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La izquierda recupera el poder en Suecia abierta a pactos y con la amenaza de la ultraderecha

  • Ha logrado un 43,7% de votos frente al 39,3% de la alianza de centroderecha
  • El primer ministro Fredrik Reinfeldt ha anunciado que dimitirá
  • La ultraderecha se convierte en tercera fuerza y árbitro de la política sueca

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La oposición de izquierda gana las elecciones suecas

La oposición de izquierda ha ganado este domingo las elecciones suecas con el 43,7% frente al 39,3% de la Alianza de centroderecha del primer ministro, el conservador Fredrik Reinfeldt, según el recuento final difundido por la autoridad electoral.

El resultado es casi idéntico al de hace cuatro años para la oposición, que gana una décima, mientras que el centroderecha pierde casi diez puntos porcentuales.

El Partido Socialdemócrata fue el más votado con el 31,2 % y 113 diputados, 0,6 puntos y un escaño más que en 2010.

El Partido Moderado (conservador) mantuvo la segunda plaza a pesar de perder un 7 % para lograr el 23,2 % y 84 parlamentarios.

La ultraderecha, tercera fuerza

El triunfo deja al líder socialdemócrata Stefan Löfven muy cerca de recuperar el poder para su partido, tradicional dominador de la política sueca, después de 8 años, aunque en condiciones precarias: su resultado está lejos del objetivo del 35% y es solo unas décimas mejor que el de 2010, el peor en un siglo.

El descalabro del centroderecha es el que ha posibilitado el triunfo de la oposición, aunque el partido que ha sabido acaparar el desgaste de la Alianza ha sido principalmente el ultraderechista Demócratas de Suecia (SD), que no sólo duplica sus votos, sino que con el 13% se convierte en la tercera fuerza, refuerza su papel de árbitro y permite prever una legislatura complicada para un hipotético gobierno de izquierda. Pasa de 20 a 49 diputados de los 349 de que consta el Riksdagen (Parlamento).

Reinfeldt dimitirá este lunes

El resultado supone una caída de más de diez puntos para el centroderecha respecto a los anteriores comicios y una pérdida de la cuarta parte de sus votantes para los conservadores, resultado que llevó a Reinfeldt a anunciar que este lunes dimitirá el gobierno y que dejará el liderazgo del partido la próxima primavera.

Reinfeldt cumplió así la promesa reiterada durante la campaña de que dejaría gobernar a la minoría más votada y que no recurriría a los votos de SD, lo que allana el camino a los socialdemócratas, tradicionales dominadores de la política sueca, para recuperar el poder ocho años después.

Al igual que los conservadores, los otros tres componentes de la Alianza lograron peores resultados que hace cuatro años. El Partido de Centro, retrocedió cuatro décimas y un escaño (6,1%, 22 escaños); el Partido Cristianodemócrata, un punto y dos diputados (4,6%, 17 mandatos); y el Partido Liberal, 1,6 y 5 parlamentarios (5,4%, 19 escaños).

Los otros dos componentes del bloque opositor de izquierdas, que esta vez no concurrió unido en coalición, tuvieron resultados opuestos. El Partido del Medio Ambiente perdió medio punto y un escaño para acabar con el 6,8 % de los votos y 24 mandatos; y el Partido de la Izquierda logró el 5,7 % y 21 diputados, una décima y dos mandatos más.

Iniciativa Feminista, a la que algunos sondeos a pie de urna colocaban dentro del Parlamento, se ha quedado fuera con el 3,1 % de los sufragios, 2,7 puntos más que en 2010.

La participación subió 1,3 puntos hasta el 83,4 %, según el recuento final.

La intención de Löfven: gobernar con los ecologistas

La intención proclamada de Löfven es gobernar con los ecologistas, pero el resultado le obligará a recurrir también al Partido de la Izquierda, del que se había querido distanciar para ofrecer una imagen de moderación.

La campaña electoral ha estado marcada por temas como el empleo, la gestión privada de los servicios públicos, la sanidad, la educación y la inmigración.

La Alianza ha apelado a la continuidad y a las buenas cifras macroeconómicas, además de incidir en la falta de unidad de la oposición, mientras que ésta ha atacado al gobierno por el aumento del paro, las rebajas fiscales y los recortes sociales, aunque sólo defiende pequeñas modificaciones de esa política.