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El Ejército burkinés, bajo presión internacional, negocia un Gobierno de transición civil

  • La Unión Africana da un plazo de dos semanas o impondrá sanciones
  • El proclamado líder militar se reúne con diplomáticos y promete avances

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El líder del Ejército de Burkina Faso, el Teniente Coronel Isaac Zida
El líder del Ejército de Burkina Faso, el Teniente Coronel Isaac Zida

El Ejército de Burkina Faso, que tomó el mando del país este fin de semana tras la dimisión del presidente Blaise Compaoré, ha abierto una negociación con representantes sociales para establecer un Gobierno civil de transición, asediado por la presión internacional.

Así lo ha dejado entrever este lunes el teniente coronel Isaac Zida, proclamado jefe de Estado por las Fuerzas Armadas, quien ha asegurado que este régimen interino estaría liderado por una persona elegida por consenso.

"Estamos en conversaciones con todos los actores representativos de la sociedad para corregir el vacío de poder dejado por Compaoré, y establecer un Gobierno de transición dentro de un marco constitucional (...) en el menor tiempo posible", ha dicho Zida a los medios de comunicación tras una reunión con diplomáticos.

Además, según AFP, ha añadido que el "órgano de transición será dirigido por una persona de consenso". Aunque no lo ha dicho de forma explícita, en línea con los numerosos pronunciamientos internacionales y la reacción de la oposición, se entiende que ese liderazgo será civil.

La intervención del Ejército, que reprimió las protestas ciudadanas y tomó el control de la televisión pública, fue vista con recelo por la comunidad internacional.

Amenaza de sanciones

Naciones Unidas, la Unión Africana (UA) y la Comisión de la Comunidad Económica de Estados del África Occidental (CEDEAO), han manifestado abiertamente su rechazo en una misión conjunta desplazada hasta Burkina Faso.

El mensaje más contundente ha sido el de la Unión Africana, que ha emitido una resolución en la que da un plazo de dos semanas al Ejército para volver al marco constitucional e instaurar un régimen civil transitorio.

En este mismo sentido ha insistido el presidente francés François Hollande, que ha roto el silencio desde el comienzo de la crisis durante una visita a Canadá en la que ha instado a Zida a una transferencia del poder a los civiles "en las próximas horas".

Zida, que fue número dos de la guardia de Compaoré, ha insistido en que el Ejército "no está interesado" en el poder ni pretende intervenir en sus actividades políticas, aunque hasta ahora solo hablaba de un Gobierno de transición de "unidad nacional", sin especificar el papel de los militares en el mismo.

Llamadas a la calma

La predisposición negociadora ha sido bien acogida por los líderes de la oposición, que han definido a las Fuerzas Armadas como "un componente esencial" de la nación.

Al mismo tiempo, han instado a la ciudadanía a comportarse con "moderación y responsabilidad" para que el país "pueda salir de la tormenta que atraviesa", ha dicho el diputado Ablassé Ouédraogo en rueda de prensa recogida por Efe.

Burkina Faso intenta volver a la normalidad con la reapertura de escuelas, tiendas, bancos, gasolineras y restaurantes, tras una semana de intensas protestas e incidentes violentos protagonizados por manifestantes y las Fuerzas Armadas.

Los soldados se fueron reagrupando paulatinamente en los cuarteles de la capital Uagadugú y abandonaron la Plaza de la Nación que habían tomado el domingo.

Según fuentes de la oposición, más de treinta personas han muerto y otras 200 han resultado heridas desde el pasado jueves, cuando comenzaron las protestas para evitar que Compaoré aprobara una enmienda constitucional que le permitiría prolongar su mandato tras 27 años en el poder. Ahora está exiliado en Costa de Marfil.

La oposición ha exigido una comisión investigadora para determinar la responsabilidad de estas muertes.