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Ibrahim Ahmed y 'Timbuktu': "Si empiezas a pensar que pueden matarte no puedes vivir"

  • Timbuktu está nominada al mejor filme de habla no inglesa en los Oscar 2015
  • RTVE.es habla con Ibrahim Ahmed, protagonista principal de la película
  • La cinta es candidata a los premios César franceses con 8 nominaciones
  • Dirigida por A. Sesseko, Timbuktu se estrena en España el viernes 6 de febrero

Por
Tráiler de la película Timbuktu

NOMINACIONES

Oscar 2015: Mejor película de habla no inglesa

César: 8 nominaciones incluyendo mejor película y director

FICHA TÉCNICA

Título original: 'Le chagrin des oiseaux (Timbuktu)'

Año: 2014

Duración: 100 min.

País: Mauritania

Director: Abderrahmane Sissako

Guión: Abderrahmane Sissako, Kessen Tall

Música: Amin Bouhafa

Fotografía: Sofian El Fan

Reparto: Abel Jafri, Hichem Yacoubi, Kettly Noël, Pino Desperado, Toulou Kiki, Ibrahim Ahmed, Layla Walet Mohamed, Mehdi A.G. Mohamed, Fatoumata Diawara, Adel Mahmoud Cherif, Salem Dendou, Mamby Kamissoko, Yoro Diakité, Cheik A.G. Emakni, Zikra Oualet Moussa, Weli Cleib

"Cuando acepté mi papel en esta película era consciente de lo que hacía. Si empiezas a pensar que pueden matarte no puedes vivir. Lo acepté porque creí que era mi deber, mostrar este país, el Sahel, las gentes entre las que nací y mostrar que mi personaje, Kidane, está al margen de la política". Así habla a RTVE.es Ibrahim Ahmed, músico y actor protagonista de Timbuktu, un drama sobre las consecuencias de la imposición del islamismo radical en Mali.

Dirigida por Abderrahmane Sissako (La vie sur terre, 1998, Bamako, 2006), Timbuktu es uno de los cinco títulos nominados a mejor filme de habla no inglesa en los Oscar 2015, junto con Ida, Leviathan, LeviathanRelatos salvajes, y Tangerines. También con ocho nominaciones a los premios César, la cinta se estrena en España el viernes día 6 de febrero.

Ahmed interpreta a Kidane, un antiguo músico tuareg que lleva un tranquila vida en las dunas, criando vacas junto a su esposa y su hija en los alredores de Tombuctú. Pero la ciudad cae en manos de extremistas religiosos y sus habitantes padecerán el régimen de terror impuesto por los yihadistas: prohibido escuchar música, reír, fumar e incluso jugar al fútbol.

"La película no es islamófoba, en ningún momento se expresa eso. Habla de gente pacífica que de repente ha sido invadida por otras gentes que no les entienden en absoluto", explica el actor, que reconoce el entierro emocional que supone ese integrismo: "Hubiera sido capaz de dar mi vida por la música, porque sin música mi vida no tendría sentido. Hoy soy padre, y la encuentro en los ojos de mi hija".

La lucha es en las pantallas

Paradójicamente, los extremistas de la yihad utilizan algo tan occidental como internet, la tecnología de las cámaras de vídeo y plataformas como Youtube para difundir su mensaje de terror a golpe de decapitaciones y ejecuciones sumarias. Pero la esperanza también puede discurrir por los mismos canales que el miedo, nos cuenta Ahmed: "Este fue el objetivo, la idea de la película. Ahora todos estamos intentando luchar contra el mal utilizando cualquier instrumento. El cine es un medio que puede comunicar muchas cosas y puede hacer que mucha gente cambie de rumbo".

Un rumbo pacífico que alimentó a generaciones con independencia de la confesión religiosa, y un ejemplo es la propia vida de Ahmed quien lo confiesa sonriendo: "Mi madre es musulmana, mi padre es musulmán y mis hermanos, con la excepción de mi tío, que es un caso muy singular de pastor cristiano protestante de origen tuareg. Yo me crié con él y esto demuestra que en este rincón de Mali la religión nunca fue un obstáculo para convivir".

El actor explica en términos sencillos la complicada dificultad de estos tiempos: "En Arabia, por ejemplo, forma parte de su cultura la ley impuesta por la sharía. Pero en Mali lo que ocurre es que la cultura no es la misma, es una cultura abierta, llena de música y de danza. Intentar imponer en una generación un régimen tan estricto es muy difícil. Lo que ocurrirá es que una parte de la gente se exiliará y una parte de los que se queden se organizarán para rebelarse. Siguen haciendo su vida, al igual que los protagonistas de la película".

Un tuareg hacia los Oscar desde la música

La vida de músico puso inesperadamente a Ibrahim Ahmed a las puertas del cine: "Estaba en Bamako buscando un estudio de grabación para mi álbum y me localizó la directora de casting para proponerme el papel. Anteriormente no conocía personalmente a Abderrahmane Sissako, solo de oidas porque es una figura muy conocida en África. Y así fue como me escogió".

El actor se siente identificado con su personaje, con el que se metió "en la piel de un padre, un hombre tranquilo que no es agresivo. Kidane no es solo eso, también puede ser cualquier padre de cualquier nacionalidad, una personal normal a quien de repente se le cruzan los cables y como es el que dirige la familia, el que lleva el timón, tuerce el rumbo de las cosas".

Y sin perder la compostura, lanza un vaticinio: "Predigo que Timbuktu va a ganar, en los Oscar y en los César también".