Enlaces accesibilidad
Entrevista a Carlos Francisco, trabajador de MSF en Siria y República Centroafricana (RCA)

"La suspensión de la ayuda del Programa Mundial de Alimentos en Siria implicará un desastre"

  • Carlos Francisco, trabajador humanitario, acaba de volver de Siria
  • “La ayuda humanitaria en Siria se ve entorpecida por todos los actores armados"
  • Denuncia que la situación en la RCA está igual que al inicio del conflicto

Por
Trabajador de Médicos Sin Fronteras en un campamento de refugiados
Trabajador de Médicos Sin Fronteras en un campamento de refugiados

El anuncio del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de suspender la asistencia alimentaria a más de 1,7 millones refugiados sirios ha alarmado a las ONG’s. “Va a ser un desastre”, asegura Carlos Francisco, trabajador humanitario de MSF que acaba de volver de Siria. “Son 1,7 millones de personas que están fuera de sus países, que no pueden trabajar, y que son totalmente dependientes de la ayuda internacional”, señala Francisco, con una larga experiencia en asistir a las poblaciones en países en conflicto.

El PAM requiere de 64 millones de dólares de inmediato (unos 51 millones de euros) para apoyar a los refugiados sirios en los países vecinos durante el mes de diciembre. “Me llama mucho la atención el dinero del que estamos hablando. Son 64 millones de dólares. No se si para la comunidad internacional es un desembolso tan grande como para privar a ese más de millón y medio de personas” de esa ayuda, ha señalado.

Carlos Francisco ha trabajado desde 2011 en países en conflicto ayudando a los refugiados. Primero fue en Túnez, tras la guerra en Libia; luego estuvo en la República Democrática del Congo, en la República Centroafricana y en Sudán del Sur. Los últimos meses los ha pasado en Siria, que se ha convertido, tras tres años de guerra civil, en la peor crisis humanitaria de la historia.

La respuesta de los países vecinos

El conflicto ha generado ya más de tres millones de refugiados en países vecinos y otros seis millones de desplazados. Líbano y Turquía son los que más acogen con más de un millón, respectivamente; seguidos de Jordania, con unos 618.000; e Irak, con 225.000.

Para Francisco, la respuesta de esos países evita que la situación sea aún más dramática.  “No sé cómo reaccionaría España o cualquier otro país europeo si, de repente, en dos años entra como un millón de refugiados dentro de su territorio”, apunta en una entrevista con RTVE.es. “En Líbano creo que en las escuelas hay más niños refugiados sirios que libaneses”, añade.

Para Francisco, el mayor obstáculo que encuentran MFS sobre el terreno es la inseguridad. “La ayuda humanitaria en Siria se ve entorpecida o dificultada por todos los actores armados que están ahora mismo peleando en el sitio”, apunta.

Los últimos meses, además, el auge del grupo yihadista Estado Islámico (EI), que se ha hecho con el poder de parte del norte del país, ha dificultado mucho la posibilidad de ayudar a la población. “Pero yo no me limitaría solamente al EI. Lo hace el EI, el Gobierno de Siria también dificulta el acceso y se dedica, directamente, a atacar estructuras de salud, y los demás grupos armados tampoco colaboran”, resalta.

El trabajador humanitario señala que es muy difícil para MSF trabajar en sitios donde los hospitales han sido destruidos. “Y, si los intentáramos poner en marcha, corremos el riesgo de que vuelvan a ser otra vez destruidos con el objetivo de dañar aún más a las poblaciones civiles”, señala a RTVE.es el trabajador humanitario.

El drama de los conflictos olvidados

La crisis humanitaria en Siria es tan dramática que sus consecuencias sí tienen presencia en los medios. Pero 2014 ha sido un año en el que las crisis derivadas de los conflictos se han recrudecido, según el balance de anual de MSF. Y entre ellos, los de los llamados conflictos olvidados como el de Sudán del Sur o República Centroafricana (RCA).

En los últimos meses, el conflicto de la RCA se ha hundido más en la violencia sectaria, con linchamientos públicos en la capital, especialmente contra musulmanes. Para Carlos Francisco, en el país siguen existiendo los mismos problemas que cuando estalló la guerra, y que son muy parecidos a los que se ha encontrado ahora en Siria.

“Fundamentalmente, la inseguridad. No hay ningún tipo de ley ahora mismo, los pillajes son generalizados y los actores humanitarios somos víctimas de esos pillajes”, señala a RTVE.es.

La perspectiva para 2015 no puede ser optimista. Los conflictos se recrudecen y prestar ayuda humanitaria es cada vez más difícil. La peor parte se la llevan estos 'países olvidados'. “Si ya se corta la ayuda humanitaria para conflictos que están mucho más ‘de moda’, imagínate los que pueden ser en estos países olvidados”, advierte Francisco.