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El plan de inversión propuesto por Juncker fía hasta el 80% de sus fondos al capital privado

  • De los 315.000 millones a movilizar, 63.000 tendrían una garantía pública
  • La UE y Banco Europeo de Inversiones avalarán con 13.000 millones de euros
  • El BEI pedirá prestado con esa garantía en los mercados fondos para invertir

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El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, en una alocución ante el Parlamento Europeo
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, en una alocución ante el Parlamento Europeo.

Caída de la inversión en Europa

Desde el inicio de la crisis financiera, la inversión ha caído de media alrededor del 20% en la UE. La falta de inversiones es uno de los motivos que explica, según los dirigentes europeos, la debilidad de la recuperación en Europa.

Movilizar 315.000 millones de euros entre 2015 y 2017 para desarrollar proyectos de interés europeo -en ámbitos como el transporte o la energía- y reactivar la economía europea. Estos son los objetivos del plan que la Comisión Europea ha aprobado este martes y que su presidente, Jean-Claude Juncker, ha presentado este miércoles ante la Eurocámara, lugar donde lo avanzó en julio.

Las cifras son enormes, pero el denominado plan Juncker se fundamenta sobre una base de 13.000 millones de euros de dinero público real -pero no nuevo- procedente de la Unión Europea (8.000 millones) y del Banco Europeo de Inversiones (5.000 millones). El resto se pediría prestado a los mercados o sería capital privado que tenga interés en realizar los proyectos seleccionados.

Y esto es así porque las premisas del plan son no generar más déficit o deuda en los países y no ampliar los presupuestos de la UE.

La idea es que el plan ya esté funcionando a medidados de 2015. Los proyectos aún no han sido definidos, pero sí se conoce que se darán prioridad a los proyectos de transportes, energía, I+D o redes digitales, por su valor añadido. En España, por ejemplo, podrían ser la interconexión eléctrica con Francia y Portugal o los corredores Atlántico y Mediterráneo.

Con el plan Juncker se espera crear entre 1 y 1,3 millones de empleos nuevos en los 28 y sumar entre 330.000 y 410.000 millones al PIB comunitario.

De dónde salen los fondos

Es la mayor dificultad del proyecto. La Unión Europea utilizará 8.000 millones de euros de su presupuesto -procedentes de diversos fondos: 3.300 millones del programa Conectar Europa; otros 2.700 del programa Horizonte 2020 de investigación e innovación y otros 2.000 millones de márgenes presupuestarios- como garantía

Según los mecanimos de garantía de la UE, usar 8.000 millones como aval implica que se tiene una capacidad de préstamo de 16.000 millones de euros. Sin embargo, si las pérdidas se hacen realidad y superan esos 8.000 millones, el resto (hasta 16.000 millones) lo tendrían que poner los Estados miembros.

Esos 8.000 millones de dinero público, que no son nuevos, se usarán como garantía para cubrir posibles pérdidas en los proyectos en los que se invierta, al igual que otros 5.000 millones procedentes del Banco Europeo de Inversiones (BEI).

En total, 21.000 millones para que el BEI acuda al mercado con su triple A y consiga, mediante una emisión de bonos, unos 60.000 millones de euros, cifra que sería su potencia de fuego real.

Para decidir a qué proyectos se dedicará esos alrededor de 63.000 millones se creará un nuevo vehículo: el Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas.

La lista de iniciativas susceptibles de recibir fondos la elaboran la Comisión y el BEI, con la participación de los Estados miembros. La elección final de los proyectos la realizarán una Comisión de Inversión formada por expertos independientes, que comprobará la calidad y la viabilidad y validará cada proyecto.

Una vez decididos los proyectos que se van a realizar a través del Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas, se espera atraer inversión de los Estados miembros (cuyas aportaciones no computarían como déficit), los bancos nacionales públicos -como el Instituto de Crédito Oficial (ICO) en el caso de España-, las autoridades regionales e inversores privados hasta alcanzar los 315.000 millones que maneja la Comisión Juncker.

Según sus cálculos, la mayor parte de ese dinero para invertir en los proyectos (más de 200.000 millones) tendría que venir del sector privado dada la situación de las cuentas públicas de algunos países.

Según los planes de la Comisión Europea, la mayor partida irá a inversiones a largo plazo; el resto se destinará a pymes de mediana capitalización.

No habrá cuotas por países ni límites en la distribución geográfica de los proyectos o topes en los montos que recibirá cada Estado miembro a la hora de decidir qué programas se beneficiarán del plan: el principal criterio será que sean económicamente viables.

Los plazos a cumplir

En su plan, la Comisión Europea señala que el Consejo Europeo y el Parlamento Europeo deben acelerar todos los trabajos para que el plan pueda entrar en vigor en junio de 2015. Para ello, se tendrían que aprobar antes la creación del Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas y su regulación. Mientras, el BEI rediccionará parte de sus operaciones para preparar las acciones del Fondo Europeo.

Además, la Comisión Europea ha mostrado su interés por que el dinero de los fondos estructurales de los Estados miembros se enfoquen a esos proyectos.

La idea, señala la Comisión, es que a mediados de 2015 el Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas esté operativo y tenga ya su impacto, en sinergia con el resto de programas de la Unión Europea.

Es entonces cuando habrá un "oleoducto transparente de proyectos" que estarán en vigor y que se irán desarrollando con el tiempo. Todo este proceso se podrá controlar a través de una página web, creada para ello.

De esta forma, la idea es que a mediados de 2016 se revisen los progresos a todos los niveles, incluido el Consejo Europeo. Entonces de buscarán más opciones a medio plazo, si hiciera falta.