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Alvarno se lleva el premio a la mejor colección en su estreno en MBFWM

  • Hannibal Laguna se inspira en las mariposas para hacer vestidos de alfombra roja
  • María Escoté y Leyre Valiente reinterpretan los códigos urbanos desde puntos distintos
  • Andrés Sardá reivindica la belleza a cualquier edad con Miss España 1965 en la pasarela

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Desfile íntegro de Alvarno en la MBFWM

"No nos lo esperábamos, nos ibamos esta tarde a París pero hemos tenido que anular los billetes y cancelar las citas". Habla Arnaud Maillard, después de anunciarse que Alvarno, firma que regenta con Álvaro Castejón, se lleva el premio a la mejor colección.

A su lado, Castejón, asiente emocionado. "Mi primera reacción me ha salido por los ojos", cuenta recordando las lágrimas de felicidad. "Luego ya nos hemos tranquilizado, pero no me lo creía; estoy en una nube".

Junto a ellos, el premio a la mejor modelo ha sido para la española Dalianah Arekion, una belleza exótica que ha conquistado a Lagerfeld y Tisci, una top nacida en Cantabria.

Después hemos visto las propuestas de baño de Dolores Cortés, inspirada en el origami japonés, y Montse Bassons, con el Lago de los Cisnes como referencia.

Ritmos callejeros, costura de asfalto

La tarde ha sido para María Escoté que ha presentado I LUH YA PAPI, una colección urbana, de espíritu joven que bebe de las divas del hip hop, del gansta y del rap, culturas de ciudad que se visten con prendas eternas que, temporada tras temporda, van renovándose, customizándose, reinventándose.

Escoté cuenta que con esta colección "me he sumergido en el mundo gueto de EEUU y hemos hechos todos los estampados para esta colección con mujeres negras, dibujos de cadenas de oro, topos, motivos de leopardo y cebra..."

Hay prendas muy trabajadas y una línea de noche muy especial con vestidos que llevan elementos que les permiten acercarse o separarse de la piel. Son diseños de alfombra de cemento, canallas, nocturnos, especiales, 100% Escoté.

Atención, ¡moda!

El color sube a cada paso de las modelos, siempre en tonos vibrantes, musicales. Vemos chillones rosas y amarillos, a veces atravesados por enormes rayas negras como si fueran las cintas de plástico que ponen en las obras para evitar caerse en una zanja.

No se olvida Escoté de sus amores: las "chupas" de cuero. Las vemos en piel y en napa, "tejido que vendemos mucho en Miami y en mercados americanos".

En esta colección ha lanzado varios modelos pero hay una especial, "me quedo con una en rosa chicle con oro", cuenta y confiesa que, sin embargo, tiene en casa más zapatos que cazadoras.

La mujer mecánica

Leyre Valiente vuelve a su mundo de robots y androides. Su colección se llaman Olimpia e intenta vestir a una joven que sueña con mundos de fantasía, de estilo cibernético y corazón mecánico. La silueta empieza recta, con ciertos guiños al art nouveau, pero van entrando los volúmenes para lograr siluetas inventadas y formas irreales.

Valiente mezcla neoprenos y algodones, dos sensaciones que conviven en su mundo sin peleas. El día es muy deportivo, casi siempre en tonos mate. La noche, en cambio, acepta los brillos del metal, especialmente en oro que ella presenta troquelado, "como si fuera la maquinaria de un rejo", dice.

En esa noche vemos tejidos sinuosos, líquidos, como el chiffon de seda que se mezcla también con el piqué de algodón. Hay diseños que se inspiran en un microchip realizados con piezas de latón, y otros que llevan plisados que parecen mazos de cable.

Y todo con una carta de colores cremas, azules, amarillos y blanco. También mandarina claro, la estrella de esta edición. Sus vestidos de novia, "porque yo también hago novia", insiste Valiente, se presentan en blanco y oro, con texturas contrarias: fría y resistente como el metal, acogedora y natural como el algodón.

Laguna, y el vuelo de las mariposas

Las mariposas enamoran a Hannibal Laguna hasta el punto de inspirar el patronaje y la carta de colores de su colección. Su propuesta, de nuevo, se basa en los vestidos de cóctel y alfombra roja. Diseños festivos que siempre, siempre, embellecen a las mujer. Laguna adora el negro pero sus clientas le piden color, mucho color.

Y él... se lo da. El modista tiñe de ambar, fucsia, verde y todos los tonos del naranja una selección de vestidos en seda. Unos llevan le cuerpo muy armado, con lazos de costura, casi una armadura, y la falda ligera, liviana. Otros son como ráfagas de viento que envuelven el cuerpo de la mujer, realzando, aportando una sobredosis de feminidad.

Cuenta Laguna que sintió mucho la pérdida de Pertegaz, un maestro de que "he aprendido mucho, por sus técnicas para construir un volúmen y por su elegancia, y porque fue el primero en apostar por la moda de España, negándose a saltar a París".

Movimiento efímero, moda duradera

Por eso vemos vestidos de formas elegantes, cual cisnes, diseños atemporales que sirven para varias temporadas, para varios países; vestidos de largo recorrido. "Como la mariposa monarca que cruza el Atlántico", apunta el diseñador.

Vemos vestidos de doble escote y otros que llevan el cuerpo bordado con jardines de plata y cristal. Pero destacan, por encima de todo, los que están inspirados en las alas de las mariposas. Son piezas únicas,en guipur cortado al láser y bordado después. De cerca se aprecia su efecto tridimensional, de lejos parecen estampados.

El negro, que perfila y enmarcan las alas, potencia el discurso de la colección en el que llama la atención la variedad de formas. "Muchas están inspiradas en las flores y otras, en la silueta de una mariposa posada sobre una flor, dos volúmenes en un vestido". La naturaleza, una vez más, como musa, como referencia.

Alvarno, los triunfadores de esta edición

Hay diferentes formas de llegar a MBFWM. Alvarno, firma de Álvaro Castejón y Arnaud Maillard, nunca quisieron compartir desfile y comenzaron a presentar sus colecciones en el OFF, siempre en escenarios especiales como la Embajada de Francia. Después saltaron a París para tomar las riendas de Azzaro y ahora les abren las puertas de Ifema con todos los honores. Se lo merecen.

Su propuesta es aplastante, definitiva. Hay muchas prendas de día aunque la factura, la costura y el look de las modelos provoca un estilo lujoso, nocturno, brutal. "Como hacemos la alta costura, con cóctel y noche, muchas clientas de París vienen buscando prendas para el día, y nos gusta mucho hacerlas", dice Maillard.

Casi toda la coleccción se basa en las geometrías pop de Víctor Vasarely que destacan sobre prendas en jacquard que llevan bordados exquisitos hechos a mano. Vemos faldas y vestidos asimétricos que rompen la geometría y permiten mostrar el patrón, y destacan los vestidos con la hombrera en el exterior, un elemento que pasa de ser útil a ser bello.

Bordados de alta costura

"Hay vestidos que parecen una escultura", dice Castejón, con un diseño en jacquard y neopreno, ligero, arrebatador. Como decía, los bordados llaman poderosamente la atención, y los vemos en un hombro, sujetando el nudo de unvestido drapeado, "que solo tiene una costura" o enriqueciendo una cazadora de ante y piel. El no va más.

Hay bordados de cristal y otros de plexiglás que, curiosamente, se muestran delicados con forma de hoja. No faltan sus éxitos. Las prendas en neopreno con nido de abeja, los abrigos con cremallera horizontal que se convierten en cazadoras, y los chalecos largos que tanto gustaron en la colección anterior.

Ambiciosa, lujosa... perfecta

La noche es muy sofisticada. Lleva vestidos de encaje totalmente transparentes, algunos con bordados, y resalta uno en naranja atravesado por una llama de flores de organza y paillettes. Este color y el azul, destacan en la propuesta sobre el negro y blanco. Una colección de sensaciones que lleva impresa la luz de Madrid y el espíritu de París.

Es, su colección más costosa. "No sé si es la más ambiciosa por imagen pero sí en cuanto a puesta en escena", dice Maillard. "Queremos darlo todo, que el público sienta vida, energía", concluye Castejón.

Y Miss Pasarela es…

Andrés Sardá idea un concurso de belleza de lo más especial. Y lo planifica en dos partes. La primera es el viaje, el vuelo al lugar en el que se celebra el evento. Por eso vemos unas primeras salidas con el look de la tripulación del avión, azafatas, capitanas…

Después llega el gran momento, el desfile. Primero en bañador, con prendas que forman la bandera de cada país, el momento de lucir palmito.

Después viene el paseo con vestidos de noche, el momento de la elegancia. Para todo ello, la casa Sardá idea una colección marcada por el color y los estampados. El concurso se retrasmite por televisión y es necesario que la ropa llame la atención.

Por eso se utilizan colores alegres, como el coral, que se presenta en todas sus expresiones, y y el verde. Los tejidos, como siempre, saltan del pasado al presente, mezclando elementos vintage con otros de nueva generación.

La estrella es el encaje

Para la línea lencera se proponen juegos de encaje incrustados en devorés y salpicados de strass, encajes con estampados, sedas rayadas y golpes de plumeti.

Las prendas de baño se decoran con flores alegres y el incombustible estampado animal, siempre sofisticado y potente. Destaca un diseño asimétrico en cota de malla ribeteado en denim y las prendas que llevan piel, realizadas en colaboración con Santiago del Palacio.

Ah, ¿Qué quién gana el concurso? Lo gana Miss España 1965, Alicia Borrás. “Hemos querido reivindicar la belleza a cualquier edad”, dice Nuria Sardá. Borrás, un soplo de elegancia sobre la pasarela, se midió con bellezas que podrían ser sus nietas.

“El casting es muy bueno y elegir bien a la chica adecuada es muy importante, porque un error puede destrozarte el look”. Esta casa barcelonesa lleva 14 años en la pasarela de Madrid y aquí quiere permanecer. “Nos tratan muy bien, nos sentimos parte de la familia de Cibeles”.