéndola cual femeninos cicerones hacia su final".

El equipamiento de la misión tampoco tiene desperdicio: "Para el cohete me inspiré en los de las misiones Apollo. En cuanto a la cápsula "Francisco Franco" directamente me dejé llevar por lo vintage y creé una cápsula un tanto inviable pero ciertamente muy bonita. Los trajes de astronauta los tenía muy claros desde el principio, desde que garabateé aquella última viñeta que fue la primera. Tenían que evocar el Imperio, Cortés, Pizarro y toda aquella caterva de conquistadores, y, por supuesto, llevar una inútil y absurda espada al cinto, que es, creo yo, una metáfora de la propia España. Madre mía cuanta metáfora".

Inspirado por Robert Crumb

Furillo no oculta su admiración por el Underground y Robert Crumb. "El underground americano de los 60 y 70 me ha influído bastante. Crumb sobre todo.También revistas como Makoki. No sé si el humor de ahora es demasiado políticamente correcto. Supongo que dependerá del medio. El que consumo yo, el de revistas como el TMEO, o el de los decenas de fanzines que rulan por ahí no tienen ese problema de la corrección política".

Esta es su historia más larga hasta el momento, lo que no le ha llevado a cambiar su estilo: "Me he limitado a dosificar sabiamente los episodios escatológicos para no despistar al lector del fin último de la historia, no por ello más importante, que es el de que se haga una profunda y sincera reflexión sobre la esencia de la españolidad".

Lo mejor es que esta sorprendente historia tendrá continuidad: "Ando elaborando un guión largo al hilo de Nosotros llegamos primero que tiene el título provisional de Yo le hice una paja a Franco, preparo una serie de historietas de una página sobre una peculiar familia, y, como no, me encargo de la codirección de Palmeras y Puros, compañía gráfica, mi proyecto de elaboración de serigrafías que desarrollo con mi socio y gran dibujante turolense Jorge Rueda".