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Virus del ébola

Qué es el ébola, cómo se transmite y por qué es tan mortal

  • Es un virus que se transmite por contacto directo y de mortalidad muy elevada
  • Causa fiebres hemorrágicas para las que no hay vacuna ni tratamiento curativo
  • En España se ha registrado el primer contagio confirmado fuera de África

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Imagen del virus del ébola, ampliado 108.000 veces.
Imagen del virus del ébola, ampliado 108.000 veces.

El mundo vive la epidemia de ébola más mortal desde que existen registros, tanto en número de infectados como en expansión geográfica. Según el último recuento de la OMS hasta el pasado 3 de octubre, el número de infectados por el ébola en África occidental es de más de 8.000 personas, de las que más de 3.500 han fallecido.

En España se ha registrado el primer caso confirmado de contagio fuera de África. Se trata de una auxiliar de enfermería que atendió en el Hospital Carlos III de Madrid a los dos misioneros españoles repatriados desde Sierra Leona.

Estas son las claves para entender el virus del Ébola que se contagia por contacto directo con la sangre o los fluidos corporales de personas infectadas que presenten ya síntomas, con personas muertas infectadas o por la exposición a objetos contaminados por secreciones de estos pacientes.

¿Qué es el ébola?

El ébola es una enfermedad infecciosa viral aguda que produce fiebre hemorrágica en humanos y primates (monos, gorilas y chimpancés) y cuya tasa de mortalidad puede llegar al 90%.

El virus del Ébola, uno de los más mortíferos que existen, se detectó por vez primera en 1976 en dos brotes simultáneos ocurridos en Nzara (Sudán) y Yambuku (República Democrática del Congo, entonces Zaire). La aldea en que se produjo el segundo de ellos está situada cerca del río Ébola, y de ahí toma su nombre.

Tiene cinco variedades: Sudán, Zaire, Reston, Côte d'Ivoire (Costa de Marfil) y Bundibugyo, de las cuales Sudán, Zaire y Bundibugyo se han asociado a importantes brotes de fiebre hemorrágica en África.

El virus altera un tipo de células llamadas "endoteliales" que recubren la superficie interior de los vasos sanguíneos y la coagulación. Al dañar los vasos sanguíneos las plaquetas no son capaces de coagular, y los pacientes sucumben a un shock hemorrágico que deriva en una pérdida muy grave de sangre.

¿Cómo se contagia el ébola?

El virus del Ébola se contagia entre humanos por el contacto directo con la sangre u otros líquidos o secreciones corporales (saliva, semen, orina, heces...) de una persona infectada y que presente ya síntomas de la enfermedad o de personas muertas infectadas.

También puede producirse el contagio del ébola por exposición a objetos que hayan sido contaminados con secreciones infectadas como prendas de vestir o ropa de cama sucias o agujas usadas, según informa la OMS. El virus del Ébola no se transmite ni por el agua, ni por el aire, según el Ministerio de Sanidad.

También se puede contraer la enfermedad a través del contacto directo con sangre u otros fluidos corporales de animales salvajes como monos, antílopes selváticos y murciélagos, vivos o muertos y por el consumo de su carne mal cocinada.

Aunque los monos han sido una fuente de infección para las personas, se considera que los murciélagos de la fruta de la familia Pteropodidae son los huéspedes naturales del virus.

Sin embargo, este extremo no está confirmado, por lo que, al desconocerse el origen natural del virus, no se ha podido determinar aún cómo apareció el ébola por primera vez en un ser humano.

¿Cuáles son sus síntomas?

Los primeros síntomas de esta enfermedad son fiebre repentina y alta, debilidad intensa y dolor muscular, de cabeza y de garganta, seguidos de vómitos, diarreas, erupción cutánea, funciones renal y hepáticas alteradas e intensas hemorragias internas y externas.

Tal y como explica la Organización Mundial de la Salud (OMS), los pacientes son contagiosos mientras el virus esté presente en la sangre y las secreciones.

No son contagiosos durante el periodo de incubación (intervalo desde la infección hasta la aparición de los síntomas). Este periodo oscila entre 2 y 21 días, aunque generalmente los síntomas aparecen entre los cinco y diez primeros días tras el contagio.

¿Cómo se sabe si alguien tiene ébola?

El diagnóstico definitivo del virus de Ébola solo puede obtenerse mediante pruebas de laboratorio en la orina y en la saliva. Los exámenes más comunes, según explica la OMS, son pruebas de inmunoadsorción enzimática (ELISA), detección de antígenos, seroneutralización, reacción en cadena de polimerasa con transcriptasa inversa y aislamiento del virus mediante cultivo celular.

Las muestras de los pacientes infectados tienen un enorme peligro biológico y han de tomarse en condiciones de máxima protección.

¿Ha habido más brotes como este?

No, el que se vive actualmente es el peor episodio de ébola registrado hasta la fecha. El siguiente en gravedad fue la primera, en 1976, en la República Democrática del Congo, por el que murieron 280 personas de 318 contagios.

El brote actual se originó en diciembre en Guinea Conakry, desde donde se ha extendido a Liberia, Sierra Leona y Nigeria.

En agosto, la OMS reconocía que el virus está fuera de control, por lo que ha dado la alarma a nivel regional e internacional para contener su expansión.

¿Existe una cura o una vacuna?

No, no se cuenta todavía con ningún tratamiento ni vacuna específicos -como tampoco hay una vacuna definitiva para otros virus más conocidos como la gripe-, aunque se están poniendo a prueba varios sueros experimentales.

ZMapp, TKM-Ebola o Brincidofovir son algunos de los tratamientos experimentales que se han aplicado o se están aplicando actualmente con éxito desigual en los 14 casos de enfermos de ébola tratados fuera de África y bajo aislamento en hospitales de EE.UU y Europa.

El que ha sido el primer caso de contagio de ébola fuera del continente africano, el de la auxiliar española que atendió a los misioneros fallecidos por el mismo virus, está siendo tratado con suero hiperinmune de donante en el hospital La Paz-Carlos III de Madrid. Este suero es de una persona que superó la enfermedad.

¿Cuál es el tratamiento para frenar la enfermedad?

Los casos graves de ébola requieren cuidados intensivos sobre sus síntomas y un tratamiento sustitutivo de los órganos que se pueden ver afectados (riñones, hígado). Los enfermos suelen estar deshidratados y necesitar rehidratación por vía intravenosa u oral con soluciones que contengan electrólitos.

Como en el tratamiento de otros virus, se administran medicinas para la fiebre (nunca aspirina, por el riesgo de hemorragias) y se guarda reposo en cama.

Si hay manifestaciones hemorrágicas se requiere administrar líquidos por vía endovenosa, así como plaquetas, factores de coagulación o transfusiones de sangre si es necesario.

¿Qué tasa de mortalidad tiene?

La fiebre hemorrágica del Ébola es una de las enfermedades más mortíferas para el hombre, con una tasa de mortalidad del 25 al 90%, y el brote actual es uno de los más letales. De hecho, debido a su naturaleza letal, este virus es considerado como un arma biológica.

¿Quién está en riesgo de contagio?

Actualmente, se considera que las personas en riesgo de contraer fiebre hemorrágica por virus del Ébola son aquellas que cuidan a los pacientes infectados, así como los trabajadores que se encuentran en contacto con primates infectados de origen africano.

El riesgo de que un viajero se infecte de ébola en África es muy remoto, a no ser que haya estado cuidando a enfermos, como es el caso de religiosos o personal sanitario.

¿Podría extenderse por Europa?

En España se ha registrado el primer caso confirmado de contagio por el virus del Ébola. Se trata de una auxiliar de enfermería del Hospital Carlos III de Madrid que atendió a los dos misioneros españoles repatriados.

La directora de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Europa, Zsuzsanna Jakab, considera que es "bastante inevitable" que haya más casos de contagio del virus del Ébola en el viejo continente por la "cantidad de viajes que se hacen desde Europa a los países afectados por la epidemia de ébola y en sentido contrario", según Reuters.

Por su parte, uno de los miembros del equipo internacional que descubrió el virus del Ébola en 1976, el epidemiólogo estadounidense David Heymann, ha asegurado a Efe que "no hay riesgo de que ocurra una epidemia en España" tras el contagio de una auxiliar.

A partir de la alerta de la OMS, se están extendiendo los controles fronterizos en los países afectados, así como el mismo tráfico de personas en las zonas de riesgo. El Ministerio de Exteriores español ha recomendado que no se viaje a Guinea Conakry, Sierra Leona y Liberia.

Para entrar en España, los viajeros que proceden de zonas de riesgo deben realizar una declaración sanitaria que es supervisada por técnicos de Sanidad Exterior. La entrada del virus por la vía de los inmigrantes subsaharianos ilegales a través de las fronteras de Ceuta y Melilla es poco probable, dado que estas personas realizan largos viajes desde sus países de origen y la enfermedad se manifiesta muy pronto.

¿España está preparada para enfrentarse al ébola?

España cuenta con unidades y profesionales especializados en tratar la enfermedad del ébola, situadas en el Hospital La Paz de Madrid y en el Hospital Clínic de Barcelona.

El Ministerio de Sanidad tiene un Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias desde el que se establecen los mecanismos para garantizar la salud pública, así como protocolos detallados de actuación -que ya están estandarizados desde la OMS- que se han de difundir a las comunidades autónomas, sobre las que recae la gestión de la sanidad.

Sin embargo, es cierto que a pesar de contar con unidades de atención y aislamiento, no es posible asegurar al ciento por ciento que la cadena de seguridad no se llegue a romper por algún sitio.

¿Cómo se puede evitar el contagio en los hospitales?

Los trabajadores sanitarios que atienden a pacientes con el virus del Ébola deben aplicar, además de las precauciones generales, otras medidas de control de las infecciones para evitar cualquier exposición a la sangre o líquidos corporales del paciente y el contacto directo sin protección con el entorno posiblemente contaminado.

Cuando se esté en contacto estrecho con un paciente (un metro de distancia o menos) deben protegerse la cara con máscara o mascarilla médica y gafas y usar bata limpia, aunque no estéril, de mangas largas y guantes (estériles para algunos procedimientos).

Los protocolos también incluyen los modos en que el material sanitario debe usarse y desinfectarse para prevenir el contagio, unas medidas que también se extienden al personal de laboratorio que analiza las muestras tomadas para diagnóstico.