Enlaces accesibilidad
Atentado en 'Charlie Hebdo'

Los atentados de París avivan la lucha entre el Estado Islámico y Al Qaeda por liderar el terror

  • Al Qaeda ha reivindicado el ataque en un intento de recuperar protagonismo
  • Eso puede alentar una competición con el EI por atentar en Europa
  • Los gobiernos reconocen que es dificil seguir a todos los potenciales yihadistas
  • Toda la información en el especial 'Atentado contra Charlie Hebdo'

Por
Al Qaeda vuelve a golpear en Europa y aviva su competencia con el Estado Islámico

Captados, adoctrinados y radicalizados por la yihad. Los tres terroristas de los atentados de París han reivindicado sus ataques en nombre del Islam, pero han dicho servir a organizaciones rivales, Al Qaeda en el caso de los hermanos Kouachi, y el Estado Islámico en el de Amedy Coulibaly. ¿La guerra santa ha justificado esta "alianza" o ha abierto la pugna por el liderazgo del terror?

Al Qaeda en la Península Arábiga se ha apresurado a reivindicar el ataque en Charlie Hebdo. Sin dar su nombre, un miembro de la organización ha asegurado que “el liderazgo de AQPA dirigió” las operaciones y otro ha amenazado en YouTube con más ataques.

Los atentados de París pueden ser un estímulo para el Estado Islámico para que quiera demostrar que ellos también son capaces de cometer atentados”, afirma a RTVE.es Luis de la Corte, director del área de estudios estratégicos y de inteligencia del Instituto de Ciencias Forenses y de la Seguridad de la Universidad Autonóma de Madrid y especialista en cuestiones de terrorismo.

Una teoría que comparte Bruce Riedel, director del Intelligence Project de Brookings Institution en Washington: "La guerra por determinar quién es el legítimo heredero de (Osama) Bin Laden va a llevar a una competición para superar al otro. En este contexto un gran atentado en Europa es visto como un logro", advierte Riedel, citado por la agencia Efe.

La lucha estratégica entre Al Qaeda y el Estado Islámico

La lucha entre ambas organizaciones hunde sus raíces en el origen del grupo liderado hoy por Al Bagdadi, pero su principal diferencia es estratégica. Mientras Al Qaeda mantiene en su agenda los atentados contra objetivos en Occidente, la prioridad del EI es asentar y ampliar sus conquistas bajo su califato. Ahora, esto podría cambiar.

La amenaza de atentados va a a seguir

“El trasfondo ideológico de ambas es el mismo. Los simpatizantes de una de las organizaciones puede traspasar sus lealtades a la otra o compartirlas. En tanto que haya jóvenes consumiendo esa ideología la amenaza de atentados va a seguir”, apunta De la Corte.

La ideología se basa en derrocar los regímenes musulmanes considerados apóstatas e instaurar gobiernos islámicos basados en la sharía, así como el ataque a aquellos países occidentales que, según ellos, interfieran en su objetivo y se burlen del Islam.

Los expertos distinguen tres perfiles de riesgo: los conocidos como lobos solitarios, los grupos que actúan de forma independiente y los comandos vinculados a las grandes organizaciones. En el caso de los terroristas de París parece que estaríamos ante el último supuesto. Uno de los hermanos Said Kouachi, viajó en 2011 a Yemen, donde al parecer recibió entrenamiento y se reunió con el clérigo radical Anwar al Aulaki. Su hermano Chérif declaró antes de morir que Al Qaeda le había enviado para “vengar al profeta”. La investigación deberá dilucidar hasta dónde llegaban esos vínculos.

De repartir pizzas a empuñar un fusil

Aparte de Al Qaeda central, que nunca ha abandonado su prioridad de atentar en Occidente, el resto de las grandes organizaciones yihadistas han concentrado sus esfuerzos en el mundo islámico y han preferido contribuir de forma menos directa al hostigamiento contra objetivos occidentales de manera indirecta, principalmente animando a simpatizantes y seguidores a perpetrar ataques terroristas con sus propios medios. “Esto hace que el fenómeno se vuelva más descontrolado porque aumenta el nivel de impredecibilidad”, sostiene De la Corte.

El peligro radica en que se pierde el control sobre el destinatario del mensaje. El perfil del yihadista no es tan homogéneo, por ejemplo en España, donde el estudio del Real Instituto Elcano señala a varones de 25 hasta 39 años, casados y con hijos y con un nivel educativo variado. Hay casos en que los radicalizados tienen problemas mentales. Y, en muchos ocasiones, se asocia a hombres parados, marginados, sin expectativas porque son más fáciles de captar.

“Es muy fácil en este distrito decirles a los jóvenes: ‘Irás al cielo, harás cosas maravillosas’ y creo que Chérif cayó en esa trampa”, afirma el imán del joven, que dice que sus actos terroristas pudieron estar motivados por el deseo de “venganza” y un sentimiento de “marginación” en Francia.

Así es como Chérif, de 32 años, pasó de repartir pizzas a empuñar un Kaláshnikov. Estuvo 18 meses en prisión por participar en una red de reclutamiento de yihadistas e intentar viajar hace una década a Irak para unirse a la yihad.

El peligro de los combatientes retornados

Estados Unidos calcula que hay unos 18.000 combatientes extranjeros de unos 60 países luchando y recibiendo entrenamiento insurgente en Siria e Irak, según indicó esta semana John Carlin, adjunto para la Seguridad Nacional del Secretario de Justicia. Más de 3.000 de ellos provienen de Europa occidental y en su mayoría tienen pasaportes europeos, una nueva cantera del radicalismo en la que podría gestarse un nuevo atentado como el que ha paralizado París durante tres días.

Francia tendría bajo seguimiento a varios centenares de potenciales yihadistas aunque la cifra es imposible de precisar, según De la Corte, que apunta que desde el verano ha habido un repunte de retornados de Irak y Siria.

Francia refuerza el actual dispositivo de protección antiterrorista

¿Y si están fichados por la policía, como era el caso de los Kouachi y Coulibaly, por qué no se ha evitado el ataque? “Hay una limitación de recursos para controlar a todos los potenciales terroristas. Tienen que tener una disposición ideológica para atentar que es difícil de determinar. Algunos la tienen y otros no. Con todo ha habido varios complots desmantelados por lo que el índice de acierto es alto”, subraya el experto.

Aún así los terroristas sólo necesitan tener éxito una vez para lograr objetivo. Y lo han conseguido. El brutal ataque en Charlie Hebdo, en el que murieron doce personas, el tiroteo de una agente municipal y el secuestro en la tienda judía han conmocionado a Francia y han encendido las alarmas en Europa. Se trata del mayor desafío terrorista en suelo occidental desde los atentados de julio de 2005 en Londres.

"No existe el riesgo cero"

El modus operandi no puede ser más sencillo y más efectivo. Se trata de pequeñas acciones altamente espectaculares dirigidas a provocar el mayor impacto emocional en la sociedad del país atacado. Así, los terroristas han cambiado las bombas por los fusiles de asalto y los macroatentados por asesinatos más selectivos. El miedo es su mejor aliado. El resultado es que cualquier ciudadano es objetivo y que el yihadista puede vivir en la puerta de al lado.

“Se han adaptado a las circunstancias porque no tienen la misma capacidad de antes. Desde el 11-M el control de explosivos es mayor. La revista Inspire (que edita el órgano de propaganda de Al Qaeda en la Península), ya recomendaba el uso de armas ligeras para cometer atentados”, señala De la Corte, que recuerda precedentes como el atentado en Bombay en 2008 y el más reciente en el centro comercial Westgate de Nairobi.

De confirmarse este sería el primer ataque en suelo occidental de AQPA tras dos intentos fallidos: el deUmar Faruk que no consiguió hacer estallar la bomba alojada en su ropa interior durante un vuelo de Amsterdam a Detroit en 2009; y la trama desarticulada que pretendía llevar bombas de Yemen a EE.UU.

Europa y EE.UU. están en máxima alerta aunque faltos de medios para seguir todas las potenciales amenazas. “No existe el riesgo cero”, reconoció esta semana el primer ministro francés, Manuel Valls.

Washington emite una alerta global a todos sus ciudadanos tras el atentado en Francia

Al Qaeda ha recuperado -ya sea con la inspiración o dirección de este ataque- el protagonismo del terrorismo global. Ahora habrá que ver si el Estado Islámico desvía los recursos de su guerra regional fuera de sus fronteras. Al menos en los retornados tienen ventaja sobre su rival, ya que ocho de cada diez combatientes que vuelve de Irak o Siria salen de sus filas. Con entrenamiento y vocación de atentar. La lucha por impedir que lo consigan ya ha empezado.