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Tirole, el economista que arroja luz sobre la competencia entre empresas

  • Entiende la economía como vínculo entre matemáticas y ciencias sociales
  • Jean Tirole es el tercer francés que logra el Nobel de Economía

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French economist Jean Tirole speaks during a news conference at the Toulouse School of Economics in Toulouse
Jean Tirole, en rueda de prensa tras recibir el Nobel de Economía 2014.

"La investigación es un universo que no conocía de nada. Y la economía no fue para mí una elección natural", llegó a decir el francés Jean Tirole, galardonado con el premio Nobel de Economía 2014 por sus análisis del poder de los mercados y su regulación.

Nacido el 9 de agosto de 1953 en Troyes, noreste de Francia, de padre médico y madre profesora, Tirole, que obtuvo el título de ingeniero y un diploma de Estudios Profundizados en Matemáticas a los 23 años, vio en la economía una disciplina atractiva, que le fascinó como vínculo entre las matemáticas y las ciencias sociales.

"Poder enfrentarse a problemas teóricos exigentes, y por lo tanto intelectualmente apasionantes, y contribuir al mismo tiempo a la toma de decisiones es muy atractivo", afirmaba quien en 1981 se doctoró en Economía en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).

Ese centro, en el que firmó la tesis Ensayos en teoría económica, cuenta con un total de 80 premios Nobel entre sus alumnos y profesores, incluido Paul Krugman, de quien la Real Academia de las Ciencias sueca reconoció en 2008 sus estudios de los patrones de comercio y de la localización de la actividad económica.

Tirole es el tercer francés que logra el reconocimiento, tras Gérard Debreu (1983) y Maurice Allais (1988), y aunque su libro The Theory of Industrial Organization está considerado la obra de referencia sobre la organización industrial y la competencia, destaca por su extrema discreción y su escasa exposición mediática.

Analizador de la competencia y las finanzas

Autor de más de 160 publicaciones científicas en grandes revistas internacionales, de una decena de libros y de más de medio centenar de discursos, el francés considera que ha tenido la suerte de "estar en el momento y en el lugar adecuados".

Su carrera, según indicó al recibir en 2008 el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento, empezó en un momento en que "dos interesantes teorías matemáticas pasaron a primer plano: la Teoría de Juegos y la Teoría de la Información", de las que se ha convertido en uno de los mayores expertos en su aplicación.

Ambas ramas le permitieron, según añadió, utilizar un enfoque teórico y aplicado a la hora de analizar áreas específicas como la competencia, las finanzas o las crisis financieras.

La Academia sueca consideró que sus estudios han arrojado luz sobre cómo se regulan los sectores económicos dominados por pocas empresas, y sobre la capacidad de los gobiernos para fomentar la competencia.

De él se destacó también que demostrara teóricamente que la búsqueda de principios generales para todos los sectores, con reglas simples como la limitación de los precios de los monopolios, podía funcionar bajo determinadas circunstancias, pero también ser más dañina que beneficiosa en otras.

Reconocimiento en la comunidad científica

El economista francés, presidente de la Escuela de Economía de Toulouse, suma en su currículum un doctorado "honoris causa" por la Universidad Libre de Bruselas (1989) y el haber sido condecorado caballero de la Legión de Honor de Francia (2007).

Desconocido para el gran público pero de asentado reconocimiento en la comunidad científica, Tirole vio su trayectoria profundamente marcada por los siete años pasados en el MIT, y en los intercambios "de muy alto nivel" mantenidos en ese centro con otros colegas y estudiantes.

Pese a la aplicación práctica de sus teorías y a su defensa de la necesidad de adaptar las políticas a cada sector de la economía, el investigador suele evitar decantarse públicamente en favor de uno u otro candidato político.

"Una proximidad con el mundo político puede hacer perder de vista que utilizamos un corpus científico para expresarnos", afirmaba en 2007, año en que recibió la medalla de oro del Centro Nacional francés de Investigación Científica (CNRS).

Tirole, que se dijo tan contento como sorprendido de haber sido destacado con el Nobel, siguió fiel a la modestia que se le atribuye y aseguró que la recompensa premia un trabajo de equipo, en el que él ha tenido el "único mérito" de saber rodearse y acabar en el lugar adecuado