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MBFWM, el reino de las sombras y la oscuridad

  • Davidelfín llora su luto con un colección teñida en negro
  • Moisés Nieto habla de la culpa con un desfile de luces y sombras
  • Roberto Torretta hace de lo masculino un arma para la mujer

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Desfile de Davidelfin
Uno de los momentos de 'Inferno', la colección de Davidelfin.

En el desfile de Roberto Torretta parecía que los bocetos de su colección habían cobrado vida y se habían lanzado a la pasarela. Y es que la propuesta está perfectamente trasladada del papel al tejido, con un corte preciso para recrear una silueta limpia, perfecta.

El modista, lápiz en mano, firma las nuevas bases de la feminidad de la mujer y lo hace desde el fondo del armario tradicional masculino. Los colores y los patrones antes reservados al varón se revisan con gracia, a veces jugando con el contaste de texturas.

Así vemos el traje de tres piezas convertido en un conjunto de tres prendas en tres azules distintos. Se nota un gran trabajo de sastrería y camisería para adaptar cada hombro, cada manga o cada solapa a un cuerpo esbelto y grácil.

Destacan los tejidos rígidos, que mezclan satén y denim, y otros delicados con estampados florales. No faltan sus vestidos lady en ante y napa y, por supuesto, sus diseños de noche, realizados con texturas ligeras y colores atractivos, siempre al servicio de la mujer, aportando, embelleciendo.

El duelo como fuente de inspiración

El luto está de moda. O, quizá, a la moda le gusta el luto. Puede que se deba a que hay mucho qué llorar, seres a los que despedir y cosas que enterrar. Puede que tan solo guste la estética, el negro, la ausencia de color.

El Metropolitan de Nueva York ha dedicado una exposición a la ropa para el duelo y Tom Browne se ha inspirado en ella para su colección de hombre presentada en París. El negro lo tiñe todo y ahora inspira, aunque de distinta forma, a Davidelfín y a Moisés Nieto.

Delfín cierra con este desfile una trilogía y abre la puerta a una nueva etapa. O lo intenta. Y es que sus ojos se llenan aun de lágrimas recordando a Dunia Ayaso. ‘Inferno’ es el nombre de la colección inspirada en temas tan dark como el Drácula de Bran Stoker, los grabados de Gustave Doré, la estatua del Ángel Caído de El Retiro o el Aikido.

Un combate contra la monotonía

Los tejidos son opacos, densos, oscuros, y tiñen prendas urbanas, deportivas. Algunas se acercan a la estética ciber. Vemos pantalones anc hos, de estilo artes marciales, que llevan pliegues verticales y cortes y bolsillos en horizontal.

Algunos parecen faldas, pero no lo son. Vemos prendas oversized, monos y camisas a los que cose sus códigos. Tras el negro, y mientras enjuga sus lágrimas, da paso a prendas en gris, de alivio, y el estilo se vuelve más joven, más colegial.

Destacan los bolsos, con motivos arty que recuerdan a Miró, Calder y Picasso. Pero si hablamos de arte hay que mencionar a Santiago Ydáñez. Este artista ha utilizado como lienzos un vestido, una camisa y una sudadera, todo en neopreno blanco con el interior en negro, con el alma negra.

Tres piezas que el diseñador no sabe qué destino tendrán. Tres caprichos para subir a la pasarela en la que, de nuevo, abre su corazón en canal. Cuenta que está contento, “hemos cerrado bien el 2014” y que está inmerso en los vestuarios para dos ballets.

La sombra de la culpa

Moisés Nieto nos despista y tan pronto nos seduce con una colección estupenda como nos deja fríos. Ahora convence, y lo hace con su moda y con el desfile, con el que recrea el ambiente denso y la atmósfera de culpa de La Casa de Bernarda Alba.

Todos los looks que han salido a la pasarela llevaban otro detrás en negro, representando la sombra, la parte oscura del dolor. Claros y oscuros tintan de tragedia prendas muy estructuradas, con patrones cuidados, que provocan una silueta muy contenida, limpia.

Destacan las texturas frías del tweed plastificado o con aplicación de neopreno. También la organza metalizada y el algodón con lúrex. El tratamiento del color es impecable y Nieto se vale de rosas, vino, ocre y amarillos para apoyar su discurso, sereno, grave.

Esta intensidad cromática, a tono con la intensidad de los tejidos, se rebaja con pinceladas en rosa y azul, y también con el efecto visual que de las prendas con motivo de pata de gallo en tamaño gigante.

Nuevas agujas, viejas costumbres

Leandro Cano es una de las novedades del calendario principal, aunque llevamos tiempo viendo su trabajo en EGO. Y mucho de ese trabajo, mucho de su pasado, es lo que lleva en su mochila, la misma con la que emprende una nueva etapa, al frente de su nueva línea.

Cano se revisa, se gusta y se reinterpreta. Vemos a sus chicas con prendas de carácter artesanal, con guiños a las tradiciones, pero proyectando una silueta futurista. No faltan sus colores favoritos, crudos y granate, ni las flores bordadas en guirnaldas que ‘decoran’ con coquetería.

Cueros, lanas, paños, franelas y algodones dan consistencia a la colección que se abriga con tonos amables, como mostaza, caldera o beige. Pero vemos también reflejos de azul noche para contrastar, como contrastan las transparencias superpuestas que dan profundidad a las prendas.

De la pasarela a Los Goya

El día anterior se cerró con un estupendo programa. Etxeberría, Teresa Helbig y The 2nd Skin Co. , la firma de Antonio Burillo y Juan Carlos Fernández. Hicieron doblete porque se estrenaban en MBFWM y en Los Goya.

Sobre la pasarela vimos una colección elegantemente joven y femenina. Se trabaja por primera vez el punto y se mezcla con crepes y paños de lana, mikados, organza bordada y detalles de lurex y espiga.

Los flecos, o lo que parecen flecos, es el motivo estrella; y las plumas. Dos elementos que aportan movimiento a prendas contundentes, tanto en el tejido como en el color. Y es que, al menos al primer vistazo, la propuesta va con tonos subidos.

Su celeste ahora es azul noche y su rosa ahora es burdeos. A veces se introducen destellos de metal y códigos deportivos, como los elásticos en la manga. No faltan, por lo demás, sus códigos: pliegues, drapeados y volumen.

El abrigo, pieza importante en la colección, amplía su armario. Siempre sofisticado, de día y de noche. No hay que olvidarse de los zapatos, con tacón alto. Unos, en ante; otros, con un pompón de plumas de marabú.

Etxeberría y Teresa Helbig visten a un hombre y a una mujer diferentes pero con un punto en común: los dos buscan esa prenda especial realizada con toda la ceremonia de la alta costura. Dos agujas transgresoras, jóvenes. Dos nombres que están haciendo mucho por cambiar la moda. O al menos, el concepto que se tiene de ella en esta pasarela.

Suspiros de España

Hannibal Laguna tiene un estilo distinto al de la mayoría de diseñadores y modistos con los que comparte calendario. Su pasarela siempre es ambiciosa y mantiene un nivel alto, tanto en la confección como en los tejidos. Ahora su aguja trabaja para reinterpretar, y de paso homenajear, la cultura española, esa que tanto se valora fuera y que, aquí, a veces se desprecia.

Sus vestidos recuerdan a cuadros famosos, a coplas y a paisajes que cuentan historias. Los mejores llevan mantillen incorporadas al cuerpo, teñido de colores festivos. Empolvados de albero, fucsias, rojos se decoran con delicados encajes y se adornan con efectos nacarados o de plata, un guiño al plateresco, a las catedrales.

Cosos e iglesias, el habitat de la mantilla. Al menos antes, porque Laguna las traslada a la pasarela y después a la alfombra roja, a una fiesta exclusiva o a una velada en la que suena 'Nuits d ´Espagne'.