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Pakistán se desliza hacia el caos con la intensificación de las protestas

  • Opositores han tomado por unas horas la televisión estatal
  • Desde el sábado se suceden violentos enfrentamientos en la capital

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Policías paquistaníes se repliegan ante el avance de manifestantes hacia la residencia del primer ministro, este lunes  en Islamabad.
Policías paquistaníes se repliegan ante el avance de manifestantes hacia la residencia del primer ministro, este lunes en Islamabad.

Pakistán se desliza un poco más hacia el caos político con unas protestas en las que los opositores han tomado momentáneamente la televisión estatal y han rodeado la residencia oficial del primer ministro, Nawaz Sharif, a quien exigen su dimisión.

Cientos de seguidores del político Imran Khan y del clérigo Tahirul Qadri (establecido en Canadá) comenzaron a primera hora de este lunes, pese a la lluvia, una nueva marcha hacia la residencia del mandatario paquistaní en Islamabad.

La Policía, desbordada por los manifestantes, ha tenido que replegarse y unas 1.200 personas han hecho una sentada con la aparente intención de acampar casi a las puertas del Secretariado (nombre de la sede del gobernante), igual que han hecho en las dos últimas semanas ante el Parlamento.

Protagonismo del Ejército

Y en torno al mediodía, la televisión estatal de Pakistán era asaltada por otros 400 opositores tras escalar sus muros y reducir a los guardas de seguridad, según un portavoz policial. Los asaltantes han cortado las emisiones del canal durante una media hora hasta que ha llegado al lugar el Ejército, a quienes los manifestantes sí respetan, al contrario que la policía, explica la agencia France Presse.

No obstante, tanto Khan como Qadri han negado que sus seguidores participaron en el asalto de la televisión, según Efe.

Además, el partido de Khan, tercera fuerza política, ha dicho que una persona ha muerto por un impacto de bala. Y decenas de personas han resultado heridas, entre ellas el jefe de Policía de Islamabad, Asmat Junejo, a quien rompieron un brazo, según medios locales.

El empeoramiento de la situación ha llevado al Tribunal Supremo del país asiático a ofrecerse para mediar entre el Gobierno y los opositores, aunque de momento ninguna de las partes han anunciado si aceptan su propuesta.

Los nuevos choques se producen un día después de que el Ejército paquistaní pidiera al Gobierno y a la oposición que solucionen la crisis política sin recurrir a la violencia, tras los tres muertos y más de 500 heridos habidos durante los incidentes del fin de semana.

El jefe del Ejército paquistaní, general Rahil Sharif, mantuvo una reunión con altos cargos militares tras los enfrentamientos, tras la cual las Fuerzas Armadas se declararon preocupadas y “comprometidas” con la democracia y "a jugar su papel a la hora de garantizar la seguridad del Estado".

La violencia estalló el sábado por la noche cuando los manifestantes trataron de llegar a la residencia del primer ministro de Pakistán tras 17 días de protestas que hasta entonces habían sido emintemente pacíficas en la capital.

Musharraf, India e islamistas

En un contexto de crisis económica y aumento de los ataques de la insurgencia islamista, la oposición quiere forzar la dimisión del primer ministro, que obtuvo la mayoría absoluta en los comicios de 2013.

Khan, exjugador de cricket reconvertido en político, asegura que aquellas elecciones fueron un fraude, mientras que los observadores electorales internacionales alertaron de numerosas irregularidades pero consideraron creíbles los resultados.

Sharif, quien fue depuesto en un golpe de Estado de los militares en 1999, ha mantenido una difícil relación con los uniformados desde su elección por su intento de acercamiento a la India y el juicio por traición al exdictador militar Pervez Musharraf.

La ofensiva en Waziristán del Norte contra los insurgentes que comenzó en junio y que Sharif retrasó en favor del diálogo también ha sido una fuente de tensión.

Por ahora, Estados Unidos, aliado del Gobierno de Islamabad, ha instado a las dos partes a la contención.