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Rusia apoya la autonomía en el este de Ucrania mientras Poroshenko se aleja del pasado soviético

  • Posorshenko cree que el acuerdo con la UE es "el adiós definitivo a la URSS"
  • El líder ucraniano busca ayuda militar y económica en su visita a Canadá
  • Rusia acepta el plan de autogobierno para los prorrusos que propone Kiev
  • Los separatistas rechazan el proyecto aunque no se cierran al diálogo
  • Para Tiagnibok, Poroshenko arriesga la integridad territorial de Ucrania

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Imagen del presidente ucraniano, Petró Poroshenko, saludando a una mujer en su visita a Canadá.
Imagen del presidente ucraniano, Petró Poroshenko, saludando a una mujer en su visita a Canadá.

El presidente de Ucrania Petró Porshenko, que ha presentado un plan que cuenta con el apoyo de Rusia para dar cierta autonomía a regiones prorrusas bajo el Gobierno de Kiev, ha definido el acuerdo firmado con la Unión Europea como “uno de los días más importantes en la historia de Ucrania" que supone “el adiós final de Ucrania a la Unión Soviética”.

Poroshenko, que habla de este paso como “el Rubicón que Ucrania cruzó” y que nunca volverá a su “horroroso pasado”, ha realizado estas declaraciones en Canadá, donde ha solicitado a su primer ministro, Stephen Harper, ayuda militar “no letal” para luchar contra la "ocupación rusa" de parte del país.

Entre las peticiones del líder ucraniano se encuentra la recopilación de información mediante satélites y "drones". "No quiero dar muchos detalles, pero hemos hablado de compartir datos de información de reconocimiento e inteligencia", ha precisado en una entrevista con la televisión pública canadiense CBC.

Oficialmente, el Gobierno canadiense solo se ha referido a dos acuerdos: uno sobre préstamos canadienses para la promoción económica y reforma del sector financiero, y otro sobre "ayuda humanitaria adicional" para áreas afectadas por el conflicto. También se está avanzando en el libre comercio entre ambos países.

Desde Rusia, el Gobierno de Vladimir Putin, una ley que garantiza tres años de autogobierno a los separatistas prorrusos en sus baluartes de Donetsk y Lugansk. Sin embargo, los prorrusos se han mantenido desafiantes en medio de combates que amenazan el alto el fuego y los partidos políticos de Ucrania también se muestran divididos en la viabilidad de este proyecto.

Rusia: “Un paso en la buena dirección”

"En Rusia vemos este documento como un paso en la buena dirección que se corresponde con los acuerdos acuñados en la Declaración de Ginebra del 17 de abril entre Rusia, Ucrania, Estados Unidos y la Unión Europea, y la de Berlín del 2 de julio", ha informado la Cancillería rusa en un comunicado.

El beneplácito ruso no estaba ni mucho menos garantizado, ya que el Kremlin siempre ha defendido la concesión de mayores competencias políticas, económicas y lingüísticas para las zonas rusohablantes, mientras la autonomía que ofrece Kiev es limitada y temporal.

"Todo esto crea el caldo de cultivo para el inicio de un auténtico proceso constitucional en Ucrania, que debe incluir la puesta en marcha de un diálogo para lograr la concordia y la reconciliación nacional", ha indicado Moscú.

División política en Ucrania

La medida, sin embargo, no cuenta con el apoyo de la ex primera ministra Yulia Timoshenko y el líder nacionalista del partido Svoboda (Libertad), Oleg Tiagnibok, quienes acusan a Poroshenko de rendir los intereses del Estado, poner en peligro la integridad territorial del país y legalizar a los terroristas.

Además, varios centenares de ultranacionalistas han protestado este lunes contra la concesión del autogobierno a los rebeldes frente al edificio de la Presidencia. "Las leyes no están claras. Exigimos a Poroshenko que no las promulgue. Como los combatientes llevaban pasamontañas, será imposible determinar quién combatió y quien simplemente llevaba el agua", ha asegurado Artiom Skropadski, portavoz del partido Sector de Derechas.

No obstante, el primer ministro, Arseni Yatseniuk, ha mostrado su apoyo al presidente al asegurar que la citada ley no significa que Kiev reconozca las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk sino, más bien, una reducción de los costes del conflicto. En el plano presupuestario, Yatseniuk ha cifrado en 80 millones de grivnas diarias (más de 4.600.000 euros) el coste de la guerra contra las milicias separatistas.

En la misma línea, el asesor presidencial Nikolái Tomenko ha reconocido que, en el marco de una agresión rusa, el autogobierno para los rebeldes era la única vía "para garantizar la paz sin perder la soberanía, la integridad territorial y la unidad del país".

Los separatistas rechazan el autogobierno

Mientras, el líder de los separatistas de la autoproclamada región de Donetsk, Alexandr Zajárchenko, ya ha rechazado la posibilidad de elecciones locales en las regiones rebeldes. "Aquí no habrá ninguna elección organizada por Ucrania", ha asegurado a la agencia rusa Interfax en alusión a la pretensión de realizar comicios en diciembre que incluye la ley.

Por contra, su viceprimer ministro, Andréi Purguin, ha destacado, sin renunciar a la independencia, que la ley "contiene puntos interesantes, como el derecho a realizar actividades de política exterior".

"El diálogo continuará. Cuándo y en qué formato aún debemos hablarlo. Cuando llegue la hora de la reconstrucción, veremos cómo funciona" la ley, ha apuntado.

Donetsk ha vivido una nueva jornada de combates entre rebeldes y fuerzas gubernamentales en la estratégica zona del aeropuerto, con bombardeos por parte de las milicias que han causado bajas entre los civiles, según el mando militar ucraniano.

Asimismo, el embajador ruso ante la OSCE, Andréi Kelin, ha acusado a las tropas ucranianas de poner en peligro la tregua al atacar varias localidades al norte y oeste de Donetsk.