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La Comisión Europea concluye su auditoría: la calidad media de la I+D+I española es baja

  • Han detectado un sistema rígido y falta de evaluación de la calidad
  • Recomiendan más recursos y reformas estructurales del sistema
  • También reformar los organismos públicos de investigación y las universidades

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La calidad media de la I+D+i española es “baja” y sus principales debilidades son una gobernanza fragmentada, rigideces en la administración que dificultan la circulación de conocimiento y de personas y la ausencia de un sistema de evaluación de las políticas y de los niveles de calidad.

Así lo pone de manifiesto una auditoría llevada a cabo por un grupo de expertos de la Comisión Europea (European Research Area Committee, ERAC), por encargo del Gobierno español, cuyas conclusiones ha presentado la secretaria de Estado de I+D+i, Carmen Vela, en comisión parlamentaria este jueves.

Mejorar la I+D+i pasa por incrementar los recursos

A la luz del diagnóstico, las recomendaciones del panel de expertos europeo para España pasan, sobre todo, por incrementar los recursos destinados a la I+D+i, aunque ligándolos a reformas estructurales “que permitan un uso más eficiente y eficaz de la inversión pública”.

Para ello, Vela ha dicho que su departamento “ha mantenido la estabilidad en el presupuesto, y de las convocatorias”.

Cambio radical en la investigación

Los expertos consideran que los recursos humanos son “el problema más acuciante del sistema y es necesario actuar de carácter inmediato” para que entre talento joven en el mismo.

Para ello recomiendan un “cambio radical” en la gestión de la carrera investigadora que dé una total autonomía a los investigadores que tienen más talento y méritos, y que facilite la movilidad tanto entre las propias instituciones científicas como entre estas y el sector privado.

En este sentido, los auditores creen que España necesita instaurar una carrera investigadora “alternativa al modelo funcionarial vigente”.

Reforma de los OPIs

“La reforma institucional de los organismos públicos de investigación (OPIs) y de las universidades es fundamental”, apunta otra de las recomendaciones.

Los expertos indican que esos organismos y universidades deben contar con más autonomía, mejor gobernanza y mayor transparencia; y que, además, tienen que estar sujetos a un sistema de evaluación que determine la asignación de recursos tanto directa como indirecta, de manera que un porcentaje de la financiación pública que reciban (al menos el 10%) esté ligado a esa evaluación.

España necesita una agencia independiente para implementar una parte de las reformas propuestas y, según Vela, la tendrá en 2015.

Recomiendan también un seguimiento eficaz y evaluación para apoyar una política basada en la evidencia, y es que han detectado que “ni se analiza bien el impacto de los proyectos de investigación, ni se les hace el debido seguimiento”.

El resto de recomendaciones apuntan a que un modelo de innovación eficaz requiere un nuevo nivel de coordinación entre los agentes, lo que incluye la creación de consorcios nacionales denominados Ámbitos Estratégicos de Innovación; a que el sistema español necesita más agentes empresariales implicados, así como un mercado y una cultura para la innovación que le acompañen.