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El Rembrandt más sabio, más libre y más triste

  • La obra tardía de Rembrandt se expone en la National Gallery londinense
  • Casi un centenar de las pinturas, grabados y dibujos más innovadores del pintor
  • Podrá visitarse entre el 15 de octubre y el 18 de mayo

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Rembrandt, "Autorretrato con dos círculos", 1665-69
Rembrandt, "Autorretrato con dos círculos", 1665-69

Independientemente de la etapa en la que ejecutaron las obras que hicieron grandes sus nombres, muchos artistas experimentaron al final de sus vidas un período de libertad muy especial. Olvidando convenciones y apoyados en la sinceridad, Matisse con sus collages o Turner con su visión futurista, por ejemplo, firmaron capítulos inolvidables de la historia del arte.

También fue el caso de Rembrandt. Los últimos años del maestro más grande de la Edad de Oro de la pintura holandesa no fueron precisamente un camino de rosas en lo personal, pero en este período el pintor halló un nuevo estilo más expresivo y profundo.

El resultado de estos trabajos podrán admirarse ahora en la National Gallery londinense. Entre el 15 de octubre y el 18 de enero, el museo ofrece en la exposición Rembrandt: Late works (Rembrandt: obra tardía), casi un centenar de obras ejecutadas por Rembrandt entre 1650 y el año de su muerte en 1669.

Con la edad, la creatividad del pintor no cayó en el declive, sino que experimentó una nueva energía. Manipuló libremente técnicas pictóricas y de grabados para reinterpretar los temas tradicionales de una manera nueva y original.

En la vejez, libertad

El conocimiento de si mismo, la técnica experimental, el empleo de la luz, la observación de la vida cotidiana, las respuestas a las convenciones artísticas, así como expresiones de intimidad, contemplación, conflicto y reconciliación, fueron las ideas que ocuparon la atención del holandés en estos últimos años.

Reflexiones que quedan plasmadas en 40 pinturas, 20 dibujos y 30 grabados reunidos gracias a préstamos obtenidos de colecciones de todo el mundo entre los que se cuentan Lección de anatomía (1656), Hombre con armadura (1655) y El suicidio de Lucrecia (1666)..

Un apartado destacado de la exposición será la yuxtaposición de varios autorretratos, que incluyen Autorretrato con dos círculos (1665) Autorretrato con turbante y Autrorretrato a la edad de 63 años (1669). Los dos últimos, pintados hacia el final de su vida, muestran la honestidad de un Rembrandt que plasmó las facciones del hombre viejo en que iba convirtiéndose.

De la tristeza a la profundidad artística

“Incluso tres siglos y medio después de su muerte, Rembrandt continúa asombrando y sorprendiendo. Sus invenciones técnicas y su conocimiento profundo de las emociones humanas son tan frescos y relevantes hoy como lo fueron en el siglo XVII”, afirma desde la institución Betsy Wieseman, comisaria de la muestra.

Son palabras que confirman la veneración expresada por maestros modernos como Van Gogh, que en 1885 quedaría subyugado por la visión de La novia judía (1665), también expuesta.

Arruinado a la edad de 50 años, el genial artista afronta en estos años un destino trágico. En 1663 su mujer Hendrickje fallece tras contraer la peste y luego morirá su hijo Titus en 1668 con tan sólo 27 años. La melancolía impregna el trazo de sus pinceles, sentimientos que el viejo maestro combatirá con inspiración y fuerza innovadora hasta convertirlos en la profunda emoción que ahora entrega intacta la National Gallery.