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Lech Walesa en el cine, la historia de un hombre frente a la Historia

  • El 1 de enero se estrena en España el film Walesa, la esperanza de un pueblo
  • Dirigido por Andrzej Wajda, retrata la vida política del líder sindicalista polaco
  • La película se presentó en la Mostra de Venecia 2013 fuera de competición
  • Estuvo presente en la sección oficial del Festival de Cine de Toronto 2013

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Tráiler de la película 'Walesa, la esperanza de un pueblo'

TÍTULO ORIGINAL: 'Walesa. Czlowiek z nadzie

AÑO: 2013

DIRECTOR: Andrzej Wajda

REPARTO: Robert Wieckiewicz, Agnieszka Grochowska, Maria Rosaria Omaggio

GUIÓN: Janusz Głowacki

FOTOGRAFÍA: Paweł Edelman

BANDA SONORA: Paweł Mykietyn

PRODUCCIÓN: Akson Studio

Corre el año1970 y en la ciudad polaca de Gdansk la policía estatal dispara contra los huelguistas de los astilleros. Reclaman mejoras laborales pero sus cuerpos caen sin vida sobre las calles de la ciudad.

El electricista Lech Walesa presencia la agitación desde la ventana de su apartamento. "Si no vuelvo, vende esto y quédate con el dinero" dice a su mujer Danuta mientras se desembaraza de su alianza de oro y de su reloj de pulsera. Luego se suma a la pelea de los obreros navales de la Polonia comunista. Y ya no pararía.

Así lo cuenta en Walesa, la esperanza de un pueblo (2013) el veterano y oscarizado cineasta polaco Andrzej Wajda (La tierra de la gran promesa, 1975, El hombre de hierro 1981, Katyn, 2007). La película se estrena en España el día 1 de enero y relata la vida política del líder del sindicato Solidaridad, un soplo de lucha que crecería como un huracán hasta derribar el régimen del general Jaruzelski y dar paso a la democracia.

Pero no solo fue Polonia. El proceso desencadenó un efecto domino que sacudió los cimientos del llamado "bloque del este". Walesa ganaría el premio Nobel de la paz en 1983 y poco tiempo después caerían las dictaduras de ese lado del "telón de acero". Él mismo se convertiría en presidente electo de su país. El rostro de Europa y del mundo occidental cambiaron para siempre.

Devolver el mito a la condición mortal

Aunque la devoción hacia Walesa no atraviesa actualmente sus mejores días, el personaje, interpretado en el film por Robert Więckiewicz (Ambassada, 2013, In Darkness, 2011), mantiene su poder de fascinación y su condición de icono del fin de la "guerra fría". Un fenómeno que Wajda, compatriota y amigo del líder de Solidaridad, reconoce. "Soy consciente de que Walesa es el tema más difícil que he abordado en mis 55 años de carrera cinematográfica (...) y suscitará reacciones importantes", admite el cineasta.

Las acotaciones realistas son obligatorias en un relato histórico, pero también una mezcla de grises en un escenario muy mitificado que deriva facilmente hacia los extremos. A esto se suma la peculiar complejidad de un personaje que evoluciona de la sencillez del electricista a las alturas del líder que domina la estrategia y la puesta en escena, capaz de improvisar golpes de efecto sin pestañear. Pero ¿cómo liberar al gran icono de su imagen y retratar al ser humano?

Unos años antes del desenlace final, en 1980, la periodista italiana Oriana Fallaci, se personó en el domicilio polaco del líder sindical para sumarle a su colección de entrevistados que cambiaron la Historia. Era un Walesa ya internacionalmente visible y sumido en la batalla; sus palabras eran testimonio del combate en curso.

Introspección documental

Wajda vertebra el desarrollo de su relato en torno a este encuentro real. La conversación que mantienen el protagonista y Fallaci, interpretada por Maria Rosaria Omaggio (A Roma con amor, 2012, La invasión de los zombies atómicos, 1980), será el "meta-relato" que aporta la condición biográfica con consistencia y credibilidad. La personalidad del activista polaco quedará trazada además en la convivencia con sus hijos y su esposa Danuta (Agnieszka Grochowska), que en 1983 recogería en Oslo el Nóbel en su lugar para evitar el destierro tras salir del país.

El director humaniza al Walesa cinematográfico a través de estas dos mujeres de carácter aparentemente opuesto. Lo define respondiendo a una entrevistadora implacable cuyas preguntas desentrañan a un polaco católico aferrado a sus convicciones y consciente de sus capacidades; seguro de si mismo pero también aderezado con humildades y defectos de andar por casa, como la coquetería o una dosis de egocentrismo. Y luego lo desnuda en la relación con la resignada Danuta.

En Walesa, el estilo del realizador se aleja de las imposturas estéticas. Iluminaciones naturalistas y secuencias con cámara al hombro se alternan con imágenes documentales de la época para coser la ficción a la realidad con referencias históricas auténticas. La banda sonora compuesta por Paweł Mykietyn agiliza con eficacia el montaje y pega el desarrollo narrativo a la condición realista sin perder velocidad.

En resumen, Wajda consigue un retrato de simplicidad natural y matices difíciles. El Lech Walesa que nos muestra es un electricista de un astillero que carga a su mujer con la crianza de los hijos y el peso del hogar mientras él se entrega con pasión a su tarea de liderar el cambio en Polonia.

Pero también describe a un hombre religioso que descubre, reconoce y despliega habilidades naturales para entender el mundo complejo de la política; capaz de identificar el valor de los símbolos y convertirlos en sus recursos. Y todo esto con un buen guión en una mano y la eficacia de la cinematografía profunda y escueta en la otra.

Trilogía Walesa

Walesa, la esperanza de un pueblo completa junto a El hombre de mármol (1976) y El hombre de hierro (1981), esta última con Lech Walesa interpretándose a sí mismo, la trilogía del autor polaco sobre cómo la desilusión de los trabajadores con el comunismo ayudó a provocar la desaparición del sistema.

En la presentación del film en la Mostra de Venecia, Wajda lo calificó como "una historia sobre trabajadores que tenía una visión diferente a la del Gobierno, que querían seguir sus reglas y no las reglas del Gobierno".

Andrzej Wajda nació en Suwalki, Polonia, en 1926. Hijo de una maestra y de un militar, durante la Segunda Guerra Mundial participó en la resistencia contra los nazis. El director recibió en 2007 el Óscar a la mejor película de habla no inglesa por Katyn.